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Solo una mujer desafía a Zuma

Zille priva al partido de Mandela de la victoria en Cabo Occidental.- El ANC supera el 66% de los votos nacionales

El objetivo de Helen Zille en 2006 era el gobierno de Ciudad del Cabo. Se hizo con la alcaldía, arrebatándosela al Congreso Nacional Africano (ANC, en inglés). En estas elecciones quería vencer en la provincia del Cabo Occidental. Ya es suya, la única donde el ANC no gobernará.

Su partido, la Alianza Democrática (DA), se afianza como líder de la oposición al lograr el 15,9% de los votos (frente al 12% de 2004). Zille -a quien la prensa bautizó Godzilla tras su ascenso a la presidencia del DA hace dos años- ha rentabilizado el descontento de la población coloured (raza mixta) que se siente marginada y que en el Cabo Occidental tiene una fuerte presencia.

El dirigente del ANC y próximo presidente de Suráfrica, Jacob Zuma, advirtió el jueves en la celebración de su victoria: "Tocar al ANC es tocar a un león". Si Zille pretende que el DA sea una alternativa al ANC, debe librarle del sambenito de partido de los blancos. Convencer de que no es racista. En los guetos se recuerda que el DA procede de otra formación que a pesar de rechazar el apartheid se sentó en su Parlamento, lo que para muchos ayudaba a legitimar el sistema.

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Zille, nacida en Johannesburgo hace 58 años de padres alemanes, tiene un pasado antiapartheid inmaculado. Trabajó en el Rand Daily Mail, cuyo director, Allister Sparks, recuerda en su libro Más allá del Milagro: "Era la más meticulosa de la redacción". Sparks y Zille destaparon en 1977 que la muerte de Steve Biko, líder del movimiento Conciencia Negra, no fue por una huelga de hambre como decía el Gobierno, si no por torturas.

Su ascenso ha sido imparable desde que se afilió al DA, en los 90. Su eficiencia y un aura de incorruptible la acompañan, lo que toca la fibra de la clase media, no sólo blanca, harta de escándalos en el ANC, entre ellos los no resueltos de Zuma. "Es directa y honesta", dice Roshina Ratnam, actriz de 30 años, cuya familia es originaria de Sri Lanka, "y es dura en los asuntos que requieren dureza".

Zille ha aprovechado el descontento de los coloured, que han visto como el ANC primaba la inversión en barrios negros, muy deteriorados, frente a los suyos.

En los guetos coloureds (pese a estar menos marginados que los negros, también tenían prohibido vivir en las ciudades) hay problemas. Los gángsters y las armas son una constante y la metanfetamina, una epidemia. "Los jóvenes sin trabajo ni dinero se desmandan. En nuestros barrios sólo hay bares y camellos", dice June Hendricks, ama de casa de 58 años, del gueto de Mitchell's Plain.

Hendricks votó antes al ANC, "ya no. Los pobres son más pobres, el ANC nos margina ahora como antes el apartheid". No extraña que el DA haya llegado a tener el 80% de los votos en barrios coloureds y supere el 50% provincial.

Zille, consciente del poder de los medios, frecuenta las emisoras de la ciudad y habla afrikáans, inglés, alemán y xhosa.

Una líder natural a la que varios de los diputados del DA en pasadas legislaturas y que decidieron no repetir, acusan de cierto autoritarismo.

A falta del recuento final, que se espera concluya el fin de semana, el ANC se ha hecho con 10 de los 15 millones de votos escrutados, lo que sigue situándole con la mayoría de dos tercios (66%) que pretendía revalidar y el gobierno de todas las provincias. Excepto el Cabo Occidental, territorio Godzilla.

Helen Zille, líder de la liberal Alianza Democrática (DA), saluda a sus seguidores en el Aeropuerto Internacional de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, hoy 24 de abril de 2009, a su regreso del centro de resultados de la Comisión Electoral en Johanesburgo
Helen Zille, líder de la liberal Alianza Democrática (DA), saluda a sus seguidores en el Aeropuerto Internacional de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, hoy 24 de abril de 2009, a su regreso del centro de resultados de la Comisión Electoral en JohanesburgoEFE

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