Karadzic sigue en rebeldía
El ex líder serbobosnio maniobra para paralizar el proceso
Radovan Karadzic tampoco compareció ayer ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Esta vez, el juicio comenzó sin él. Pese a la actitud del ex líder serbobosnio, que se defiende a sí mismo, la acusación fue autorizada a presentar sus alegaciones. El fiscal Alan Tieger utilizó un lenguaje muy descriptivo. Lo llamó "comandante supremo que se valió del nacionalismo, el odio y el miedo para hacer realidad la división étnica de Bosnia-Herzegovina". Dijo que antes de la guerra (1992-1995), Karadzic anunció que "las tropas serbias convertirían Sarajevo en un caldero negro donde perecerían 300.000 musulmanes". Y afirmó que "los soldados a sus órdenes mataron, encerraron o expulsaron de sus hogares a miles de musulmanes bosnios y croatas". Con estas tres pinceladas quedó claro que Tieger y su equipo piensan acusarle de limpieza étnica.
A pesar de la firmeza de la fiscalía, el futuro del proceso no está claro. Aunque el presidente de la sala, el juez surcoreano Kwon O-Gon, recordó al abrirse la sesión que Karadzic perdería su derecho a defenderse si no acudía, anunció que el martes "se reuniría con las partes para decidir el curso a seguir".
Aunque los fiscales podrán concluir sus alegaciones el 2 de noviembre, si Karadzic sigue negándose a colaborar, la causa podría encallarse. La táctica no es nueva. El ex presidente serbio Slobodan Milosevic así lo hizo. Murió de un ataque cardiaco sin que pudiera dictarse una sentencia.
Karadzic se presenta de otro modo. Asegura que está deseoso de colaborar y defender al pueblo serbio. Por eso reclama 10 meses de prórroga. Sus asesores repitieron ayer en Belgrado que no piensa presentarse aún, y compararon los 15 meses que ha tenido para organizarse, "con los 13 años aprovechados por la fiscalía". Fue el tiempo en que Karadzic estuvo huido de la justicia.
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