Condena unánime al acoso al alcalde
El Orgullo Gay repudia el asedio a Gallardón ante su casa la noche del lunes - Continúan las protestas contra el veto del escenario en la plaza de Chueca
"Soñé que me presentaba yo solo con la cacerola", decía hace unos días Javier Mantrana, creador de la página de Facebook que aglutina la protesta contra el Ayuntamiento de Madrid por su regulación de las fiestas del Orgullo Gay. La noche del lunes, cuenta, se presentaron unas 400 personas: "No fueron muchos [en la Red se apuntaron más de un millar], pero tampoco se puede menospreciar".
¿Qué pasó después de la cacerolada del lunes? Según Mantrana, "la asamblea de los asistentes decidió seguir por las calles de Chueca". "Se comentan dos finales: la casa de Benito o la de Ruiz-Gallardón. Un grupo de unas 200 personas termina finalmente en la casa del alcalde. Después de 15 minutos de acción pacífica y ruido, y justo cuando el grupo decide volver a Chueca, alguien dice que Gallardón ha llegado. La gente le abuchea y le increpa. Se pide silencio, es difícil contener los gritos".
"Hacerle esto a mi familia no es de justicia", les replicó el regidor
"Condeno cualquier persecución en la vía pública", censuró Lissavetzky
En los vídeos grabados por los asistentes se ve al alcalde dirigiéndose a la multitud: "Mi despacho está abierto a vosotros". Tras ser interrumpido a gritos de "mentiroso", continúa: "Aquí viven mi mujer y mis hijos. Hacerle esto a mi familia no es de justicia". No pudo decir más: el pandemonio de ruido le acompañó hasta su casa, adonde llegó marcado de cerca por los manifestantes.
En opinión del vicealcalde, Manuel Cobo, el regidor fue "perseguido, insultado, increpado y coaccionado" durante 15 minutos mientras paseaba con su familia, con una "impunidad" que se está dando, en su opinión, "en demasiadas ocasiones". La delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, aseguró que este incidente "merece el reproche de todo el mundo".
La diputada regional socialista Carla Antonelli explicaba en Facebook: "Me fui cuando terminó en la plaza. Lo condeno, no era ni fue el objetivo de la concentración". Todas las organizaciones implicadas en la polémica sobre el Orgullo coincidieron en el reproche. Los responsables de la fiesta condenaron el incidente. "La reacción de unos pocos no puede imponerse al diálogo", según FELGTB, COGAM y AEGAL. El portavoz socialista, Jaime Lissavetzky, pidió "flexibilidad" al Ayuntamiento para que "el Orgullo siga siendo un referente", y condenó "cualquier persecución en la vía pública a cualquier ciudadano".
La protestas se desataron en contra de la decisión de la Concejalía de Medio Ambiente de elevar el límite de ruido permisible en cuatro escenarios callejeros de las fiestas del Orgullo, pero vetar la instalación de un quinto en la plaza de Chueca, "centro neurálgico" de la fiesta, según sus organizadores. El motivo: la nueva normativa de ruido aprobada en febrero impide al Ayuntamiento hacer excepciones a menos de 150 metros de residencias de ancianos y centros sanitarios y de urgencias. La Asociación de Vecinos de Chueca amenazó con llevar al Ayuntamiento a los tribunales si vulneraba su propia regulación. Esta asociación, presidida por Esteban Benito, aboga además por prohibir las barras en la vía pública y los cortes de calles, y propone una programación cultural alternativa. Otra asociación de vecinos, Chueca por la Diversidad, presidida por Alfonso Llopart, respalda a los organizadores del Orgullo.
Los manifestantes volvieron a citarse anoche. También a través de Internet, también a las nueve de la noche en la plaza de Chueca, también pertrechados con silbatos y cacerolas. Pero eran muchos menos que el lunes, apenas 70 u 80, que hicieron ruido a rabiar, a veces al son de proclamas reivindicativas, a veces con ritmo de batucada. Las consignas: "El orgullo es de Chueca"; "Botella, dimisión"; "Me gustan las peras, me gustan las manzanas, me meto en la cama con quien me da la gana".
Gallardón se ha comprometido a reunirse con los organizadores del Orgullo el próximo martes. Hasta ese día pretenden mantener las protestas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Acoso moral
- Gente
- Jaime Lissavetzky
- Orgullo LGTBI
- Carla Antonelli
- Alberto Ruiz-Gallardón
- Manuel Cobo Vega
- Orden público
- Activismo Lgtbiq
- Seguridad ciudadana
- Protestas sociales
- Homosexualidad
- Malestar social
- Orientación sexual
- Sexualidad
- Fiestas
- Madrid
- Ayuntamientos
- Comunidad de Madrid
- Sucesos
- Administración local
- Problemas sociales
- España
- Sociedad
- Justicia