Dimite el jefe de la Policía Metropolitana de Londres por el escándalo de las escuchas
La policía británica ha sido criticada por aceptar dinero de 'News of the World' y no investigar las acusaciones sobre los pinchazos telefónicos
Paul Stephenson, comisario jefe de la Policía Metropolitana de Londres (Scotland Yard), anunció este domingo por la tarde su dimisión después de haber sido relacionado con un detenido por el caso de las escuchas ilegales y sobornos del tabloide News of the World.
Stephenson había sido criticado esta semana por haber mantenido hasta septiembre de 2010 como consultor en la Policía Metropolitana de Londres a Neil Wallis, exsubdirector del tabloide sensacionalista, detenido esta semana por el escándalo de los pinchazos telefónicos. El jefe de Scotland Yard confirmó hace días que algunos oficiales habían recibido "pagos inapropiados".
En una declaración que ha leído en los canales de televisión británicos, Stephenson dijo que no tenía conocimiento de la magnitud de las acusaciones de pinchazos telefónicos del News of the World, propiedad del magnate Rupert Murdoch y, tras alabar el trabajo de la policía y sus buenos resultados (conseguir la tasa más baja de delincuencia en 10 años), dijo que no quería perjudicar a sus compañeros cara a la seguridad de los próximos Juegos Olímpicos de 2012.
El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, ha dicho esta noche que "comprende y respeta" su dimisión, recoge la edición digital de The Guardian. Para el primer ministro, lo que importa ahora es que la policía "haga todo lo posible para que las investigaciones sobre los pinchazos telefónicos y la corrupción policial se realicen con rapidez", así como también que las autoridades dispongan de todos los recursos necesarios para llegar a una "conclusión efectiva". Una declaración en la que ha querido reseñar el trabajo de Stephenson contra el crimen y el terrorismo.
La ministra de Interior, Theresa May, se ha posicionado en la misma línea de Cameron al asegurar que el ex jefe de Scotlan Yard ha tomado una decisión "honorable" al dimitir de su puesto. A lo que ha añadido que "aún hay serios aspecto a esclarecerse" sobre el escándalo de las escuchas. Para este lunes, la ministra de Interior ya había anunciado antes de la dimisión de Stephenson una declaración en la Cámara de los Comunes para expresar su "preocupación" por las relaciones de altos responsables Scotland Yard con periodistas del News of the World.
La policía británica ha sido censurada por la acusación de aceptar pagos del tabloide ahora desaparecido y de otros periódicos y no investigar suficientemente los presuntos pinchazos telefónicos.
También en su intervención, Stephenson abordó su relación con Neil Wallis. Le conoció, según ha contado, en 2006. "El propósito de esa reunión fue, al igual que con otros periodistas, para comunicar el contexto de la labor policial e informar mejor. Yo no tenía conocimiento de, o participación, en la investigación original sobre los pinchazos de teléfono en 2006, que llevó con éxito a la condena y el encarcelamiento de dos hombres. No tenía ninguna razón para creer que se trataba de otra cosa que una investigación exitosa. No sabía que había otros documentos en nuestro poder de la naturaleza que han surgido ahora".
"Mi relación con el señor Wallis continuó durante los años siguientes y la frecuencia de nuestros encuentros es un asunto de interés público. El registro claramente concuerda con mi descripción de la relación con él, mantenida con fines profesionales. En 2009 la Policía Metropolitana inició un acuerdo contractual con Neil Wallis, que terminó en 2010. Yo no jugué ningún papel en la gestión de ese contrato", prosiguió.
"He escuchado que debíamos haber sospechado sobre la participación de Wallis en las escuchas. Permítanme decir claramente queno tenía ninguna razón para haberlo hecho. Yo no ocupo una posición en el mundo del periodismo, no tenía ni tengo conocimiento de la magnitud de esta práctica vergonzosa, ni la repugnante naturaleza de la selección de las víctimas que ahora está saliendo a la luz, ni que alcanzara a los niveles más altos", ha añadido. Más de 3.000 personas fueron tuvieron los teléfonos pinchados en algún momento, víctimas que van desde miembros de la familia real británica, políticos, famosos, a familiares de soldados o civiles.
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