La sucesión pactada de Fidel
Cuba entra en una nueva etapa política al margen del regreso al poder de Castro
Diplomáticos y corresponsales extranjeros en La Habana buscan pistas estos días: ¿tendrá salud Fidel Castro para participar en los actos de celebración de su 80º cumpleaños, a finales de este mes? ¿Asistirá el comandante a la parada militar, el 2 de diciembre, para conmemorar el 50º aniversario del desembarco del Granma? En definitiva... ¿se restablecerá el líder comunista y volverá a gobernar? Y si es así, ¿cuándo y en qué condiciones regresaría? Ninguna de estas preguntas, hoy por hoy, tiene respuesta. Pero la sucesión en Cuba, para muchos, es un hecho.
El pasado miércoles se cumplieron 100 días de la presidencia provisional de Raúl Castro, y lo primero constatable es que su Gobierno funciona. En estos primeros 100 días sin Fidel no ha habido sobresaltos, ni caos, ni vacíos de poder; por el contrario, todo ha fluido con normalidad e incluso algunos visitantes extranjeros dicen haber visto a los dirigentes cubanos más seguros de sí mismos y relajados que nunca.
"La sucesión empezó antes de que Fidel delegara sus cargos", dice un militante
Han sido nombrados nuevos ministros, se han cerrado operaciones comerciales por cientos de millones de dólares, se ha celebrado con éxito una cumbre presidencial en La Habana y, sobre todo, las autoridades han seguido reforzando el papel del Partido Comunista de Cuba (PCC) con vistas a la sucesión de Fidel, como ya venía ocurriendo antes de caer enfermo el mandatario.
"Los americanos estaban preparados para una Cuba con Fidel o una Cuba sin Fidel, pero no para una situación como ésta", han dicho a políticos y empresarios europeos importantes figuras del Gobierno cubano. En efecto, la situación atípica que se vive hoy en la isla, con un Fidel Castro que está pero no está, ha descolocado a muchos, tanto dentro como fuera del país.
Para los medios de prensa cubanos, Fidel sigue siendo el Comandante en jefe; Raúl Castro es el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el vicepresidente primero del Gobierno y el segundo secretario del PCC. Pero aunque formalmente nada ha cambiado -las felicitaciones a Luiz Inácio Lula da Silva y a Daniel Ortega por sus recientes triunfos electorales en Brasil y Nicaragua fueron de Fidel Castro-, sí se perciben algunas diferencias.
"Cuba ha entrado en una nueva etapa", dice un veterano analista, igual que diplomáticos y periodistas extranjeros y también numerosos académicos cubanos; se habla ya de una "sucesión de Fidel en vida de Fidel", y pactada por él mismo como la mejor forma de garantizar la continuidad de su obra.
Dirigentes cubanos como el vicepresidente Carlos Lage, el canciller Felipe Pérez Roque o el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, han declarado estos días que Fidel Castro se recupera más rápido de lo previsto y regresará a sus funciones cuando se encuentre plenamente restablecido. Pero también han enfatizado que la solidez del Gobierno y del sistema no depende de la salud del fundador de la revolución.
Según el mandatario venezolano Hugo Chávez, el propio Castro ha comentado que ya puede morir tranquilo porque no es imprescindible; y en sus mensajes a la población desde el hospital se ha cuidado mucho de generar expectativas sobre su supuesto regreso. "Siempre dije que la convalecencia sería larga y no exenta de riesgos", fueron sus palabras en el último.
"El proceso de sucesión empezó antes de que Fidel delegara sus cargos el 31 de julio, eso está clarísimo", afirma un militante comunista, que recuerda cómo en junio y julio pasados Raúl Castro y el Comité Central del PCC declararon oficialmente al Partido como único "heredero legítimo" del liderazgo fundacional de Fidel.
Desde que el 27 de julio fue operado de urgencia debido a un grave sangramiento intestinal, Fidel Castro permanece convaleciente y el Gobierno interino que encabeza Raúl se ha consolidado. Mientras algunos siguen centrados en si el mandatario cubano reaparece o no, o en si su salud le permitirá presidir el desfile militar en la plaza de la Revolución el próximo 2 de diciembre, la gente en la calle se ha habituado a la nueva situación y sigue su rutina y su vida, que no es poco. El Partido Comunista cada vez ocupa un papel más relevante y lo que se fomenta es el reparto de funciones y una dirección más colegiada. Desde luego, la palabra transición no se pronuncia.
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