Estados Unidos refuerza la frontera con México para frenar el narcotráfico
Washington no descarta el envío de la Guardia Nacional y el Ejército a la zona
El incremento de la violencia a ambos lados de la frontera ha provocado que la Administración de Barack Obama comience a diseñar un plan para ayudar a México en la guerra contra el narcotráfico. La primera medida ha sido el envío ayer de 37 agentes de la Agencia para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego al suroeste de la frontera. Según fuentes conocedoras del plan, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, siglas en inglés) está considerando reasignar a 90 de sus hombres a aquella zona.
Es sólo el comienzo. La Casa Blanca estudia también el envío de la Guardia Nacional tras una petición formal por parte del gobernador de Arizona, Estado fronterizo con México, cuya capital, Fénix, vive un incremento de la violencia y los secuestros como consecuencia de las bandas que trafican con drogas. Rick Perry, gobernador de Tejas, solicitó el mes pasado un cupo de 1.000 soldados como precaución ante la creciente ola de asesinatos entre carteles rivales de la droga. Obama aseguró que se reforzaría la seguridad en la frontera, pero anunció que no estaba entre sus intenciones "una militarización" de la región.
Los carteles están hoy presentes en 230 ciudades de EE UU; en 2006 eran 50
En lo referente al plan sobre la guerra contra el narcotráfico, el general de la Fuerza Aérea Gene Renuart, quien supervisa los intereses militares de EE UU en ambos lados de la frontera como jefe del Comando Norte, dijo ayer ante el Senado que el diseño final probablemente acabe integrando a todas las agencias del Gobierno, incluyendo a las de orden público y a las Fuerzas Armadas.
"Sin duda alguna vamos a necesitar refuerzos", declaró Renuart ante la Comisión de Servicios Armados del Senado. "Si esos refuerzos llegan a través de la Guardia Nacional o por otras agencias del orden quedará establecido en el plan que estamos creando", informó el general. La lucha territorial entre carteles del narcotráfico en México se cobró más de 5.300 asesinatos el año pasado y unos 1.000 en lo que va de 2009. Fénix se ha convertido en la ciudad con mayor número de secuestros en EE UU, con 700 en los últimos dos años.
"Éste es un problema del Gobierno y creo que la mejor forma de darle respuesta es un enfoque integrado, y estamos trabajando muy duro en ese sentido", puntualizó Renuart. "Creo que esta semana tendremos un plan que anunciar".
Lo que ya anunció ayer la Casa Blanca es que Obama tiene previsto viajar a México el próximo mes de abril para discutir con el presidente Felipe Calderón temas cruciales en sus relaciones bilaterales, como son la inmigración y, por supuesto, la lucha contra la droga que llega desde México y el tráfico de armas que tiene como origen Estados Unidos.
El general Renuart avanzó ayer que las Fuerzas Armadas de EE UU colaboran en paralelo con el Gobierno mexicano, aportándole entrenamiento a sus fuerzas de seguridad para combatir a los carteles, y con los cuerpos estadounidenses en la frontera, a quienes se les provee de tecnología punta desarrollada para frentes bélicos. Renuart resaltó que la experiencia contra la insurgencia en Afganistán sirve en la lucha contra el narcotráfico, y que ahora en la frontera con México se emplean "sensores, cámaras, puestos de escuchas y vigilancia con visión nocturna para proveer de la información necesaria a las autoridades que conducen las operaciones".
Preguntado sobre si México estaba ganando o perdiendo la guerra contra el narcotráfico, el general dijo que "México estaba tomando posiciones muy rotundas". "No diré que están perdiendo", concluyó.
En una audiencia el martes ante el Comité Judicial del Senado, el demócrata Richard Durbin presentó unas cifras alarmantes. Según el senador, los carteles mexicanos están hoy día presentes en al menos 230 ciudades estadounidenses (en lugares tan remotos de la frontera como Anchorage, en Alaska, o Sheboygan, en Wisconsin), frente a tan sólo 50 en 2006. "Son la nueva cara del crimen en la era de la globalización", definió Durbin. El problema es tan grave y de tales dimensiones que en el Congreso de EE UU ya se lo considera una "amenaza directa" para la seguridad nacional.
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