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Por la senda del desarrollo pacífico

China considera que ha acabado el tiempo de las potencias que conquistan o amenazan y que la tendencia, frente a los crecientes riesgos y desafíos que enfrenta la comunidad internacional, debe ser la de integrar desarrollo y paz de manera que se beneficien todos. Rechaza que Pekín tenga ambiciones hegemónicas

La Propuesta del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) para Formular el 12º Plan Quinquenal para el Desarrollo Económico y Social de China adoptada por la Quinta Sesión Plenaria del 17º Comité Central del PCCh deja trazado un magno proyecto para el desarrollo de China en el próximo lustro. Se reitera en la parte relativa a las relaciones exteriores que China, enarbolando en alto la bandera de la paz, el desarrollo y la cooperación y con firme apego a la política exterior independiente y de paz, al camino de desarrollo pacífico y a la estrategia de apertura de beneficio recíproco y ganancia compartida, se enfrasca en la salvaguardia de su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo, con miras a promover, junto con los demás países, la construcción de un mundo armonioso de paz duradera y prosperidad común. Se trata de una explicación en profundidad sobre los propósitos de la política exterior y el sendero de desarrollo de China así como su objetivo y la manera de conseguirlo, en tanto que reviste un relevante significado real y una trascendencia histórica para la diplomacia china bajo las nuevas circunstancias.

1. ¿Por qué China escoge el camino de desarrollo pacífico?

El seguir el camino de desarrollo pacífico, en vez de ser una decisión impulsiva basada en la imaginación subjetiva, es una elección bien meditada a base de nuestro análisis sobre los grandes cambios que han tenido lugar en el mundo, en China y en las relaciones entre ésta y el resto del mundo. Por lo tanto, es menester adaptarnos a la evolución de la situación y hacer reajustes propicios de acuerdo con las circunstancias, a fin de seguir un camino conforme tanto a la tendencia del desarrollo mundial como a las condiciones nacionales de China.

El mundo de hoy está experimentando cambios tan amplios como profundos. La profundización de la globalización económica, la informatización y los adelantos vertiginosos de la ciencia y tecnología, lo vuelven cada vez más "pequeño" al mundo, que parece se ha convertido en una "aldea global". Con vinculación, interdependencia e integración de intereses que alcanzan cotas sin precedentes, los países del mundo cuentan con intereses comunes cada vez más extensos, enfrentando un número creciente de problemas que necesitan soluciones conjuntas, lo que refuerza cada día más sus aspiraciones a la cooperación mutuamente beneficiosa. En cierta medida, el mundo ya representa una "comunidad de intereses". Ningún país, ni siquiera los más poderosos, puede permanecer aislado y luchar a solas, en tanto que el comportamiento de un país no sólo concierne a sus propios intereses, sino que también dejará impactos trascendentales en los de otros. Las prácticas egoístas de conquistar o amenazar a otros por la fuerza, o buscar espacios de desarrollo y recursos por medios no pacíficos están perdiendo terreno. De igual manera, se vuelve cada vez más impopular el proceder de algunos países caracterizado por identificar amigos y enemigos con base en la ideología y formar bandas apelando a múltiples pretextos en búsqueda del monopolio de los asuntos mundiales en mano única o de unos pocos. En respuesta a los crecientes riesgos y desafíos, la paz, el desarrollo y la cooperación se han constituido en la tendencia irresistible de los tiempos. Los países deberían considerarse como los pasajeros que comparten el mismo barco, en vez de lucharse entre sí y tratar de arrojar al otro por la borda, ya que ello constituye la única salida viable.

Hoy, en China se están operando transformaciones tan amplias como profundas. Más de 30 años de reforma y apertura han traído cambios titánicos para China, que pasó de tomar la lucha de clases como la línea conductora a centrarse en la construcción económica y la promoción integral de la causa de la modernización socialista; de la aplicación de la economía planificada al establecimiento del sistema de economía de mercado socialista a través del impulso de la reforma en todas las facetas; de una sociedad cerrada y con énfasis parcial en el autosostenimiento a la apertura al exterior en fomento de la cooperación internacional; de la delimitación según la ideología a la coexistencia pacífica entre los distintos sistemas sociales y modelos de desarrollo y el desenvolvimiento omnidireccional de las relaciones exteriores. Todo ello nos llama a actuar a la luz de las condiciones nacionales básicas y las características de la actual etapa de desarrollo de nuestro país, profundizar la reforma y apertura y acelerar la transformación del patrón de crecimiento económico.

Las relaciones de la China actual con el resto del mundo también han experimentado cambios históricos. Con la constante profundización de la reforma y apertura y el continuo desarrollo económico y social, China se inserta cada vez más en la comunidad internacional, estrechando de forma creciente sus vínculos con el mundo, de manera que el futuro y el destino de China se entrelazan cada día más con los del mundo. El desarrollo de China no puede desvincularse del mundo y éste, a su vez, necesita a China para su prosperidad y estabilidad. Si no manejamos bien nuestras relaciones con el resto del mundo, perderíamos las oportunidades de desarrollo proporcionadas por la paz general en la situación internacional, la relativa estabilidad en las relaciones entre los grandes países y el vertiginoso progreso de la nueva revolución científico-tecnológica en las primeras dos décadas del nuevo siglo.

2. ¿Qué es el camino de desarrollo pacífico?

El camino de desarrollo pacífico a seguir es un flamante sendero de desarrollo formulado por la dirección colectiva del Comité Central del PCCh con el compañero Hu Jintao como Secretario General, sobre la base del exhaustivo análisis de las características de la época y las condiciones nacionales de China, la coordinación de los intereses generales tanto nacionales como internacionales y el estudio y aprendizaje de las experiencias y lecciones de desarrollo de otros países grandes. Se trata de una decisión trascendental sobre la estrategia de desarrollo de China así como una declaración relevante de la estrategia exterior de nuestro país.

A mi juicio, las características de este sendero se pueden resumir en "cinco puntos": Primero, resaltar la naturaleza pacífica del desarrollo. En vez de involucrarse en la invasión, el saqueo, la guerra y la expansión que las potencias occidentales se acostumbran a practicar, nos comprometemos a servir a la paz mundial mediante nuestros esfuerzos, integrando el desarrollo con la paz. Segundo, recalcar el carácter independiente del desarrollo, ya que la independencia y autodecisión son características fundamentales de la política exterior de China, mientras que la autosuficiencia constituye una excelente tradición nuestra. A lo largo de más de treinta años, colocando siempre el punto de sustento y el centro de gravedad del desarrollo en el plano interno, procuramos nuestro propio desarrollo valiéndonos básicamente de la reforma y apertura, de nuestra inteligencia y laboriosidad, de la continua ampliación de la demanda doméstica y de la propulsión de la transformación del modelo de crecimiento económico. Tercero, enfatizar el carácter científico del desarrollo. De acuerdo con las exigencias emanadas de la concepción científica de desarrollo integral, coordinado y sostenible que considera al ser humano como lo primordial, al impulsar el desarrollo tan seguro como acelerado de la economía nacional, China se enfrasca en promover activamente la edificación de una sociedad armoniosa, con miras a asegurar que el proceso de desarrollo pacífico de China goce de un excelente entorno doméstico. Cuarto, subrayar el carácter cooperativo del desarrollo. Siendo China un miembro de la gran familia internacional, la mejor forma de fomentar los intereses propios y ajenos consiste en enfrentar juntos las dificultades y penalidades y compartir los intereses y responsabilidades. En las relaciones con el exterior, abogamos por la amistad en lugar de la enemistad, la cooperación en vez de la confrontación, la confianza en sustitución del recelo, y el tratamiento en pie de igualdad en vez de la imposición de la voluntad propia al prójimo. Quinto, acentuar el carácter universal del desarrollo. China persiste en la homogeneidad de los intereses nacionales propios con los comunes de toda la humanidad. Al buscar su propio desarrollo, China se esfuerza por el desarrollo común de los países del mundo, rechazando las prácticas egoístas que favorecen su propio desarrollo en perjuicio de intereses de los demás. Somos muy conscientes de que para desarrollarse a sí mismo, hay que dejar desarrollar a los demás también; para tener la seguridad propia, uno debe hacer que los demás se sientan seguros; y para llevar una vida mejor a uno mismo, es necesario dejar vivir bien a los otros.

3. ¿Cuál es la dirección de desarrollo y la intención estratégica de China?

Después de más de 30 años de reforma y apertura de China, sobre todo, a raíz de su exitosa organización de los Juegos Olímpicos de Beijing y su superación de la crisis financiera internacional, la comunidad internacional ha mostrado un creciente interés en el rumbo de la estrategia de China. Cabe señalar que la llamada intención estratégica de China no es tan compleja e insondable como algunos piensan, como si ocultáramos algunos objetivos o ambiciones inconfesables. De hecho, la intención estratégica de China se puede definir en dos palabras: desarrollo pacífico, es decir, se busca la armonía y el desarrollo al interior del país mientras se procura la paz y cooperación en el extranjero. Esto es lo que pensamos y debemos hacer las generaciones actuales y futuras en un largo período de tiempo. Esta posición no la vamos a variar en 100 incluso en 1.000 años. En concreto, tenemos que materializar este objetivo por medios pacíficos, por la continua reforma y perfección de nuestro propio sistema, y por los arduos esfuerzos y la creatividad del pueblo chino, así como por la convivencia amistosa duradera y la cooperación de beneficio mutuo en pie de igualdad de todos los pueblos del mundo, con el propósito de liberar al pueblo chino, que representa una quinta parte de la población mundial, de la pobreza para llevar una mejor vida y convertir China en un país donde la gente vive feliz y trabaja en paz en una sociedad armoniosa caracterizada por la civilización en lo político, material y espiritual y el desarrollo armonioso entre el hombre y la naturaleza, siendo el miembro más responsable, civilizado y respetuoso con la ley y el orden de la comunidad internacional. En este proceso, es menester desarrollar el sistema político y la democracia socialistas a la luz de las condiciones nacionales de China. Al fin y al cabo, el pueblo chino ha sufrido lo suficiente de la pobreza y nuestra mayor intención estratégica no es otra que vivir una vida cada día mejor y cada año más próspera, en tanto que queremos lo mismo para los demás pueblos del mundo. El PCCh ha denominado este proceso como "desarrollo pacífico" y las formas y medios para materializarlo como "el camino de desarrollo pacífico". Se puede constatar que este camino ha sido solemnemente incorporado en el Informe del 17 º Congreso del Partido y reiterado en la propuesta para el 12º Plan Quinquenal adoptada en la última sesión plenaria del Comité Central del PCCh, poniendo de pleno manifiesto la sinceridad y determinación del PCCh de adherirse a la senda de desarrollo pacífico.

4. ¿Cómo se visualiza los logros del desarrollo de China?

Después de más de tres décadas de reforma y apertura, China ha logrado notables progresos en su desarrollo económico y social. En los últimos años en particular, el desarrollo de China ha atraído mayor atención internacional. Muchos piensan que China ya es un país desarrollado, al par de los Estados Unidos. Esta opinión explica por un lado que un país es plenamente capaz de materializar su desarrollo siguiendo el camino de desarrollo pacífico, lo que justifica la certeza de nuestra elección. Sin embargo, también muestra por el otro su falta de conocimiento global y profundo sobre la situación y el nivel de desarrollo de China. La realidad es que, por considerable que sea el PIB de China, todos los éxitos de desarrollo tienen que ser compartidos entre sus 1.300 millones de habitantes. El actual PIB per cápita de China es de tan solo 3.800 dólares estadounidenses, posicionándose aproximadamente en el 104º lugar en el ranking mundial, incluso por debajo de muchos países africanos. Según el estándar de un dólar estadounidense diario por persona adoptado por las Naciones Unidas, 150 millones de chinos aún viven por debajo del umbral de la pobreza. Incluso de acuerdo con la norma de pobreza de 1.200 yuanes anuales per cápita, más de 40 millones de chinos todavía se encuentran en la pobreza. Hoy en China, 10 millones de personas no tienen acceso a la electricidad y cada año hay que dar empleo a 24 millones de habitantes. No se ha cambiado en lo fundamental las realidades de China que consisten en una enorme población, una base económica precaria, el desequilibrio entre la ciudad y el campo y entre las regiones, la estructura industrial irrazonable y el subdesarrollo de la fuerza productiva. De todas formas, China, grande en lo demográfico y pequeño en lo económico, es un país en vías de desarrollo en el propio sentido del término. Los problemas económicos y sociales que enfrentamos son los mayores y más difíciles del mundo, por lo que no tenemos ninguna razón para estar engreídos y arrogantes. Queda un largo y arduo camino por recorrer para alcanzar un desarrollo sustancial de China y mejorar la vida de su pueblo, tarea que requiere esfuerzos incansables de varias generaciones e incluso a más largo plazo. Aun cuando el PIB per cápita de China se acerque al de los países occidentales, como Estados Unidos, Europa y Japón, la calidad de nuestra economía y vida seguirá muy por debajo de la de ellos.

Cabe señalar especialmente, que aun cuando China se vuelva más fuerte, seguirá siendo uno de los países en vías de desarrollo, con los que continuará cerrando filas de manera firme e invariable en aras de la unidad, la cooperación y el desarrollo común, lo que nunca varía aún con el desarrollo económico y el ascenso de la posición internacional de China, ya que ello viene determinado por las experiencias históricas compartidas, la amistad forjada en las luchas conjuntas, las tareas comunes de desarrollo y los mismos intereses estratégicos. China fue, es y será para siempre el amigo, hermano y socio más sincero y digno de confianza de los países en desarrollo. Aunque quedan espacios por perfeccionar y mejorar nuestras relaciones con los países en desarrollo, la cooperación entre China y ellos es abierta y honesta con base en la igualdad, el beneficio mutuo, la ganancia compartida y la amistad sincera y jamás se puede tildarla a China del llamado "neocolonialismo".

5. ¿Procurará China la hegemonía mundial con un mayor desarrollo?

Es innecesaria esta preocupación. Oponerse al hegemonismo está recogido tanto en la Constitución de China como en el Estatuto del PCCh, cosa que probablemente, ninguna otra potencia ni partido político en el mundo habría sido capaz de hacer hasta la fecha.

Históricamente, China no tiene la cultura ni la tradición expansionistas y hegemónicas. Nuestra tradición política y cultural milenaria valora la bondad y armonía como su núcleo, abogando por el valor de la armonía, la buena vecindad y la amistad con todos. Hace varios siglos, cuando estaba en el apogeo de su poderío, teniendo un PIB que representaba el 30% del total mundial, China tampoco practicaba el expansionismo ni la hegemonía. Lo que Zheng He, al frente de la flota más poderosa del mundo, llevó al ultramar en sus siete viajes eran porcelana, seda y té, en vez de sangre y fuego, saqueo y colonialismo. Lo que recibía Japón de la China regida por la próspera Dinastía Tang no fue amenaza sino prosperidad. La extensión territorial de China formada a raíz de la Dinastía Han del Oeste se ha conservado sin mayor cambio hasta nuestros días.

Desde la óptica actual, en la época de la globalización económica, un país puede materializar plenamente su revitalización por medio de la competencia y cooperación internacionales de forma equitativa, ordenada y mutuamente beneficiosa, sin la necesidad tampoco la posibilidad de retomar el viejo camino de desafiar el orden internacional u otros países. Las experiencias del ascenso y decadencia de las potencias del mundo nos han enseñado que la senda del expansionismo carece de toda viabilidad, la vía de la carrera armamentista es impracticable y la hegemonía conduce a un callejón sin salida, por lo que el desarrollo pacífico queda como el único camino acertado. Cuanto más se desarrolle China, mayores serán su necesidad de cooperación con los demás países del mundo y su aspiración por un entorno internacional pacífico y estable. Siendo un arma mágica de nuestros éxitos, el beneficio recíproco, la ganancia compartida y el desarrollo común son las experiencias más importantes y profundas de los más de 30 años de relaciones exteriores transcurridos a raíz de la reforma y apertura. Esta arma mágica la tenemos que agarrar con firmeza y no la abandonaremos de ninguna manera.

Desde el ángulo de nuestras políticas fundamentales, no buscar el liderazgo, no competir por la supremacía y no procurar la hegemonía constituyen la política fundamental del Estado y opción estratégica de China. La cuestión de si un país representa una amenaza al mundo depende esencialmente del tipo de políticas que aplica. Nos adherimos invariablemente a los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, respetando el derecho de los pueblos de distintos países a elegir independientemente sus caminos de desarrollo, no practicando jamás la hegemonía ni buscando dominar el mundo. Tal como señaló el compañero Deng Xiaoping, si algún día China practicara la hegemonía mundial, los pueblos del mundo podrían denunciar, boicotear y derrotarla. La comunidad internacional puede supervisarnos al respecto.

La versión de que China quiere dominar el mundo reemplazando a los Estados Unidos no es más que un cuento. En el área política, nos centramos en la construcción del socialismo con particularidades chinas y respetamos el derecho de los pueblos de diversos países de elegir su propio sistema social y camino de desarrollo en vez de exportar los nuestros. En el terreno económico, nos dedicamos en cuerpo y alma al desarrollo propio y constatamos con satisfacción la continua prosperidad y desarrollo de los demás países en búsqueda del progreso común. En lo militar, no nos entregamos a la carrera armamentista y nuestra prioridad consiste en mejorar las condiciones del vestido, la alimentación, la vivienda y el transporte de los 1.300 millones de chinos, por lo que no podemos ni nos permitimos el lujo para derrochar un dineral en los gastos militares.

No buscamos la hegemonía ni la disputamos con otros países en nuestra región, rechazando la llamada hegemonía conjunta y la supuesta Doctrina Monroe. Nuestra política exterior del entorno busca la paz, seguridad y prosperidad con la vecindad. El punto de partida y la finalidad de la estrategia china en el Asia-Pacífico consisten en crear un entorno estable y favorable para nuestro propio desarrollo a fin de materializar el beneficio mutuo y la ganancia compartida con los países concernientes, con la disposición de ser para siempre buenos amigos, vecinos y socios de la ASEAN y todos los países asiáticos. Siendo abierta nuestra actitud hacia la cooperación regional y transparentes y benévolas nuestras intenciones, los acuerdos bilaterales y multilaterales firmados con los países asiáticos no contienen ninguna cláusula excluyente. Deseamos también que las acciones de los países concernientes en Asia no tengan como objetivo prevenir, contener y perjudicar a China y que lo que dicen y hacen a la puerta de nuestra casa y en la región donde hemos vivido durante miles de años sean igualmente transparentes y de buena fe. Uno se beneficiará si ve en el desarrollo de China una oportunidad y sabe aprovecharla. En cambio, si lleva todos los días sospechando de las intenciones estratégicas regional e internacional de China para ocuparse con buscar defectos y montar líos, perderá la preciosa oportunidad de cooperar con China. Las pretensiones de formar bloques contra China para contenerla, las prácticas de sembrar la discordia entre los países de la región y la realización de maniobras militares conjuntas en las aguas costeras de China reflejan la típica mentalidad de Guerra Fría, que siendo anacrónica e incapaz de impedir el progreso de China, sólo hará perder la oportunidad histórica de desarrollar la cooperación con ésta, por lo que está condenada al fracaso.

En el mundo, algunos citan una frase de China que reza "mantener un perfil bajo y hacer contribuciones oportunas" para especular que el anuncio de China de seguir el camino del desarrollo pacífico no es más que una cortina de humo para ocultar su intención real cuando todavía no tiene suficiente poderío. En realidad, se trata de una especulación infundada. Esta frase la dijo el compañero Deng Xiaoping a finales de los 80 y a principios de los 90 del siglo pasado para recordar que China debe preservar la humildad y la prudencia y abstenerse de ser el líder o el abanderado ni practicar el expansionismo y la hegemonía, lo cual concuerda con el pensamiento del camino del desarrollo pacífico.

En cuenta resumida, China, país de buena fe y con sentido de responsabilidad, respeta a los demás, pero jamás permite ser atropellada. Se esfuerza constantemente por desarrollar la democracia socialista a tenor de las propias realidades nacionales y valora, respeta y protege los derechos humanos. Pese a numerosas dificultades en su camino de avance, siempre mantiene una mente abierta, contra el anquilosamiento, persistiendo en la reforma y apertura y aprendiendo con modestia de los otros, en procura de la igualdad, convivencia armoniosa, beneficio recíproco, ganancia compartida y desarrollo común con el resto del mundo. Es un país que siguiendo el camino del desarrollo pacífico y manteniendo trato abierto, sincero y transparente con todos los países, inspira tranquilidad, certidumbre y confianza en sus relaciones con las demás naciones. Con respecto al desarrollo pacífico de China, la comunidad internacional debe dar la bienvenida en vez de tener el miedo, favorecer en lugar de obstruir y apoyar en vez de contener, al mismo tiempo de comprender y respetar los legítimos y razonables intereses y preocupaciones de China en su proceso de desarrollo pacífico.

6. ¿Cómo tratará una China en rápido desarrollo sus relaciones con otros países?

En China, un refrán reza que sacando arroz de la misma olla, es inevitable el choque entre la tapa, el tazón y la cuchara. Viviendo en la misma aldea global, es igualmente inevitable que surjan contradicciones y roces entre los países, lo cual no merece la pena armar un escándalo. La clave consiste en qué principios tenemos que seguir para tratar los problemas que aparecen: ¿ojo por ojo en cualquier roce pequeño, exagerar un problema insignificante o adoptar un método totalmente distinto? Aplicamos los siguientes principios fundamentales en el tratamiento de las relaciones internacionales, cuya validez ha sido comprobada a lo largo de las últimas décadas. Primero, persistir en el desarrollo de los vínculos con todos los países a la luz de los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica. Rechazamos las prácticas tales como la intervención en los asuntos internos y la amenaza y el uso de la fuerza, y no entramos en alianza con ningún otro país. Segundo, adherirnos a la estrategia de apertura basada en el beneficio mutuo y la ganancia compartida. No aplicaremos la política de tomar a los vecinos como sumidero, perjudicando sus intereses en beneficio propio. Valoramos, desarrollamos y defendemos los intereses comunes, realizando esfuerzos por hacer más grande y mejor la tarta de intereses comunes. Tercero, abogar por resolver las disputas y discrepancias por medio del diálogo y las consultas, buscando terrenos comunes y archivando las diferencias. En los últimos años, hemos realizado importantes esfuerzos en esta materia al establecer los mecanismos de diálogo estratégico y consultas con los Estados Unidos, Europa, Japón y algunos países emergentes para efectuar en profundidad intercambios de opiniones sobre los temas trascendentales de carácter global y largo plazo de la agenda internacional y bilateral, con el propósito de fomentar el entendimiento y la confianza mutuos, buscar consenso estratégico, ampliar intereses comunes y reducir líos y reveses. Con respecto a los problemas que no tienen soluciones a corto plazo, somos partidarios de dejarlos de lado temporalmente para tratarlos cuando se reúnan las condiciones y oportunidades. Unas cuestiones incluso las podemos dejar para las generaciones venideras.

Según algunos, el Gobierno chino nunca ha prometido renunciar al uso de la fuerza en la solución del problema de Taiwan y los gastos militares de China están creciendo de forma gradual, lo que se contradiría con el camino del desarrollo pacífico. A mi parecer, para escoger cualquier camino de desarrollo no se debe menoscabar los intereses trascendentales, sobre todo, los esenciales del Estado. ¿Cuáles son nuestros intereses esenciales? En mi opinión personal, primero, se trata del sistema estatal y político así como la estabilidad política de China, a saber, la dirección del PCCh, el sistema socialista y el camino del socialismo con particularidades chinas. En segundo lugar, es la seguridad, soberanía, integridad territorial y unidad nacional de China. En tercer lugar, se refiere a las garantías básicas para el desarrollo socio-económico sostenible de China. No se permite de manera alguna la violación ni perjuicio de estos intereses.

El tema de Taiwan atañe a la unidad e integridad territorial de China, a sus intereses esenciales así como al sentimiento nacional de 1.300 millones de chinos y todos los hombres y mujeres de la nación china. En la cuestión de Taiwan, nos atenemos a la orientación fundamental de la reunificación pacífica y "un país, dos sistemas", no permite de ninguna manera la separación de Taiwan de China ni se compromete a renunciar al uso de la fuerza, posición que no está dirigida contra los compatriotas taiwaneses sino principalmente contra una minoría de elementos secesionistas que persiguen la independencia de Taiwan. En los últimos años, se han logrado positivos e importantes avances en el desarrollo pacífico de los lazos entre ambas orillas del Estrecho de Taiwan, traducidos en la suscripción del Acuerdo Marco de la Cooperación Económica, que abre un horizonte aún más amplio para el desarrollo pacífico de las relaciones entre las dos riberas. Sin embargo, partiendo de la mentalidad de Guerra Fría y necesidades geopolíticas, ciertos países aún se obstinan en vender armas a Taiwan haciendo oídos sordos a la categórica oposición de la parte china. Estas acciones que traicionan los compromisos, desfavorecen el desarrollo pacífico de las relaciones interribereñas del Estrecho de Taiwan y van en contra de la corriente de la paz, la cooperación y el desarrollo de la región Asia-Pacífico deben ser corregidas lo antes posible.

China aplica una política de defensa nacional de carácter defensivo. El reforzamiento de la defensa nacional tiene como objetivo salvaguardar la soberanía nacional e integridad territorial, proteger la frontera terrestre de más de 22.000 kilómetros y el límite marítimo de 18.000 kilómetros, así como preservar un ambiente pacífico para nuestro desarrollo. Ello no surge como una necesidad de la carrera armamentista ni se destina a la conquista de la hegemonía y la expansión al exterior. En el extranjero, algunos están preocupados por la posibilidad de que China convierta su creciente poder económico en la fuerza militar, lo que es totalmente innecesario. En comparación con un buen número de países tales como Estados Unidos y Japón, China tiene unos gastos militares muy reducidos tanto en su monto total como en el nivel per cápita, de manera que no representa amenaza alguna para otros países. En cuanto a la supuesta transparencia, en el mundo no hay ningún país que sea absolutamente transparente en materia militar. No obstante, la transparencia militar de China viene aumentándose a lo largo de las últimas décadas y cabe mencionar especialmente que nuestra intención estratégica es más transparente que la de muchos otros países, que incluyen, entre otros, las principales potencias. Por ejemplo, hemos declarado abiertamente ante el mundo entero que nunca procuraremos la hegemonía, y además de comprometernos de forma pública a no recurrir primero al uso de las armas nucleares ni al uso de éstas o la amenaza con su uso contra los países sin estas armas. Si los demás países siguen nuestro ejemplo, aportarán sin lugar a dudas una relevante contribución a la paz, la estabilidad y el desarrollo del mundo.

7. ¿Cómo maneja China su creciente poder e influencia?

El objetivo del desarrollo de China se puede resumir en la siguente frase: construir una sociedad armoniosa en el plano nacional y promover la construcción de un mundo armonioso en el internacional. Ello significa que China se hace responsable primero de sus 1.300 millones de ciudadanos, al tiempo de asumir responsabilidad también ante los pueblos, la paz y el desarrollo del mundo, de forma que los resultados del desarrollo de China beneficien tanto a su propio pueblo como a la comunidad internacional. Hoy, algunas opiniones internacionales malinterpretan nuestra política de "entregarnos en cuerpo y alma a la construcción y concentrarnos en el desarrollo", considerando que China carece de la disposición de asumir las responsabilidades y cumplir las obligaciones internacionales. De hecho, desde el inicio de la reforma y apertura, el PCCh ha definido como una de sus tres tareas históricas la salvaguardia de la paz mundial y el fomento del desarrollo común, planteando en los últimos años la iniciativa de promover la construcción de un mundo armónico de paz duradera y prosperidad común, con una mayor atención y presencia en los asuntos internacionales y regionales. En primer lugar, China ha participado de manera activa en la respuesta conjunta a los problemas globales tales como la energía, la alimentación, el cambio climático, el terrorismo, los desastres naturales, las enfermedades infecciosas y la crisis financiera, así como en la solución de los problemas regionales candentes que incluyen entre ontros, las cuestiones nucleares de la Península Coreana y de Irán, el conflicto palestino-israelí y la cuestión de Darfur en Sudán. En segundo lugar, China ha tomado activa parte en la edificación del sistema internacional, en que China, participante responsable, es también una beneficiaria, constructora y contribuyente de dicho sistema. El sistema internacional en vigencia, sin alcanzar la perfección todavía, necesita ser actualizado mediante reforma y mejoras para volverse más justo y razonable. En adelante, China está dispuesta a desempeñar un papel más activo en este proceso, que incluye, entre otros elementos, el establecimiento y perfeccionamiento de las reglas internacionales, y continuar asumiendo las responsabilidades y obligaciones internacionales correspondientes a su poderío nacional. En tercer lugar, China toma activa parte en la promoción de la agenda de desarrollo. Por un lado, nos hemos centrado en nuestro propio desarrollo, que forma parte importante del desarrollo del mundo. En este sentido, un mayor desarrollo de China traerá mayores beneficios a todo el mundo. En los últimos años, la economía china ha contribuido en más del 10% al crecimiento económico mundial, y en más del 12% a la expansión del comercio internacional, con la creación de varias decenas de millones de oportunidades de empleo en países y regiones pertinentes. Por el otro, China, siendo no sólo un relevante participante sino también un importante promotor de la agenda de desarrollo global, está dispuesta a trabajar junto con otros países con el fin de impulsar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU y fomentar la prosperidad y progreso del mundo.

8. ¿Qué relación guarda el camino de desarrollo pacífico con el socialismo con particularidades chinas?

Son como las dos caras de la misma moneda. Por un lado, el camino de desarrollo pacífico constituye la demanda intrínseca del socialismo con particularidades chinas. En el fondo, el camino de desarrollo de un país depende de la naturaleza de su sistema. La codicia innata de la sociedad capitalista y del capital determina que el ascenso de las potencias occidentales esté acompañado ineludiblemente de agresión y expansión a sangre y fuego. En cambio, como un país socialista, China persigue las metas fundamentales de prosperidad, justicia social, desarrollo y paz mundial. Durante un largo período histórico, China seguirá hallándose en la etapa primaria del socialismo, en la que la contradicción principal de la sociedad consiste en la brecha entre la creciente demanda material y cultural del pueblo y la atrasada producción social, hecho que determina no sólo la necesidad de tomar siempre el desarrollo como la tarea primordial del PCCh en la gobernación y revitalización del país y crear para ello un entorno internacional de paz y estabilidad duradera, sino también la realidad de que "el socialismo que estamos construyendo es el que desarrolla incesantemente la fuerza productiva y el que aboga por la paz" (Deng Xiaoping). Por el otro, el camino de desarrollo pacífico forma parte importante del socialismo con características chinas, que se materializa en todos los aspectos económico, político, cultural, social y ecológico, entre los cuales el vinculado con las relaciones exteriores lo denominamos el camino de desarrollo pacífico. En otras palabras, el camino de desarrollo pacífico constituye una manifestación concentrada de la naturaleza, características, contenido y vías fundamentales del socialismo con particularidades chinas en el campo de las relaciones exteriores. El mantener en alto la gran bandera del socialismo con características chinas en las relaciones exteriores nos exige enarbolar en alto la de paz, desarrollo y cooperación y seguir con firmeza el camino de desarrollo pacífico. Esta conclusión básica, que ha sacado nuestro Partido analizando la situación mundial y resumiendo las experiencias y lecciones de desarrollo tanto de China como de países extranjeros, constituye un relevante resultado alcanzado mediante nuestros constantes esfuerzos por promover la adaptación del marxismo a las realidades chinas y su actualización, y a la vez sirve de garantía fundamental para que China pueda materializar el desarrollo de modo científico en medio de las complejas y cambiantes circunstancias internacionales.

9. ¿Qué es la relación entre el camino de desarrollo pacífico y la construcción de un mundo armonioso?

El seguir el camino de desarrollo pacífico, una declaración de China ante el mundo sobre sus maneras de conseguir el desarrollo y la revitalización, constituye en esencia la opción del Partido sobre el camino y estrategia de desarrollo del país. Con promover la construcción de un mundo armonioso se da respuesta al interrogante de qué tipo de mundo y orden internacional China se apresta a construir, explicando en el fondo la posición y el código de conducta que nuestro Partido preconiza respecto al orden internacional. La adhesión al camino de desarrollo pacífico sirve de base y premisa para la construcción de un mundo armonioso, que surje como un colorario de aquélla. China aboga por la unidad orgánica entre los dos elementos, combinando al mismo tiempo el patriotismo y el internacionalismo. A través del camino de desarrollo pacífico, la población china, algo más de la quinta parte de la mundial, puede alcanzar una vida mejor, lo cual será una enorme contribución a toda la humanidad y volverá más armonioso al mundo con la existencia de China. China ha dejado en claro al mundo y subrayado en repetidas ocasiones su compromiso con el camino de desarrollo pacífico, hecho que además de poner de manifiesto nuestra sinceridad con el desarrollo pacífico, constituye también un llamado a más países para incorporarse a dicho camino. De hacerlo así, un mundo armonioso de paz duradera y prosperidad común ya no nos quedaría muy lejos. A su vez, una mayor armonía en el mundo haría más estable y despejado el camino de desarrollo pacífico que China sigue. En este sentido, la adhesión al camino de desarrollo pacífico y la construcción de un mundo armonioso se condicionan y fomentan la una a la otra, las que no se pueden separar en forma artificial.

10. ¿Será viable el camino de desarrollo pacífico de China?

Sí, será viable. Todo el mundo puede constatar que en los últimos 30 años, hemos quebrantado con nuestras propias prácticas la ley histórica de que las potencias en ascenso se lanzan inevitablemente al expolio, agresión y hegemonía, abriendo un flamante camino de desarrollo pacífico a través del trabajo laborioso, la sabiduría, la cooperación mutuamente beneficiosa y ganancia compartida en una era globalizada. El desarrollo de China en el lustro abarcado por el 11º Plan Quinquenal ha demostrado una vez más que el camino de desarrollo pacífico nos conducirá a un futuro brillante. Los últimos 5 años han sido testigo del constante reforzamiento del poderío integral nacional de China, del gran aumento de su posición e influencia en la arena internacional mediante una participación amplia y profunda en la cooperación internacional, así como de la profundización de las relaciones con otros países del mundo y la continua consecución de grandes éxitos en el trabajo diplomático. Durante este quinquenio, con la acertada conducción del Comité Central del PCCh y el Consejo de Estado, y en torno a nuestras tareas centrales, hemos aprovechado las oportunidades y desbaratado los desafíos, sirviendo a los intereses generales, y hemos asegurado de nuevo los intereses del país y registrado renovados avances del trabajo diplomático mediante la celebración de grandes eventos, superación de la crisis, fomento del desarrollo y construcción de una nueva imagen. La reunión sobre asuntos exteriores del Comité Central del PCCh, concluida con éxitos, destacó los cambios históricos ocurridos en las relaciones entre China y el resto del mundo, sobre la base de un conocimiento integrado y profundo respecto de la evolución y cambio de la situación interna y externa,planteando un conjunto de importantes estrategias diplomáticas tales como coordinar los intereses generales en lo interno y externo, seguir el camino de desarrollo pacífico, aplicar la estrategia de apertura basada en el beneficio mutuo y la ganancia compartida, y promover la construcción de un mundo armonioso de paz duradera y prosperidad común, las cuales orientarán el trabajo diplomático de China en la nueva era siguiendo el rumbo de desarrollo científico.

A lo largo de los últimos 5 años, venimos coordinando los intereses internos y externos y esforzándonos por crear un entorno internacional pacífico y condiciones externas favorables para la modernización del país, mediante el despliegue de las acciones diplomáticas en todas las direcciones. Impulsamos a pasos sólidos las relaciones con los países grandes, los vecinos y los en vías de desarrollo, logrando un desarrollo integral de la amistad y cooperación con todos los países del mundo. Desarrollamos activamente la diplomacia multilateral y de cumbres, mediante la cual los dirigentes del Partido y Estado han dejado en claro nuestras posiciones y políticas transcendentales en diversas ocasiones. Hemos participado activamente en la cooperación internacional para enfrentar la crisis financiera e impulsado el proceso de reforma del sistema económico internacional. Desempeñamos un papel especial y constructivo en las cuestiones globales tales como el enfrentamiento al cambio climático. Con la combinación de las estrategias de introducir al interior y salir al exterior, se ha realizado grandes esfuerzos por fomentar la cooperación económico-comercial internacional, contribuyendo de esta forma a la lucha contra la crisis, mantenimiento de estabilidad, promoción de desarrollo y transformación del modelo de desarrollo económico en el plano doméstico. Aprovechando la organización de importantes eventos tales como los Juegos Olímpicos de Beijing, el 60º aniversario de la proclamación de la nueva China, la Exposición Mundial de Shanghai y los Juegos Asiáticos de Guangzhou, reforzamos la diplomacia pública y el intercambio cultural para mostrar la imagen de China como un gran país caracterizado por la avanzada civilización, democracia, apertura, progreso y sentido de responsabilidad. Entablamos amplia amistad y la profundizamos en el plano internacional. Orientamos de manera activa la opinión pública internacional y promovemos la creciente profundización en la construcción del poder blando del país. Salvaguardamos la soberanía y seguridad estatales, asestando con firmeza golpes contra todo tipo de actividades separatistas y subversivas y realizando activamente la cooperación internacional en áreas de seguridad no tradicionales. Con apego a los principios de tomar a la persona como lo primordial y servir al pueblo con actividades diplomáticas, nos esforzamos por proteger los derechos legítimos de las empresas y ciudadanos chinos en el ultramar al llevar a cabo también cuantiosas tareas de rescate y mantenimiento de paz en el extranjero. A través del amplio despligue de la cooperación internacional, logramos ampliar la convergencia de intereses y promover el desarrollo común basado en beneficio mutuo y ganancia compartida con los demás países. Mediante diversas formas de diálogo estratégico y consultas políticas, logramos solucionar contradicciones y discrepancias, y aclarar dudas y malentendidos.

Los mismos hechos se han encargado de demostrar que al adaptarnos a la globalización económica con la reforma y apertura, profundizar de forma general la amistad y asociación con todos los países del mundo mediante el desarrollo pacífico y cooperación internacional, tratar adecuadamente las diversas contradicciones y fricciones, jugar un papel constructivo en los asuntos internacionales y promover la reforma del orden internacional para hacerlo más justo y razonable, somos plenamente capaces de abrir un camino de desarrollo pacífico acorde con la tendencia de nuestros tiempos, el cual será cada vez más ancho y promisorio.

DAI BINGGUO es miembro del Consejo de Estado y presidente del Diálogo Económico y Estratégico China-Estados Unidos.

Dai Bingguo saluda a la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton.
Dai Bingguo saluda a la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton.REUTERS (JONATHAN ERNST)

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