"No me gusta matar gente. Siento mucha pena por los niños del 11-S. Pero éste es el lenguaje de la guerra"
El paquistaní Jalid Sheij Mohamed, “responsable de la A a la Z” del atentado de Nueva York, confiesa en Guantánamo que decapitó al periodista Daniel Pearl
El paquistaní Jalid Sheij Mohamed, que dijo ser “responsable de la operación del 11-S de la A a la Z”, ha admitido también: “Yo decapité con mi sagrada mano derecha la cabeza del judío norteamericano Daniel Pearl”. El Pentágono hizo público anoche el testimonio de este supuesto terrorista durante una vista en la base militar de Guantánamo, pero se reservó esta parte para poder comunicárselo personalmente antes a la familia de periodista asesinado.
La comparecencia de Jalid Sheij Mohamed, de 41 años, tenía como fin determinar su estatus como “combatiente enemigo”. De resultar probado, quedaría detenido de manera indefinida con vistas a ser procesado ante un tribunal militar. El Ejército de EE UU comenzó a realizar estas vistas el pasado viernes para aclarar el futuro de los 14 presuntos terroristas trasladados el año pasado desde prisiones clandestinas de los servicios secretos en el extranjero a Guantánamo. Las declaraciones son a puerta cerrada y ante una especie de tribunal presidido por tres militares, sin las garantías procesales habituales en un juicio; es el Pentágono el que decide qué parte de las transcripciones del proceso comunica a la prensa y qué parte no.
Además de estos dos crímenes, el preso se hizo responsable de planificar, financiar y entrenar a miembros de Al Qaeda en ataques como los atentados de 1993 contra las Torres Gemelas de Nueva York, del atentado en una discoteca en Bali (Indonesia) en 2002; y del intento de hacer explotar un avión en vuelo por parte de Richard Reid, quien portaba una bomba en los zapatos. Y así hasta 28 ataques o planes terroristas (como matar a ex presidentes norteamericanos, por ejemplo).
“Para aquellos que quieran confirmarlo, éstas son fotos de mí mismo sacadas de Internet en las que sostengo su cabeza”, ha añadido Jalid Sheij Mohamed en su confesión. Pearl trabajaba como corresponsal del diario norteamericano Wall Street Journal cuando fue secuestrado y asesinado en Pakistán en 2002. Jalid Sheij Mohamed fue considerado siempre como el principal sospechoso de este crimen. Sin embargo, en su declaración afirma que este asesinato no formó parte de las operaciones de la red terrorista Al Qaeda.
Jalid Sheij Mohamed afirma en su declaración ser “el director de operaciones de Osama Bin Laden para organizar, planear y ejecutar las operación del 11-M”; el “comandante de operaciones militares [de Al Qaeda] para todas las operaciones en países extranjeros de todo el mundo”; el encargado de la célula dedicada a la producción de armas biológicas (ántrax incluido); y el urdidor de un atentado con bomba radioactiva en suelo norteamericano y de otros ataques (contra la torre Sears de Chicago o el Empire State Building, contra el Canal de Panamá, contra los puentes en suspensión y la Bolsa de Nueva York, contra el aeropuerto londinense de Heathrow, contra el cuartel de la OTAN en Europa).
Dice Jalid Sheij Mohamed: “No lo digo para hacerme el héroe. Soy un militar. Sabéis perfectamente cuál es el lenguaje de cualquier guerra. Si Estados Unidos quiere invadir Irak no envía flores o rosas a Sadam, manda bombardeos. [...] Cuando hacemos la guerra contra Estados Unidos, somos chacales luchando por la noche. [...] Creemos que hacemos lo mismo que George Washington. Igual que a él se le considera un héroe, muchos musulmanes consideran a Osama Bin Laden un héroe. [...] Así que cuando decimos que somos combatientes enemigos, lo somos. Pero os pido que seais justos con los detenidos que no lo son; muchos de los que están aquí han sido arrestados injustamente. Muchos, no sólo dos o tres. [...] El lenguaje de la guerra es matar. [...] En una guerra siempre hay víctimas. No me alegra que 3.000 personas murieran en Estados Unidos. Incluso me apena. No me gusta matar niños o chavales. El islam no es así, no da luz verde para matar, prohíbe matar como el cristianismo o el judaísmo. [...] Si ahora estuviéramos en la Guerra de la Independencia de Estados Unidos y George Washington fuera arrestado por los británicos, le consideraríais un héroe, pero los británicos pensarían que es un combatiente enemigo. [...] No me gusta matar gente. Siento mucha pena por los niños del 11-S. ¿Pero qué puedo hacer? Éste es el lenguaje de la guerra”.
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