La ecologista keniana Wangari Maathai, premio Nobel de la Paz
La defensora de Medio Ambiente es la primera mujer africana que recibe el galardón
La ecologista keniana Wangari Maathai, viceministra de Medio Ambiente de su país, fue galardonada ayer con el Premio Nobel de la Paz por su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz. "La paz en la tierra depende de nuestra capacidad para asegurar el medio ambiente. Maathai se sitúa al frente de la lucha en la promoción del desarrollo económico, cultural y ecológicamente viable en Kenia y en África", argumentó el Comité Nobel.
Nacida en 1940 y madre de tres hijos, Maathai fue la primera mujer de África occidental que logró un doctorado universitario -en Biología-, la primera profesora en Anatomía Veterinaria y la primera decana de su facultad en la Universidad de Nairobi. "Será también la primera mujer de África que recibe el Premio Nobel de la Paz y la primera africana del vasto territorio que va de Suráfrica a Egipto que es galardonada con el premio", subrayó el Comité Nobel al anunciar el galardón.
Maathai es fundadora del movimiento Cinturón Verde, programa nacido en 1977 y que combina desarrollo comunitario y protección medioambiental -el más exitoso del mundo- y que propaga entre los miles de kenianos que viven en la pobreza la idea de que plantar árboles mejorará sus vidas, la de sus hijos y nietos. Ese movimiento, integrado sobre todo por mujeres -"no podemos esperar sentadas a ver cómo se mueren nuestros hijos de hambre", ha repetido Maathai-, ha logrado plantar en estos años unos 30 millones de árboles y creado 5.000 guarderías.
Defensora de la condonación de la deuda externa del Tercer Mundo, Maathai fue siempre una decidida opositora del régimen dictatorial de Daniel Arap Moi, lo que le valió en repetidas ocasiones la cárcel. En 1998, su oposición a un proyecto gubernamental de construcción en la selva desencadenó una revuelta popular que fue duramente reprimida por el Gobierno de Arap Moi.
El premio está dotado con 1,1 millones de euros y se entregará el próximo 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel. En sus primeras declaraciones a la cadena noruega TV2, la premiada anunció que la mayor parte de ese dinero se destinará al trabajo en favor del medio ambiente. "Sabía que nuestro trabajo era importante, pero nunca hubiera soñado con que recibiría tal reconocimiento", dijo.
Maathai ha sido una pionera desde su época universitaria: se licenció en Biología en Atchison (EE UU) y luego amplió sus estudios en Pittsburgh, en Alemania y en la Universidad de Nairobi, donde se convirtió en 1971 en la primera mujer en obtener un doctorado en toda África Central y Oriental. También en el ámbito privado, la galardonada rompió clichés en una sociedad que relega a la mujer. Su marido, un antiguo parlamentario, se divorció de ella en 1980 con el argumento de que "era demasiado educada, con demasiado carácter y demasiado éxito para poder controlarla".
Entre 1981 y 1987, la galardonada presidió el Consejo Nacional de Mujeres de Kenia. En 1997, Maathai fue candidata a la presidencia de Kenia, pero su partido retiró su candidatura días antes de las elecciones.
La lluvia de felicitaciones que conlleva el Premio Nobel no impidió ayer a la ecologista keniana seguir con su rutina. Maathai se reunió con una comunidad local en su ciudad natal de Nyeri, a 150 kilómetros de Nairobi, antes de regresar a la capital.
El presidente keniano, Mwai Kibaki, declaró: "El premio es un reconocimiento al papel pionero que Maathai ha jugado en la democratización del país y, especialmente, en su desarrollo, a través de sus continuas campañas de conservación".
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