EE UU considera que la independencia de Kosovo no es aplicable a otros casos
Washington descarta que el fallo de la Corte Internacional de Justicia pueda alentar otros movimientos nacionalistas y pide a la UE que lo respalde
Los Estados Unidos que apadrinaron activamente el nacimiento de Kosovo ante una Europa fracturada sobre qué hacer ante la declaración unilateral de independencia de 2008 acogieron ayer como un triunfo estratégico el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya y pidieron a Europa "que se una en un futuro común". Palabras que sirven tanto para apelar a la UE a reconocer el territorio secesionista como a serbios y kosovares a entenderse para acabar integrándose un día en el club euroatlántico (UE y OTAN). Catherine Ashton, responsable de la política exterior de la Unión, abundó en la segunda interpretación al subrayar que el veredicto del tribunal "abre una nueva fase" y que el foco debe apuntar a un futuro en que tanto Serbia como Kosovo sean parte de la UE.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, indicó que la decisión de los jueces de La Haya concierne a "una serie de hechos propios de Kosovo. (...) No creemos que sea aplicable a ninguna otra situación", agregó el portavoz, que descartó que la sentencia pueda alentar otros movimientos nacionalistas en Europa, informa Efe.
Pasaron casi dos horas hasta que Ashton pudo emitir un comunicado en el que reconocía que "la opinión del tribunal abre una nueva fase" y, tras pedir que ahora se piense en el futuro, aseguró: "El futuro de Serbia está en la Unión Europea. El futuro de Kosovo está en la Unión Europea".
Seguía así Ashton ideas ya lanzadas por Berlín, en sintonía con Washington. Para Alemania, "ahora se imponen la política y el diálogo, porque el futuro de Serbia y de Kosovo está en la UE".
Lo que no hizo Ashton fue manifestarse sobre lo que deben hacer los cinco socios de los Veintisiete que se han negado a reconocer la declaración de independencia kosovar : España, Rumania, Grecia, Chipre y Eslovaquia. Recelan estos países ante los sentimientos separatistas de algunas minorías dentro de sus propias fronteras o, como Grecia, hacen valer la secular solidaridad ortodoxa con Serbia. Atenas también siente como propia la afrenta de Nicosia ante la secesión turcochipriota del norte de la isla, declaración de independencia solo reconocida por Ankara.
Tuvo que ser el apasionado ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, quien dijera en un comunicado que "la independencia de Kosovo es irreversible" y apelara a "todos los Estados que esperaban este fallo a tomar una decisión sobre el reconocimiento del nuevo Estado sin dilaciones".
La OTAN, cuyos bombardeos de 1999 contribuyeron a la secesión de hecho de la provincia de Kosovo de Serbia, mantiene en el territorio una fuerza (KFOR, avalada por la ONU) inferior a los 10.000 soldados y en proceso de reducción para mantener la seguridad en la zona y formar a las futuras fuerzas de seguridad kosovares. Anders Fogh Rasmussen, secretario general aliado, señaló que la opinión del tribunal no afecta al compromiso de KFOR y que las tropas van a seguir con su misión.
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