Lula gana una batalla al caos aéreo
El presidente brasileño se impone a las autoridades militares al negociar con los controladores en huelga
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ganó el sábado una importante batalla al impedir que la Fuerza Aérea diese orden de encarcelar a 50 controladores de vuelo militares que se habían amotinado y entrado en huelga de hambre la noche del viernes, lo que llevó al cierre de todos los aeropuertos del país con el consiguiente caos de pasajeros desesperados.
Lula quiso imponerse a las autoridades militares de la Fuerza Aérea a sabiendas que su veto iba a ser criticado y obedecido a regañadientes, para evitar que el país entrase en un caos mayor y que se generalizase en la sociedad el malestar de los pasajeros en los aeropuertos.
Junto con el veto para evitar la detención de los controladores amotinados, hubo un acuerdo entre la Fuerza Aérea y el Gobierno en virtud del cual los controladores, todos, militares ?el 90% de la plantilla? y civiles, ya no estarán directamente bajo el mando de la Fuerza Aérea, sino del Ministerio de Defensa. Se creará un nuevo órgano, el Centro de Control de Circulación Aérea General, de carácter civil, que quedará vinculado exclusivamente al ministro de Defensa. El presidente Lula ha prometido firmar el martes un decreto ley que regulará la transferencia de 1.500 de los 2.400 controladores aéreos militares al nuevo órgano de control civil.
Las características concretas de la desmilitarización del gremio serán concretadas hoy en una reunión en la que participarán el presidente Lula, los ministros de Defensa, de la Casa Civil y de Planificación, además del comandante en jefe de la Fuerza Aérea.
Los controladores aéreos, que también han ganado su batalla, serán recibidos mañana en el palacio presidencial para discutir sus reivindicaciones. Los medios de comunicación publicaron días atrás las denuncias ?anónimas por miedo a represalias? de varios controladores, que señalaron las dificultades con las que trabajan, los peligros que corren los pasajeros y su deseo de ser desmilitarizados como en tantos otros países del mundo.
Los militares han obedecido las órdenes del presidente Lula, pero han querido dejar constancia de su opinión en un comunicado oficial, en el que aceptan que los controladores sean desmilitarizados, pero también afirman que "la posición del Comandante de la Fuerza Aérea, Juniti Saito, y de todo el Alto Mando Militar era que los controladores de vuelo se habían amotinado [durante la huelga del viernes], lo que constituye un delito, al ser militares, y que, por tanto, tenían que haber sido encarcelados".
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