11 soldados de la OTAN mueren en Afganistán
La situación en Afganistán se vuelve más sangrienta cada día. Las tropas de la OTAN destacadas en ese país centroasiático sufrieron 11 bajas en 24 horas. Cuatro soldados norteamericanos integrados en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, en sus siglas en inglés) murieron ayer por la explosión de una bomba en el sur de Afganistán, según indicó un portavoz de la Alianza Atlántica. Otro militar, también estadounidense, murió en otro ataque en el sur del país.
Horas antes, otros tres soldados de EE UU perdían la vida en un ataque suicida en la sureña provincia de Kandahar, en el que también murieron cinco civiles afganos. El suicida se hizo estallar en la noche del martes a las puertas del cuartel de una unidad de élite de la policía afgana. Tras la explosión, un grupo de talibanes, armados con lanzacohetes y ametralladoras, abrieron fuego contra el personal de la base. Policías afganos, con el apoyo de tropas estadounidenses, repelieron el ataque e impidieron a los insurgentes entrar en la base, lo que habría ocasionado una matanza mayor.
Estas muertes se produjeron poco después de que se desatara una amplia operación de búsqueda para capturar al soldado afgano que disparó a bocajarro y mató a tres militares británicos en la provincia de Helmand. El supuesto asesino huyó el martes nada más cometer su crimen y aún no se le ha encontrado.
Con estas muertes son ya 45 los soldados de la coalición internacional que han perdido la vida en lo que va de julio. Junio, con 101 muertos, fue el mes más mortífero para las tropas de la OTAN desde que comenzó el conflicto, en el otoño de 2001.
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