Aguirre: "Es una vergüenza subir el sueldo a los funcionarios"
La presidenta regional carga contra los trabajadores públicos
Ni funcionarios, ni sindicatos. La presidenta regional, Esperanza Aguirre, como buena liberal, no es amiga ni de unos ni de otros. Y ayer la andanada les tocó a los primeros: "Es una vergüenza que quienes tienen un empleo fijo y garantizado como los funcionarios tengan una subida del 5% cuando los precios bajan el 1% y cuando 7.000 españoles van al paro todos los días".
Aguirre convirtió un acto público para presentar el proyecto del nuevo acceso a Alcalá de Henares desde la M-300 en un ataque a los funcionarios y al Gobierno estatal. "Si no hemos congelado el sueldo a los funcionarios [de la Comunidad de Madrid] es porque no nos deja la ley del Estado", lanzó ufana la presidenta tras alardear de que ha sido la primera en actuar contra la crisis al congelar la nómina de los altos cargos y reducir el número de consejerías. Olvidó mencionar que los sueldos de su Gobierno no quedaron en la nevera y sí han subido. Poco, pero han crecido. "Se les aplicó un corrector mínimo. Pero un aumento al fin y al cabo", dicen los sindicatos.
"Si no les hemos congelado el sueldo es porque no nos deja la ley", espetó
"Con demasiada frecuencia carga contra los 200.000 empleos públicos que trabajan para el Gobierno que ella preside. Parece que somos los culpables de la crisis o incluso de sus problemas políticos", argumentó Juan Luis Martín Sierra, secretario de política sindical de UGT. "Es sorprendente que Aguirre hable de una subida del 5% cuando el incremento en la nómina de los empleados de la Administración regional es del 2%, establecido en los presupuestos del Estado". "El convenio de los funcionarios públicos venció en diciembre de 2007 y se niegan a negociarlo", agrega Juan Antonio Olmos, representante de Comisiones Obreras. "Es una demagogia que arremeta contra el sueldo de los empleados públicos, cuando no se quiere sentar a negociar el convenio", concluye.
Es conocido el poco aprecio que tiene la presidencia por los servicios públicos, a los que ha llegado a calificar de "monopolios". Por eso ha embestido en repetidas ocasiones contra los funcionarios. En marzo espetó sin pudor en la cámara regional que "si todos los españoles fueran funcionarios, habría colas, escasez, hambre, miseria y corrupción". Y tan tranquila. Lapidaria frase que dejó boquiabiertos a los diputados de la oposición, que le habían cuestionado si consideraba que el empleo público es un factor de calidad y estabilidad en el mercado laboral. Entonces, su posición quedó clara por si alguien tenía dudas. Atrás quedan también sus enfrentamientos con funcionarios de Educación, Sanidad y Justicia de la Administración regional por su estrategia de privatizar los servicios públicos.
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