Las inundaciones causan una tragedia sin precedentes en Pakistán
Más de tres millones de afectados y hasta 1.500 muertos.- La tercera presa del país amenaza con desbordarse
"Miles y miles de personas están sufriendo terriblemente. No tienen agua potable, ni comida, ni techo. Han perdido todas sus pertenencias y no tienen a donde ir. Las casas han colapsado o están hundidas bajo el agua. Los niños lloran de hambre y las madres no tienen que darles, la gente está desesperada". Con voz entrecortada, así describe por teléfono la tragedia que se está viviendo en Pakistán el corresponsal en Peshawar de la cadena nacional Aaj TV, Shahab Udda.
Las lluvias monzónicas que azotan Pakistán desde el pasado jueves son las peores en varias generaciones, se dice que no se recuerda algo así desde 1929. La devastación causada por las lluvias, inundaciones y derrumbes ha matado hasta 1.500 personas y ha "afectado gravemente" a unos 3,2 millones de personas. Sobre todo en la provincia del noroeste de Khyber Paktunkwa, pero se ha extendido a otras, ahora incluso a Punjab, que se considera el granero del país. El agua ha sumergido terreno de siembra y ha matado a ganado, dejando a muchos sin medios para ganarse la vida.
"El gobierno es incapaz de manejar la tragedia", coinciden las personas entrevistadas. Están haciendo lo que pueden, pero la dimensión de la catástrofe los sobrepasa. El poderoso Ejército paquistaní está llevando acabo maniobras de rescate con 30.0000 soldados, 43 helicópteros y 100 barcos, llevando comida medicina y casa de campaña a las víctimas. Según fuentes oficiales se cree que las operaciones de rescate pueden acabar en 10 días. Pero la reconstrucción de las áreas afectadas podría llevar más de medio año.
"Sin duda es necesaria la ayuda internacional, se necesita mucho más de lo que hay disponible para las ayudas de rescate. Estamos levantando fondos", dice el español Óscar Butragueño, el coordinador de Emergencias de Unicef en Pakistán. La tragedia ha castigado hasta ahora más a la zona noroeste, empobrecida y la más golpeada por el conflicto con los talibanes. La ayuda internacional empieza llegar: la ONU ofreció 10 millones de dólares después de que Estados Unidos diera la misma cantidad.
Dentro de los afectados, los más vulnerables son unas 27.000 personas que están todavía atrapadas, sin que puedan ser rescatadas, ya que no hay acceso hasta donde se hallan. La ayuda se ha dificultado en general porque las lluvias destrozaran muchos puentes y carreteras. Por ejemplo, la que une Islamabad y Peshawar, vital para los esfuerzos de rescate, estuvo cerrada dos días y fue parcialmente reabierta hoy.
En los refugios temporales algunos sobrevivientes han comenzado a protestar, aseguran que no hay suficiente comida y medicina. En todo el país llueven también críticas al ya de por sí impopular presidente, Asif Ali Zardari, que partió en una gira por Francia y Gran Bretaña cuando las lluvias ya habían comenzado hacer sus estragos.
Ya habla de casos de casos de brotes de diarrea, pero todavía no se han confirmado. También se teme por el cólera y la malaria. Por ello la prioridad es proveer de agua potable a los afectados, según Unicef.
La situación puede todavía empeorar ya que las lluvias no han parado y podrían aumentar en los próximos días. Hay también otro riesgo latente: a las afueras de la Peshawar, la presa Warsak, podría desbordarse, así que se ha pedido a los vecinos que abandonen sus casas. "Si es necesario evacuaremos a la fuerza", ha señalado a los medios Adnan Khan, portavoz de la autoridad para el manejo de desastres de la provincia de Khyber-Pakhtoonkhwa.
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