El hombre clave de la vuelta decisiva
El centrista François Bayrou queda en tercer lugar con el 18,4% de los votos y puede inclinar la balanza en las urnas el 6 de mayo
El centrista François Bayrou no renuncia a su proyecto de romper por el centro el modelo político francés. "Tengo una buena noticia: a partir de esta noche, la política francesa ha cambiado y ya nunca será como antes". Bayrou aseguró haber conseguido más de siete millones de votos, y que quiere ponerlos al servicio de "una política nueva, de una nueva idea del cambio".
Una hora después de que los primeros sondeos acabaran con su sueño de pasar a la segunda vuelta, pero rebosante de felicidad con cerca del 18,4% de los votos, el candidato de la Unión Democrática Francesa (UDF) se dirigió a los cientos de militantes que se congregaban en la rue de l'Université, frente al cuartel general de su campaña en París.
"El futuro de Francia exige acabar con la teoría de que sólo hay dos ideas", dijo Bayrou
El candidato de centro tiene una llave y no parece que pueda entregársela a Sarkozy
Nadie hubiera dicho que había sido derrotado por la derecha y la izquierda tradicionales que él quería combatir para transformar el modelo. "El futuro de Francia", les dijo a sus seguidores, "exige una democracia honesta y profundamente nueva".
Pero en el contexto francés, haber conseguido izarse al tercer lugar en la primera vuelta, y logrado los votos de más de siete millones de electores, constituye un éxito indudable. Bayrou multiplica por tres lo conseguido en 2002, y sitúa a sus electores en el centro de todos los deseos de cara a la segunda vuelta.
Unos votantes que, según han mostrado los sondeos estas últimas semanas, se pronunciaron entre un 60% y un 65% dispuestos a votar por la socialista Ségolène Royal en la segunda vuelta del próximo 6 de mayo. En cualquier caso, Bayrou tiene ahora una llave y no parece que pueda entregársela al conservador Nicolas Sarkozy. Para este viaje no le hacían falta tales alforjas al sorprendente campesino bearnés, y tampoco era necesario forzar las costuras del sistema político hasta el punto de hacer temblar a sus grandes sacerdotes.
"Por fin hay un centro fuerte en Francia", dijo ayer desde el balcón de su sede. Se mostró firme en sus convicciones, en su proyecto y, de forma velada, pareció anunciar que seguirá activo en la campaña, aunque no desveló a qué candidato apoyaría. "Todas las decisiones que tome en los próximos días irán en este sentido. No abandonaré mi proyecto ni un minuto, ni un segundo durante los próximos días y semanas".
"He querido renovar la política francesa y no renuncio a ello. No daré marcha atrás", dijo Bayrou. "El futuro de Francia exige acabar con la teoría de que sólo hay dos ideas, a derecha e izquierda". Y anunció: "Todas las decisiones que tomaré estos días serán inspiradas por esta convicción. La nueva política está naciendo esta noche. Nadie lo detendrá".
La postura de Bayrou incide en la tesis de que ésta es una elección a cuatro vueltas, en la que está algo más en juego que la presidencia de la República. Aunque sea una tarea complicada, por cuanto el sistema electoral mayoritario a dos vueltas es una especie de trampa para los partidos pequeños, nada parece impedir que parte del juego de alianzas que ahora se ponga en marcha se plasme más tarde en la composición de la Asamblea Nacional.
"Por fin hay un centro en Francia", dijo, "un centro amplio, fuerte e independiente, capaz de actuar y de hablar más allá de las fronteras del bipartidismo". Los problemas del país, añadió, "son más graves de lo que dicen los dos partidos que han quedado en cabeza" de la primera vuelta.
El candidato centrista, lejos de darse por derrotado frente a los que disputarán la segunda vuelta, dijo que los siete millones de electores que le han apoyado no quieren "que les cuenten historias o que les hagan falsas promesas".
Fiel a sus clásicos, Bayrou aprovechó para disparar contra los grandes medios de comunicación a los que acusa de estar al servicio del poder, e incluso de formar parte del mismo. Su tercer puesto y sus siete millones de votos, dijo, han sido posibles "pese a innumerables maniobras lanzadas en mi contra, pese a la alianza objetiva del Partido Socialista (PS) y la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y pese a los sondeos manipulados". Y prometió a sus votantes que no les abandonará "ni un minuto" y que no dará marcha atrás en su intención de renovar la política francesa.
Desde el campo socialista, Bernard Kouchner, que ya había sugerido una alianza entre Royal y Bayrou, insistió ayer abiertamente en ello. Por su parte, la número dos del Frente Nacional, la hija de Jean-Marie Le Pen, Marine, tuvo una visión completamente distinta. "Dentro de pocos días François Bayrou se venderá al mejor postor", dijo.
Los sondeos señalan que el candidato centrista también ha recogido una parte del voto de protesta que en otros comicios se ha dirigido al Frente Nacional.
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