El avión con los espías rusos canjeados llega a Moscú
EE UU ha deportado a diez agentes a Rusia en cumplimiento de un intercambio con Moscú tras declararse culpables.- El Kremlin entrega a cambio a cuatro condenados por espionaje.- Es el mayor canje de agentes desde la guerra fría
El embarazoso caso de espionaje que enturbia la nueva era de relaciones entre Rusia y Estados Unidos ha quedado cerrado con el mayor canje de agentes secretos desde la guerra fría, que ambos países han tratado de llevar a cabo con relativa discreción. Los 10 espías que el 28 de junio fueron detenidos en varios puntos de EE UU, han llegado al aeropuerto moscovita Domodedovo, a las 16.00 hora española, según informa la agencia France Presse.
Los agentes fueron deportados anoche y conducidos a Viena, a donde llegaron esta mañana (a las 11.00 hora peninsular) para despegar una hora y media después rumbo a Moscú. La aeronave en la que viajaron a la capital austríaca, procedentes de Nueva York, se colocó junto a un avión ruso -que había llegado también a primera hora de la mañana- para efectuar el intercambio y despegó pocos minutos después. Se cree que éste transportó a Viena a los agentes liberados por el Kremlin, que tras el canje, estarían a bordo del avión norteamericano volando hacia EE UU.
Los diez agentes capturados en EE UU se declararon culpables de los cargos que les imputaba un tribunal de Nueva York, a donde fueron trasladados ayer jueves para comparecer ante la juez Kimba M. Wood, encargada del caso, que sentenció su deportación inmediata. A cambio, Moscú se comprometió a entregar a cuatro agentes rusos retenidos allí acusados de espiar para países occidentales. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha firmado a primera hora de la mañana su decreto de excarcelación.
EE UU intercambia a la periodista Vicky Peláez, su esposo, el conocido hasta ahora como Juan Lázaro y cuyo nombre real es Mikhail Anatonoljevich Vasenkov; Anna Chapman; el matrimonio Cynthia y Richard Murphy, Mikhail Kutsik (conocido como Michael Zottoli), Natalia Pereverzeva (conocida como Patricia Mills) y Mikhail Semenko, así como los conocidos por Tracey Lee Ann Foley y Donald Howard Heathfield. A cambio, Rusia libera a Igor Sutiaguin, Alexandre Zaporojski, Guennadi Vassilenko y Serguei Skripal. Sutiaguin, especialista en armas nucleares y oficial del Ejército ruso, fue sentenciado a 15 años de cárcel en 2004 por haber compartido secretos de Estado con los servicios de inteligencia del Ejército de EE UU. Skripal, antiguo coronel del Ejército ruso, fue condenado en 2006 a 13 años por realizar actividades de espionaje para Reino Unido. Supuestamente compartió información sobre decenas de sus antiguos colegas que trabajaban encubiertos en Europa, llegando incluso a revelar los lugares en los que tenían lugar reuniones secretas, así como sus direcciones, y contraseñas. Vassilenko trabajaba como agente de la KGB hasta que fue arrestado en 1998, mientras que a Zaporojsky, antiguo coronel del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, le cayeron 18 años de cárcel en 2002 por espiar para EE UU.
Austria "ni confirma ni desmiente"
Un avión de la compañía Vision Airlines despegó con los espías rusos a bordo a las 22.00 hora local (5.00 en la España peninsular) del aeropuerto neoyorquino de la Guardia con destino a Viena, donde aterrizó a las 11.15 hora española. Allí le esperaba una aeronave con bandera rusa que había llegado a primera hora de la mañana, en la que viajaban los agentes liberados por Moscú. Aproximadamente una hora y media después, tras realizar el intercambio de espías, el avión ruso despegó seguido por el estadounidense. Fuentes del aeropuerto moscovita han confirmado que esperan a los diez agentes en torno a las 16.00 hora española.
El Gobierno de Austria "no confirma ni desmiente" el hecho conocido de que el canje se haya efectuado vía Viena. "No es nuestra historia. Por eso no puedo confirmar ni desmentir", ha dicho esta mañana Rudolf Gollia, portavoz del Ministerio austriaco del Interior, a la agencia austriaca APA. La postura de "no dar información" es la misma adoptada ayer sobre la supuesta presencia en la capital austriaca del científico ruso Igor Sutiaguin, que cumplía 15 años de condena en Moscú por espiar para el Reino Unido. Según dijo a la agencia rusa Interfax Ernst Chiorni, secretario de la Asociación de defensa de científicos rusos acusados de espionaje, Sutiaguin, un experto nuclear de 45 años, fue trasladado ayer a Austria para su eventual canje por una espía rusa. Es Anna Chapman, de 28 años, que iba a llegar de incógnito a Moscú por la noche.
El pacto, de cuya existencia e inminencia llevan varios días hablando los medios estadounidenses y británicos, se ha materializado la pasada madrugada y consta en una carta que el Departamento de Justicia ha enviado a la juez de Nueva York Kimba M. Wood. Tras recibir su declaración de culpabilidad, el departamento de Justicia ordenó la "deportación inmediata" de los diez acusados. La fiscalía dijo en Nueva York que las autoridades querían proceder a la expulsión "en 72 horas". Al final, han sido muchas menos. Moscú aceptaba, a cambio de la "deportación inmediata" de estos, liberar a cuatro personas encarceladas por sus supuestos vínculos con agencias de espionaje occidentales. Y así lo ha confirmado poco después el presidente ruso al firmar el decreto de excarcelación sobre las 7.00 hora peninsular española. Los cuatro habían solicitado al presidente de Rusia su liberación, después de haber admitido que cometieron delitos contra el Estado ruso. La carta no da a conocer los nombres de estos prisioneros -los ha confirmado la secretaria de prensa del Kremlin-, pero dice que todos de ellos están cumpliendo penas de cárcel en Rusia. Tres de ellos fueron acusados de "traición", al haber trabajado como espías para potencias extranjeras, y el estado de salud de algunos de ellos es muy delicado, dice el Departamento de Justicia.
Sobre Chapman se han escrito ríos de tinta, más por su presencia física al estilo de las espías de James Bond que por sus dotes como agente de inteligencia. De hecho, ninguno de los detenidos en Estados Unidos tuvo acceso a secretos nacionales y ninguno llegó a ser acusado de espionaje. A todos se les imputaban cargos de conspiración y a algunos de ellos de lavado de dinero. Todos ellos confesaron haber trabajado para un país extranjero sin haberse registrado ante la justicia de Estados Unidos, un delito menos serio que el espionaje pero cuya condena podría haber sido de hasta cinco años de prisión. Además, nueve de ellos se enfrentaban también a acusaciones de lavado de dinero, lo que se podría haber traducido en hasta 25 años de cárcel.
Entre los detenidos que deporta EE UU se encuentra Vicky Peláez, una periodista peruana que trabajaba para el diario en español de Nueva York El Diario / La Prensa, uno de los de mayor repercusión entre la comunidad latina. Tanto ella como su esposo, el conocido hasta ahora como Juan Lázaro y cuyo nombre real es Mikhail Anatonoljevich Vasenkov, viajan a Rusia pese a que ella "no tiene ningún tipo de conexiones" en ese país, según declaró uno de sus abogados a la salida del juzgado. Al parecer, la peruana ha llegado a un acuerdo con las autoridades rusas en el que éstas se comprometen a ofrecerle vivienda gratuita en Rusia, visados para sus hijos y viajes a gastos pagados para ellos, así como una pensión de 2.000 dólares de por vida para ella.
La resolución del incómodo incidente ha sido veloz. En menos de 10 días se han producido diferentes encuentros entre la diplomacia rusa y la estadounidense, entre ellos una reunión entre el embajador de Rusia en Washington, Serguei Kisliak, y el subsecretario de Estado estadounidense, William Burns, donde se llegó a la conclusión que la mejor manera de zanjar el asunto sería con un intercambio de espías. De esta manera, Washington y Moscú están tratando de no tirar por la borda la ratificación en EE UU del nuevo tratado de desarme nuclear. Durante la época de la guerra fría posterior a la II Guerra Mundial y la polarización del mundo en dos bloques -aquellos que seguían a EE UU y los que obedecían a los soviéticos-, Occidente y el conocido como Este practicaban los canjes de espías, sobre todo en el puente de Glienicke que unía Berlín Occidental con la Alemania Oriental.
Una vieja práctica de la guerra fría
- 1962. Estados Unidos libera al coronel del KGB, la policía política de la antigua Unión Soviética, Rudolf Abel, a cambio de Gary Powers, piloto de un avión-espía U-2 abatido por los rusos en 1960.
- 1969. Reino Unido acuerda un canje con la Unión Soviética para liberar al profesor británico Gerald Brooke, detenido en 1965 por espionaje y condenado a pasar cuatro años en los campos de trabajo. A cambio, Reino Unido excarcela a los agentes soviéticos Peter y Helena Kroger.
- 1981. El agente de la Stasi, la policía secreta de la RDA, Günter Guillaume, logra su liberación tras un canje con espías occidentales.
- 1985. Espías de EE UU, que habían sido detenidos en Europa del Este, son trasladados a su país a cambio de la liberación de un importante agente polaco, Marian Zacharski, detenido en 1981, y otros tres espías.
- 1986. La URSS libera al disidente y matemático judío de origen ucranio, Anatoly Sharansky, y a tres agentes occidentales. Los cuatros son canjeados por el matrimonio Karl y Hana Koecher, agentes del KGB, y otros dos espías.
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