Comicios reñidos en Guatemala

En la elección más reñida en Guatemala desde el fin de las dictaduras militares en 1985, 5,9 millones de ciudadanos están convocados a las urnas este domingo para elegir en segunda vuelta al presidente de la República para los próximos cuatro años. Dos son los aspirantes: el socialdemócrata Álvaro Colom, un ingeniero industrial de 57 años, y el general retirado Otto Pérez, de 56.

En la elección más reñida en Guatemala desde el fin de las dictaduras militares en 1985, 5,9 millones de ciudadanos están convocados a las urnas este domingo para elegir en segunda vuelta al presidente de la República para los próximos cuatro años. Dos son los aspirantes: el socialdemócrata Álvaro Colom, un ingeniero industrial de 57 años, y el general retirado Otto Pérez, de 56.

Las encuestas reflejan lo cerrado de la lucha. La primera de ellas, publicada el pasado domingo por el diario local El Periódico, da una ligera ventaja a Colom, con un 39,4% de intención de voto contra un 35,1% del militar.

Dado el margen de error del sondeo (más-menos un 3,2%), tanto la prensa local como los analistas políticos hablan de un empate técnico. "El resultado final es para cualquiera", señala el citado diario.

Una segunda encuesta, realizada una semana después y publicada este miércoles por el grupo Prensa Libre-Nuestro Diario, los medios más influyentes de Guatemala, concede el triunfo al candidato militar por un 52% contra un 48% del aspirante civil. No obstante, ambos diarios insisten en que "Colom y Pérez tienen la misma posibilidad de triunfo".

En la primera votación, celebrada el 9 de septiembre, Álvaro Colom obtuvo el 28,23% de los votos, seguido por Otto Pérez, con 23,51%. La ley guatemalteca contempla que si en estos comicios ninguno de los candidatos alcanza la mayoría absoluta (50% más uno de los sufragios válidos), los dos aspirantes más votados disputarán la Presidencia en una segunda ronda electoral.

Las elecciones de septiembre definieron ya la composición del Congreso (Legislativo, unicameral) de 158 escaños, y el poder local. El partido de Colom, Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), obtuvo 51 diputados; la segunda fuerza corresponde a la todavía gobernante Gran Alianza Nacional (Gana), con 37. El Partido Patriota (PP), de Otto Pérez, alcanzó 29 actas. La cuarta fuerza parlamentaria corresponde al Frente Republicano Guatemalteco (FRG), el partido-iglesia del inefable general Efraín Ríos Montt, con 14 diputados, lo que le da al viejo militar un margen de maniobra que, en el país de la impunidad, complicará lo indecible la acción de la justicia española, que libró orden internacional de captura en su contra, por delitos de genocidio y tortura.

El partido de Colom, que ganó en 18 de las 22 provincias en que Guatemala se divide administrativamente, también gobernará en 102 de los 302 ayuntamientos del país. El de Otto Pérez lo hará en 39.

Este espejo de la realidad política del país tiene, no obstante, una distorsión importante: Colom es muy débil en el distrito central (la ciudad de Guatemala y las ciudades dormitorio que la rodean), donde, dada la macrocefalia tan característica del tercer mundo, se concentra el mayor número de votantes, 1.480.230, un 22% del censo electoral, extremo que puede inclinar la balanza a favor de Otto Pérez, en una elección donde una sola papeleta permitirá al ganador el acceso al poder.