"Brasil debe 350 años de su economía al trabajo esclavo"
El Gobierno de Brasil, el segundo país con mayor población negra del mundo, tras Nigeria, ha emprendido una serie de medidas destinadas a acabar con las desigualdades raciales, desde las políticas de cuotas en las universidades públicas a medidas destinadas a promover el acceso a la salud y a los servicios básicos de esta población, pasando por la inclusión de la historia afrobrasileña en la educación primaria.
Esta última medida es fundamental para "elevar la autoestima de la población negra", explica Edson Santos, ministro brasileño de Políticas de Promoción de la Igualdad Racial, en entrevista con EL PAÍS. "Es inconcebible mantener invisible, como en el pasado se daba, la presencia de los negros y su contribución a la formación de Brasil", afirma.
En los últimos años ha aumentado el porcentaje de brasileños que se definen como negros o mulatos hasta alcanzar el 50,6% de la población, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Santos atribuye ese incremento a la enseñanza de las aportaciones de la población negra, no sólo a la cultura brasileña, sino también a otras áreas, como la ciencia o la economía, que "contribuye para que haya una elevación de la autoestima de la población brasileña, que acaba por determinar que más personas no tengan dificultades para asumir su identidad de negro. Yo considero eso muy positivo, porque Brasil debe 350 años de su economía [que están] apoyados en el trabajo esclavo".
Además, el ministro apuesta por retomar en el presente "relaciones más estrechas con el continente africano, aproximando Brasil a sus orígenes", ya que "en el pasado del Brasil colonial, y parte del Brasil imperial, la relación con África por cuenta del tráfico de esclavos fue mucho más intensa que con los demás países de Europa. Es importante para nosotros restablecer esos lazos, no desde el punto de vista de la explotación del trabajo esclavo, sino de una relación de cooperación y de solidaridad".
Hay otro sector de la población, las mujeres negras que sufren una doble discriminación por raza y género. Santos afirma al respecto que "tenemos aún en Brasil un fenómeno que tiene resquicios del periodo esclavista: es el trabajo doméstico en nuestro país. En su gran mayoría, las personas que desempeñan esa función son mujeres negras".
Para mejorar esta situación, el Gobierno ha desarrollado un programa denominado Trabajo Doméstico Ciudadano, dirigido a "formalizar la actividad, asegurar los derechos laborales y a cualificar a las personas que desempeñan esa función". La protección de ese sector por parte del Gobierno es algo fundamental, ya que "quien trabaja sin derechos laborales es una reproducción del trabajo esclavo", afirma el ministro, cuya madre fue trabajadora doméstica. "No es algo que me avergüence, porque fue la forma que tuvo mi familia para complementar la renta y para darnos estudios".
Santos, cuya biografía destaca que fue el diputado negro más votado del país en los comicios de 2006, así como el diputado del Partido de los Trabajadores (PT) más votado en Río de Janeiro, afirma que "llama la atención que el 50% de la población brasileña se declare negra y sólo el 5% de la representación parlamentaria sean negros. Hay 513 diputados en el Congreso y sólo hay 20 que se declaran negros. En el Senado son 81 senadores y hay dos que se declaran negros. Por lo tanto, ese dato [en mi biografía] no tiene el objetivo de autopromocionarme, sino que es algo que puede servir de referencia para los negros. Nosotros todavía somos una excepción a la regla de la composición del Parlamento brasileño".
El ministro destaca que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva "ha promovido a negros en las instancias del poder", como el Tribunal Constitucional y el Supremo. Sin embargo, aún es escasa la participación de esta población en los cargos electos. Santos cree que para ello es preciso elevar su autoestima, lo que tendrá como consecuencia "un aumento de la participación de los negros y de las negras en las instancias de poder de nuestro país".
En resumen, el Gobierno brasileño "busca naturalizar la presencia de los negros en los espacios de poder, de manera que, en lugar de ser una excepción, ser señalado como el diputado negro más votado, sea un parlamentario como cualquier otro en el Congreso nacional. Lo que pasa es que hoy todavía eso no es natural".
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