El régimen iraní aumenta el acoso a Ashtianí
Las autoridades iraníes intensifican el acoso a Sakineh Ashtianí, la mujer condenada a lapidación por un presunto adulterio. Esta semana, sus hijos no han podido visitarla en la cárcel y la vivienda de su abogado ha sido registrada.
"Los guardias me dijeron que mi madre no quería verme y no me dejaron entrar", cuenta su hijo, Sajjad Ghaderzadeh, que acudió el jueves a verla a la prisión de Tabriz (norte de Irán). "Y a mi madre, según supe después, le habían dicho que no queríamos saber nada de ella".
Los hijos de Ashtianí, viuda de 43 años, han visitado a su madre cada jueves desde que fue condenada a muerte por adulterio en 2006. Ellos iniciaron una campaña de apoyo a la mujer, que en las últimas semanas ha cobrado dimensión internacional. "Tenemos intervenido el teléfono de casa y el móvil. Nos tienen controlados. No sé qué pretenden", prosigue Sajjad.
Javid Houtan Kian, el abogado de Ashtianí, está afrontando también dificultades. No ha podido reunirse con su clienta desde hace 20 días y, este fin de semana, su casa ha sido saqueada. "Se llevaron los ordenadores y archivos de mis casos. Derribaron la puerta, literalmente", explicó.
Proceso con errores
Kian es el segundo defensor de Ashtianí, después de que el primero, Mohammad Mostafaeí, huyera de Irán a principios de mes por el acoso policial al que estaba siendo sometido. Kian ha pedido a la comunidad internacional que siga presionando al régimen iraní para que suspenda la condena a muerte por lapidación de su clienta, ya que el proceso "está lleno de errores".
Las autoridades judiciales aseguran que están revisando el caso y que aún no hay un veredicto firme. El 10 de agosto, la televisión pública iraní emitió la confesión de Ashtianí. La mujer, con el rostro borroso y la voz distorsionada, leía un documento en el que se declaraba culpable de adulterio y de estar al tanto de un plan para asesinar a su marido. Tanto su abogado como las organizaciones de derechos humanos consideran que esa confesión fue forzada, como ya ha sucedido otras veces.
El Alto Consejo de Derechos Humanos de la Judicatura aseguró el sábado en un comunicado que esa confesión probaba que las acusaciones eran ciertas. Y el Ministerio iraní de Exteriores ha rechazado la campaña internacional en favor de Ashtianí, que considera "sesgada y desinformada".
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