Rabat lamenta, y el Polisario celebra, el cese de Van Walsum
El Gobierno de Marruecos alabó ayer el "coraje" de Peter van Walsum, el enviado personal del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, mientras que el Frente Polisario celebró que Ban Ki-moon haya decidido prescindir de sus servicios.
El secretario general de la ONU decidió hace unos días no renovar el mandato del que fue durante tres años su mediador en el contencioso de la antigua colonia española, y Van Walsum, diplomático holandés de 74 años, reveló la iniciativa de Ban Kimoon en una tribuna publicada ayer en EL PAÍS en la que ya se presenta a sí mismo como ex enviado personal.
"Cumplió su misión con mucha objetividad", declaró ayer Khalid Naciri, ministro-portavoz del Ejecutivo marroquí. "Tuvo la valentía política de afirmar aquello que todos los sabios del mundo admiten: que la creación de un sexto Estado en el Magreb es absurda", añadió.
En una reunión a puerta cerrada, en abril, con el Consejo de Seguridad de la ONU, Van Walsum sostuvo que la independencia del Sáhara es inalcanzable, pese a que la legalidad internacional está del lado del Frente Polisario. Lo repitió en una entrevista publicada por este periódico el pasado 8 de agosto.
Diálogo en Nueva York
Ese mismo día el líder de los independentistas saharauis, Mohamed Abdelaziz, escribió una carta a Ban Ki-moon en la que aseguraba que Van Walsum se había "descalificado" y le pedía que le destituyera para que pudiera proseguir la negociación con Marruecos, que empezó hace un año en Manhasset, un suburbio de Nueva York, bajo la presidencia del enviado personal.
Por esa razón el Polisario se alegró ayer de la marcha de Van Walsum. Con su "posición favorable al ocupante marroquí" se ha "autoexcluido", declaró a la agencia Efe Brahim Ghali, representante saharaui en Argel. "Se había convertido en un factor de bloqueo". Ahora "estamos dispuestos a retomar las negociaciones en cuanto las condiciones lo permitan".
Antes, Ban Ki-moon deberá nombrar a un nuevo enviado personal, una tarea que no es fácil porque no muchas personalidades con prestigio están dispuestas a arriesgarse. Cuando el predecesor de Van Walsum, James Baker, dimitió en junio de 2004, el secretario general tardó más de un año en encontrar a un sustituto.
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