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Prodi presenta su dimisión tras rechazar el Senado su política exterior

La oposición de centro-derecha fuerza una crisis de Gobierno al rechazar la moción para continuar con la misión militar en Afganistán

El primer ministro italiano, Romano Prodi, ha presentado esta tarde su dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitano, después de que el Senado rechazara la moción patrocinada por su Gobierno para refinanciar la misión militar en Afganistán. Napolitano se ha "reservado la decisión" (es decir si acepta o no la dimisión) y mañana comenzará las consultas con los partidos políticos para la formación de un nuevo Ejecutivo. Previsiblemente, encargará de nuevo a Prodi la formación del futuro Ejecutivo, del que se da por hecho no formará parte el actual ministro de Exteriores, Massimo D'Alema.

La dimisión de Prodi y del resto de su Ejecutivo ha sido reclamada a voces por la oposición del centro-derecha al término de una tensa sesión en el Senado italiano que ha censurado la política exterior del Ejecutivo. La Cámara Alta ha tumbado los planes de Prodi para Afganistán en una apretada votación, donde la elevada abstención, que computa como voto negativo, ha permitido a la oposición alzarse con la victoria, después de que D'Alema hiciera una firme defensa de la presencia en Afganistán -donde Italia cuenta con 1.900 soldados- que no ha logrado su objetivo: refinanciar la misión en el país asiático.

El propio D'Alema aseguró antes de esta trascendental votación que el Ejecutivo liderado por Prodi debería dimitir si no sacaba adelante esta moción. Los senadores de centro-derecha se lo han recordado al término del pleno al grito de "dimisión, dimisión".

La exposición realizada por D'Alema ha recibido el voto favorable de 158 de los senadores presentes, y el voto contrario de 136, a los que se suman las 24 abstenciones, por lo que el Ejecutivo no ha conseguido la mayoría necesaria para refrendar su política exterior. La coalición de Gobierno contaba con una estrechísima mayoría de sólo dos votos en el Senado, que se ha visto tocada de muerte con la decisión del senador del Refundación Comunista, Franco Turigliatto, de dimitir y no votar la moción, anuncio que hizo durante la sesión. Además, no ha podido contar con el apoyo de todos los senadores vitalicios que en ocasiones clave ayudaron a lograr las mayorías necesarias.

En su intervención, el ministro ha dedicado especial atención a la presencia de tropas italianas en distintos lugares del mundo. Así, ha defendido el mantenimiento de las tropas en Afganistán porque "sólo estando allí se puede contribuir en el trabajo por la paz", pero ha criticado sin embargo la participación italiana en Irak decidida por el anterior Gobierno. "Nosotros no nos habríamos sumado a la política neoconservadora de la Administración estadounidense y no habríamos mandado solados a Irak", ha afirmado el ministro. Según D'Alema, "hay una profunda diferencia entre la operación militar en Afganistán, aprobada por la ONU, (...) y la de Irak, basada en la mentira de la existencia de armas de destrucción masiva". "Las dos misiones no son lo mismo", ha aclarado.

Rechazo popular

Las palabras del ministro no ocultan que la presencia en Afganistán empieza a ser tan incómoda como la recién concluida presencia en Irak. El envío de tropas fue justificado en 2001 como una ayuda al mantenimiento de la paz y a la reconstrucción del país. La gran mayoría de los votantes del centro-izquierda no desean que sus soldados participen en combates. Un recrudecimiento de las acciones bélicas colocaría al Gobierno de Prodi en una situación muy delicada.

El ex ministro y dirigente de la Liga Norte, Roberto Calderoli, ha recordado que D'Alema había dicho que "si no conseguía los votos, se iría a casa, así que ahora debe presentar la dimisión". Las palabras del líder de Forza Italia en el Senado, Renato Schifani, han sido premonitorias: "ya no existe el Gobierno Prodi, cayó en esta sala". Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia, ha señalado, poco después en una rueda de prensa, que Prodi tenía "la obligación de dimitir, por razones de coherencia política, constitucional y ética" y ha agregado que el país debía "salir inmediatamente de este desastre".

Durante los 281 días de Gobierno, Prodi ha tenido no pocas dificultades para mediar en las divisiones que surgían en la compleja mayoría, que reúne desde democristianos hasta comunistas. Las discrepancias más graves se han producido precisamente en política exterior, principalmente por la presencia de tropas en Afganistán y la decidida ampliación de la base que Estados Unidos tiene en Vicenza (norte), contra la que este fin de semana se celebró una manifestación a la que fueron miembros de La Unión, la coalición de izquierdas que gobierna el país.

REUTERS

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