Presentada una demanda contra EE UU por experimentos con sífilis en Guatemala
Unos 700 prisioneros, soldados, pacientes mentales y huérfanos buscan una compensación monetaria por los problemas de salud desarrollados por la enfermedad
Centenares de guatemaltecos sujetos a experimentos con sífilis por parte de Estados Unidos en Guatemala en la década de los cuarenta del pasado siglo han presentado hoy una demanda en Washington en contra del Gobierno en busca de indemnización. La demanda colectiva, según la firma legal Parker, Waichman y Alonso que los representa, busca una compensación monetaria por los problemas de salud desarrollados por unos 700 prisioneros, soldados, pacientes mentales y huérfanos derivados de los experimentos.
Los representantes legales habían dado plazo hasta el pasado viernes para que el Gobierno estadounidense estableciese un proceso de compensación fuera de los tribunales para las personas "que fueron adversamente afectadas por este experimento". Al no obtener respuesta, han presentado hoy la demanda. La otra firma de abogados involucrada en la demanda colectiva es Conrad and Scherer.
La acción judicial se produce después de que, en octubre de 2010, se divulgara información sobre los experimentos con sífilis llevados a cabo sin el permiso o conocimiento de las personas afectadas. En su momento, tanto la secretaria de Estado, Hillary Clinton, como la de Salud, Kathleen Sebelius, criticaron dichos experimentos y divulgaron una disculpa pública. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, también ofreció disculpas telefónicas a su homólogo guatemalteco, Alvaro Colom, y ordenó la creación de una comisión especial para estudiar los aspectos éticos de estudios médicos internacionales.
Entre 1946 y 1948, científicos estadounidenses inocularon deliberadamente con el virus de la sífilis a los sujetos de los experimentos para probar la eficacia de la penicilina contra esa enfermedad. Según documentos judiciales, el equipo de médicos estadounidenses persuadió a funcionarios en orfelinatos y en prisiones de Guatemala para que permitiesen los experimentos a cambio de equipos como refrigeradores y fármacos para el tratamiento de la malaria y la epilepsia.
En algunos casos, los médicos ofrecieron cigarrillos a algunos de los sujetos que aceptaron participar en los experimentos y los prisioneros fueron infectados por prostitutas. La demanda compara los experimentos en Guatemala con un estudio efectuado en Tuskegee (Alabama), que comenzó en 1932 y duró 40 años, en el que los médicos observaron el avance de la sífilis en unos 400 hombres afroamericanos ya afectados por esa enfermedad.
Estos hombres nunca fueron informados de que habían contraído la enfermedad venérea y nunca fueron tratados, aunque sí fueron sometidos a pruebas médicas gratuitas, recibieron alimentos y cobertura de gastos fúnebres. En la demanda por los experimentos en Tuskegee, las víctimas fueron indemnizadas.
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