Detenidos mafiosos chechenos y policías rusos por el asesinato de Politkóvskaya
La fiscalía anuncia 10 arrestos por la muerte de la periodista crítica con el Kremlin
Los organizadores, los cómplices y los ejecutores del asesinato de Anna Politkóvskaya están todos detenidos, según declaró ayer el fiscal general ruso, Yuri Chaika. La periodista, de 48 años, conocida por su crítica cobertura de la guerra de los rusos en Chechenia, fue asesinada en octubre de 2006 en Moscú. Entre los detenidos hay miembros de una banda chechena y agentes de seguridad rusos. Sus asesinos también pueden estar implicados en la muerte del jefe de la edición rusa de la revista Forbes, Paul Khlebnikov, y del vicegobernador del Banco Central, Andréi Kozlov.
Nóvaya Gazeta, el periódico donde trabajaba Politkóvskaya, señala que la detención de 10 personas en relación con este crimen confirma lo que denunciaba esta periodista en sus artículos críticos, por los que finalmente fue asesinada: la unión entre el mundo criminal y el de los órganos del orden público.
Entre la decena de personas detenidas, hay tanto hombres pertenecientes a "un grupo criminal étnico, como miembros de las instituciones del orden público y de los servicios de seguridad", se dice en el artículo publicado ayer por Nóvaya Gazeta en su página digital.
Poco después de la nota divulgada por el diario, el fiscal general confirmaba esta información y daba detalles adicionales. Así, según Chaika, el grupo criminal estaba encabezado por un checheno, y de él formaban parte al menos un policía y un agente del Servicio Federal de Seguridad ruso (SFS, sucesor del KGB).
Ese grupo criminal se especializaba precisamente en los asesinatos por encargo, y podría haber sido también el ejecutor de otros dos sonados asesinatos -el de Khlebnikov y Kozlov-, así como del secuestro de militares y otras personas con el fin de obtener rescate en metálico.
El fiscal Yuri Chaika cree que el hombre que pagó y encargó el asesinato de Politkóvskaya está en el extranjero. "En cuanto a los motivos del asesinato, los resultados de la investigación nos hacen llegar a la conclusión de que sólo personas que se encuentran fuera de la Federación Rusa podían estar interesados en liquidar a Politkóvskaya".
El asesinato "conviene, ante todo, a aquellas personas y estructuras que buscan desestabilizar la situación en el país, cambiar el orden constitucional, crear crisis en Rusia, regresar al sistema de dirección en el que todo lo resolvía el dinero y los oligarcas, desprestigiar a los líderes del Estado ruso y provocar desde el exterior presiones sobre los dirigentes de nuestro país", señaló Chaika.
Estas declaraciones son una incriminación indirecta contra Borís Berezovski o Leonid Nevzlin, oligarcas que se vieron obligados a huir de Rusia, donde son perseguidos por la justicia, y contra los que ya habían apuntado su dedo acusador medios cercanos a los servicios secretos.
Aunque Nóvaya Gazeta ha expresado su agradecimiento al equipo investigador, con el cual coincide en muchas cosas, difícilmente podrá aceptar la explicación del fiscal. El periódico de Politkóvskaya ya se temía que el caso podría ser utilizado por el actual régimen con fines políticos, y que los que realmente encargaron el asesinato podrían no ser nombrados.
"Naturalmente, decir que el asesinato de Politkóvskaya ha sido esclarecido es todavía prematuro. No han sido detenidos todos los participantes y habrá que demostrar la culpa de aquellos que han sido arrestados", señala la información publicada ayer. Nóvaya Gazeta afirmaba que la complicidad entre la banda criminal y miembros de órganos del orden público era un lucrativo "negocio conjunto de muchos años". Si se comienza a "desenrollar esta madeja, saldrán a luz los detalles de muchos casos criminales sonados que hasta el día de hoy siguen sin aclararse", agregaba el periódico.
Pero adelantándose a las declaraciones de Chaika, Nóvaya Gazeta advertía que no tiene "ninguna garantía de que los apellidos de los que realmente encargaron el crimen y los que figurarán en el acta acusatoria serán los mismos". El periódico hacía notar que "es muy grande el peligro de que alrededor de las circunstancias del asesinato de Politkóvskaya se realicen operaciones especiales electorales", ante los próximos comicios parlamentarios (diciembre) y presidenciales (marzo).
Lugar del crimen
Politkóvskaya fue asesinada a la entrada de su casa en Moscú en octubre pasado y, según Nóvaya Gazeta, el que hizo los 15 disparos que impactaron en el cuerpo de la periodista -el primero y el último, en la cabeza- estudió minuciosamente el lugar del crimen. Al menos dos veces el asesino entró en el edificio donde vivía Politkóvskaya, a la que mató cuando la periodista se disponía a salir del ascensor.
Viacheslav Ismáilov, colega que investiga la muerte de Politkóvskaya, había sostenido que los asesinos pertenecían al entorno del líder checheno prorruso Ramzán Kadírov. Politkóvskaya lo acusaba de ser asesino, torturador, secuestrador y extorsionador, además de cobarde. Su asesinato ocurrió cuando preparaba un artículo sobre las torturas sistemáticas en Chechenia.
Tres luchadores contra la corrupción
El fiscal general ruso, Yuri Chaika, confía en que la banda criminal que asesinó a Anna Politkóvskaya sea la misma que mató en julio de 2004 al jefe de la edición rusa de la revista Forbes, Paul Khlebnikov, y a mediados de septiembre de 2006 al vicegobernador del Banco Central, Andréi Kozlov.
Las conclusiones de Chaika son cuando menos asombrosas, puesto que la policía había arrestado con anterioridad a la detención de los asesinos de la periodista a tres chechenos, que fueron juzgados y declarados culpables del asesinato de Khlebnikov. Es verdad que el proceso fue un fiasco total, y a la postre los tres imputados fueron absueltos.
Después de resultar absueltos, la fiscalía insistió para que el Tribunal Supremo anulase la sentencia exculpatoria. El Supremo ordenó a finales del año pasado un nuevo juicio, lo que significa que los hombres del fiscal estaban, por lo menos hasta hace poco, convencidos de la culpabilidad de esos chechenos, que no están implicados en el asesinato de Politkóvskaya.
El caso del periodista Khlebnikov continúa siendo un misterio. Lo único que se sabe es que el director de la edición rusa de Forbes tenía muchos enemigos poderosos, ya que investigaba los turbios negocios de la era pos-soviética y la corrupción reinante en Rusia. A su pluma pertenece la obra El padrino del Kremlin, una biografía sobre el oligarca Borís Berezovski, publicada en 2000. Años antes, Berezovski había llevado a un juicio -que ganó- a Forbes por un artículo de Khlebnikov, en el que éste le acusaba de supuestas actividades criminales. Su otro libro, Conversaciones con un bárbaro, es la transcripción de 15 horas de charla con Jozh-Ahmed Nujáyev, ex guerrillero checheno y empresario petrolero.
En cuanto a Kozlov, fue asesinado a la salida del estadio donde había estado jugando al fútbol. Kozlov respondía en el Banco Central por la lucha contra el lavado de dinero. Dos cosas unían a Politkóvskaya, Khlebnikov y Kozlov: estas tres personas eran unos luchadores sin compromisos en favor de la transparencia y en contra de la corrupción.
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