La violencia de la 'yihad' abre una brecha en Al Qaeda
Un líder islamista egipcio sostiene que los atentados son "improductivos"
"Mientras Estados Unidos sea un enemigo infiel, aterrorizarlo es nuestro deber". Pocos días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 Imam al Sharif, más conocido por su apodo de Doctor Fadl, de 57 años, escribía estas palabras justificando los atentados de Nueva York.
Seis años después, el mismo Doctor Fadl sostiene que la yihad, tal y como se practica, "viola las leyes del Corán" y es además "improductiva" e incluso perjudicial para la causa. Por eso urge parar la yihad y acabar con los atentados suicidas.
El radical Doctor Fadl arremete desde la cárcel contra las tesis de Bin Laden
El 'número dos' de Al Qaeda asegura que la crítica fue escrita bajo torturas
Osama Bin Laden, jefe de Al Qaeda, debería, opina, ser juzgado por un tribunal islámico por haber "traicionado" al mulá Omar, líder de los talibanes, y "perder" Afganistán.
El que escribe esta diatriba contra la cúpula de Al Qaeda tiene un amplio pedigrí islamista. El Doctor Fadl, egipcio y médico de profesión, fundó el grupo Yihad Islámica y su libro El principal pilar para la preparación de la yihad es el catecismo de Al Qaeda. Fue además el mentor de Ayman al Zawahiri, su compatriota y actual número dos de la organización terrorista de Bin Laden.
Huyó a Yemen tras el asesinato, en 1981 en El Cairo, del presidente Anuar el Sadat y allí fue detenido, a finales de 2001, en una operación conjunta de la CIA y de la policía yemení. En 2004 fue extraditado a Egipto.
Desde la celda de la cárcel de Turrah, al sur de El Cairo, donde cumple una condena a cadena perpetua, el Doctor Fadl ha plasmado sus nuevas ideas en un opúsculo de 111 páginas titulado Revisiones: documentos sobre la racionalización del yihad en Egipto y en el mundo. Dos diarios, el kuwaití Al Jerida y el egipcio Masri Al Yaoum, lo han publicado por capítulos.
El ensayo del Doctor Fadl ha hecho mella entre los devotos del radicalismo islámico, que polemizan sobre él, y ha llamado la atención de algunos responsables estadounidenses. "Ha puesto a Al Qaeda en una situación muy delicada", argumenta Mike Doran, secretario de Defensa adjunto.
El golpe ha sido lo suficientemente certero como para que el propio Al Zawahiri, de 56 años, se viera obligado a salir al paso de la embestida del que fue su preceptor pese a su escasa diferencia de edad. Lo hizo nada menos que en un libro recién publicado de 358 páginas, descargable en Internet, y titulado Absolución. El número dos de Al Qaeda replica, por un lado, descalificando al Doctor Fadl. Su opúsculo "no ha sido sólo escrito bajo la tortura y el miedo que imperan en las cárceles, sino bajo la dirección de los cruzados y de los judíos". Refleja "la voluntad de los servicios secretos árabes y también de la CIA".
Zawahiri recurre incluso al humor negro para arremeter contra su mentor al que no llama nunca por su nombre. Le pregunta desde cuándo en las celdas egipcias hay faxes que permiten enviar textos a los periódicos y si éstos funcionan con la misma corriente que los instrumentos de tortura que sirven para administrar descargas a los presos durante los interrogatorios.
Junto al sarcasmo, Zawahiri responde con argumentos de más peso. "Si pretendes decir que esas operaciones [kamikazes del 11-S] no son legales, entonces deberías opinar lo mismo de las operaciones efectuadas en Palestina", le rebate. "Los muyahidin han hecho fracasar la estrategia de EE UU y, sin embargo, ahora se convierten en blanco de estas Revisiones", se lamenta.
Los exégetas de Egipto, el país donde la polémica sobre la yihad ha tenido mayor repercusión, están divididos sobre el impacto a medio plazo de la obra del Doctor Fadl.
"Las revisiones contenidas en este documento constituyen una iniciativa sin precedentes y el mayor desafío a las posiciones adoptadas por Al Qaeda", sostiene Diya Rashwan, un erudito en movimientos islámicos, en el diario egipcio Al Ahram.
"Esta convulsión ideológica hubiese sido más creíble si se hubiera producido fuera de los muros de una cárcel, bajo el cielo de la libertad", opina en cambio Salameh Ahmad Salameh, columnista del oficialista Al Ahram, propiedad del Estado egipcio.
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