El Papa pide combatir la "repugnante cabeza" del antisemitismo
Benedicto XVI evita polémicas sobre el caso de los lefebvrianos en su primer discurso en Israel
En su primer discurso en suelo israelí, el Papa ha aprovechado para mandar un mensaje inequívoco de condena del antisemitismo. Tras la polémica del levantamiento de la excomunión a los obispos lefebvrianos, en especial al británico Richard Williamson, declarado negacionista del Holocausto, y algún que otro desliz que ha molestado al judaísmo, Benedicto XVI ha llamado a combatir el "repugnante" antisemitismo que "aún levanta la cabeza" en algunas partes del mundo. El Pontífice ha buscado el acercamiento entre Israel y la Santa Sede al asegurar que ambos comparten muchos valores.
"El antisemitismo continúa alzando su repugnante cabeza en muchas partes del mundo. Es totalmente inaceptable. Debemos hacer todos los esfuerzos para luchar contra él allá adonde se encuentre", ha asegurado Benedicto XVI en el aeropuerto de Ben Gurión, durante la ceremonia de bienvenida que ha contado con la presencia del presidente israelí, Simón Peres, y el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
El Papa ha recordado la oportunidad que tiene de honrar la memoria de los 6 millones de judíos víctimas de la Shoah y de que la humanidad no tenga que ser testigo de un crimen de similar enormidad, mientras ha intentado evitar cualquier comentario político y de crítica al Estado de Israel.
Su imagen entre la comunidad judía es seriamente cuestionada por su estilo conservador y, especialmente, por levantar la excomunión a cuatro obispos consagrados en 1988 por el prelado cismático Marcel Lefebvre, ya fallecido. Entre ellos, el británico Richard Williamson, quien declaró en una entrevista retransmitida por una cadena de televisión sueca que "creía" que en la Alemania nazi "no existieron las cámaras de gas" y que solo unos 300.000 "y no seis millones" murieron en los campos de concentración, aunque "ninguno gaseado".
Sin entrar en polémica
Para superar la polémica, Benedicto XVI ha recordado que viene como peregrino de la reconciliación y la paz, sin entrar en materia en el tema de Williamson. Consciente de su distanciamiento con la comunidad judía, el máximo representante de la Iglesia Católica se ha acercado a Israel y ha afirmado que la Santa Sede y el Estado hebreo comparten muchos valores. "El primero de todos el empeño de reservar la religión su legítimo lugar en la vida de la sociedad", ha dicho.
El Papa ha manifestado que el justo orden social exige el respeto a la libertad y dignidad de todos los seres humanos. También ha advertido que si la dimensión religiosa de las personas se niega o se deja al margen se pone en peligro "el fundamento mismo de una correcta comprensión de los Derechos Humanos".
Sobre conflicto israelí palestino, el Papa se ha mostrado tibio. Ha proclamado que las esperanzas para un futuro más seguro y estable dependen del éxito de las negociaciones de paz. Deben ser exploradas todas las posibles vías para encontrar una solución justa. Y para que "ambos pueblos puedan vivir en paz en una patria que sea de ellos, con fines seguros e internacionalmente reconocidos".
Al final del discurso saludó a los fieles católicos y les dijo que pueden dar una contribución especial para el fin de la hostilidad que por tanto tiempo ha sufrido esta tierra. "Rezo porque vuestra fuerza continúa en Israel y los territorios palestinos dé muchos frutos para promover la paz y el respeto recíproco", ha proclamado.
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