Chávez quiere el 60% de las cementeras

Las empresas multinacionales del cemento podrán seguir operando en Venezuela si aceptan formar compañías mixtas en las que el Estado tendrá al menos el 60% de las acciones.La explicación la dio el ministro de Energía y Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Rafael Ramírez, encargado también del proceso de nacionalización del sector cementero.

De esta manera, la nacionalización de las industrias del cemento podría seguir el mismo esquema que en su momento se usó con las empresas petroleras multinacionales que explotaban pozos en la Faja Petrolífera del Orinoco, las cuales, en su mayoría, acordaron la conformación de firmas mixtas con dominio accionarial del Estado.

El proceso en el sector petrolero se llevó a cabo amistosamente, salvo en el caso de la estadounidense Exxon Mobil. Ésta intentó una acción judicial contra Pdvsa que resultó fallida.

Las empresas cementeras afectadas por este cambio en las reglas de juego son la francesa Lafarge, la mexicana Cemex y la suiza Holcim. Estas corporaciones deberán decidir si permanecen en el país bajo el nuevo esquema de propiedad o venden la totalidad de sus activos. El pasado lunes, representantes de las tres corporaciones escucharon la propuesta de boca del ministro Ramírez.

La decisión de nacionalizar el sector cementero fue anunciada por el presidente venezolano, Hugo Chávez, el jueves pasado. El mandatario alegó que las empresas extranjeras habían desoído sus llamados a surtir debidamente el mercado nacional de cemento, en el que se registra un déficit de alrededor de 40%.

Según Chávez, la marcha de numerosas obras públicas y de programas estatales de construcción de viviendas se ha visto reducida forzosamente por la falta de cemento. Mientras tanto, las empresas destinan buena parte de su producción (en el caso de Cemex, por encima de 50%) a la exportación.

Otra de las razones expuestas por Chávez para nacionalizar el sector es la alegada falta de inversiones en tecnologías para el control de la polución. Relató la experiencia que vivió cuando realizó uno de sus programas de radio y televisión cerca de Pertigalete, localidad costera en el oriente venezolano donde funciona una de las mayores plantas cementeras. "A las dos horas de estar ahí ya no podía respirar bien y era por el polvillo que esa empresa lanza al aire. Eso no puede continuar", subrayó.

Desde su ratificación en el poder en diciembre de 2006, Chávez ha desarrollado un plan de nacionalización de empresas catalogadas como estratégicas. Destacan, además de todas las de la Faja del Orinoco, la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv), Electricidad de Caracas, Servicio Eléctrico de Nueva Esparta y, más recientemente, Lácteos Los Andes.

El fin de semana, Chávez también comisionó a su vicepresidente, Ramón Carrizález, para que interceda en un conflicto laboral de la empresa Ternium-Sidor, de capital argentino. "Debe quedar claro que todas las empresas extranjeras, sean norteamericanas, europeas, latinoamericanas o de cualquier otra región, deben cumplir con las leyes nacionales", puntualizó Chávez, quien en varias ocasiones ha amenazado con renacionalizar a Sidor, la acería más grande del país, que perteneció al Estado hasta 1997.