Medvédev destituye al jefe de la policía de Moscú
El asesinato de tres personas por parte de un responsable policial de un barrio moscovita le cuesta el cargo a Vladímir Pronin
El jefe de la policía de Moscú, el general Vladímir Pronin, fue destituido ayer por el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev a consecuencia del desenfrenado comportamiento del responsable policial de un barrio de la capital que en estado de ebriaguez asesinó a tres personas e hirió a siete en la madrugada del lunes.
El mayor Denis Yevsyukov era el jefe de la policía de Tsaritsina, al sur de la capital rusa. Tras festejar su 32 cumpleaños el domingo por la noche, el mayor vestido de uniforme aunque no estaba de servicio se dirigió en taxi a un supermercado con servicio nocturno, y al llegar asesinó a bocajarro al conductor del vehículo, y posteriormente a la cajera del establecimiento. También hirió a siete clientes, uno de los cuales falleció después en el hospital. En su excursión, grabada por las cámaras ocultas, Yevsyukov no utilizó su arma de reglamento, sino una pistola que figuraba como "perdida" desde 2000. El arma había sido extraviada por otro policía que la había utilizado en el norte del Cáucaso y se desconoce cómo llegó a poder de Yevsyukov.
El alcalde de Moscú Yuri Luzhkov, lamentó y mostró sorpresa ante el cese de Pronin, aunque fuentes del Kremlin dijeron a la agencia Interfax que Luzhkov había sido advertido antes de que Medvédev preparaba un decreto de cese. Cesado fue también el responsable policial del distrito administrativo del sur de Moscú, Victor Agéiev, el superior inmediato de Yevsyukov.
Pronin gozaba de una firme posición en Moscú, y se había mantenido en el cargo tras anteriores crisis, entre ellas los disturbios organizados por hinchas futbolíticos en junio de 2002, a resultas de los cuales 72 personas fueron heridas y dos resultaron muertas, y también la toma de rehenes en el teatro de Dubrovka en octubre de 2002 y varios atentados terroristas.
Sean cuales sean las causas concretas del comportamiento de Yevsyukov, el suceso ha puesto sobre el tapete la necesidad de reformar la institución policial, que hoy por hoy está muy desprestigiada e inspira profunda desconfianza a los ciudadanos rusos. "En su teritorio los funcionarios de interior gozan de posibilidades ilimidadas", escribía la comentarista Yulia Kalinina en Moskovski Komsomolets.
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