Berlusconi exige disculpas a su esposa y culpa a la oposición del divorcio
La separación crea incertidumbre sobre el reparto del patrimonio del Cavaliere
"Seremos durísimos, inflexibles", anunció ayer Silvio Berlusconi en sendas entrevistas a La Stampa y el Corriere della Sera. Se refería a su divorcio. Para demostrarlo con hechos, culpó a la oposición de haber "instigado" a Veronica Lario a tomar la decisión y puso a trabajar en la separación a la abogada Nicoletta Ghedini, hermana de Niccolò, su penalista más fiel, el senador autor de la polémica Ley Alfano, que impide procesar a los altos cargos del Estado italiano.
Berlusconi está "indignado" con Lario, que ha sido su pareja desde 1980 y con la que se casó por lo civil en 1990. Ayer dijo que espera que le pida disculpas en público por haber insinuado que "frecuenta a chicas menores de edad", y acusó a la izquierda de haber "manipulado e incitado a la señora".
Los tres hijos de la pareja controlan el 21% de Fininvest, el corazón del grupo
Según Berlusconi, no es para nada casual que Lario le haya atacado "por tercera vez" en plena campaña electoral, aunque cabría preguntarse cuántas veces en los últimos 15 años no ha estado en campaña Berlusconi. Dario Franceschini, jefe de la oposición, replicó con dureza recordándole que han mantenido un "exquisito silencio" hasta ahora, y afirmando que acusarles a ellos de urdir un complot para acelerar el divorcio es una "salida patética".
Por delante quedan semanas o meses que serán duros e inciertos para las dos partes. A la posible factura política que pueda suponer la segunda ruptura matrimonial de Il Cavaliere entre sus votantes católicos se suma una negociación de proporciones irreales, con miles de millones en liza y docenas de empresas y propiedades (villas, yates, acciones y sociedades que tocan decenas de países distintos) en posible litigio.
Atacada con saña por el entorno mediático del primer ministro, que la ha llamado desde avariciosa a exhibicionista sin dejarse nada en la gama intermedia, Lario ha recordado a través de su biógrafa y amiga Maria Latella que si se separa no es por dinero, ya que al hacerlo "renuncia al 25% del patrimonio que legalmente le correspondería a la muerte de Berlusconi".
Y éste sabe que, aunque mantiene una buena relación con sus hijos más jóvenes, en la separación se juega buena parte de su imagen y la estabilidad futura de Fininvest, el grupo que alberga su imperio mediático y financiero.
El gran holding es la base del sistema Berlusconi, y controla, entre otras empresas, Mediaset (televisiones), Mondadori (grupo editorial y de prensa), el AC Milan y el grupo bancario Mediolanum. Berlusconi posee el 63% y el resto de la empresa está dividido entre sus cinco hijos, a razón de un 7,6% cada uno de los dos hijos mayores y 7,1% los tres menores.
Los dos descendientes de su primera mujer, Carla dall'Oglio (de 68 años), son Marina, actual presidenta de Fininvest, de 42 años, y Piersilvio, de 40, vicepresidente. Los hijos de la rama Lario (Barbara, de 24 años, Eleonora, de 22, y Luigi, de 20) no participan en la gestión, pero reúnen el 21% de las acciones. La incógnita es sobre si Berlusconi les permitirá algún día tener el control.
Los Lario han dejado saber que serán neutrales porque quieren a sus dos padres por igual y desean una solución "indolora". Tampoco Marina y Piersilvio han hablado, aunque medios locales aseguran que jamás jugarán el papel de hermanastros, sobre todo porque el divorcio clarifica el reparto hereditario.
La disputa estará, probablemente, en Dolcedrago, donde Berlusconi tiene sus propiedades personales. Entre otros bienes, hay villas en Milán, Cerdeña, Antigua y Roma, tres yates (uno de ellos de 48 metros) y los derechos de 106 películas, entre ellas La dolce vita, de Fellini.
Lario se ha mostrado durísima en sus ataques a la esencia inmoral del berlusconismo, pero a la vez comprensiva con una persona "que no está bien". Habrá que ver cómo encaja las hirientes puyas de los ateos devotos de la derecha. Quizá a Il Cavaliere, como ha dicho su socio de la Liga Norte, Umberto Bossi, le habría convenido más "no hacerla enfadar yendo por ahí con las veline".
Sartori: "Saldrá reforzado de ésta"
Politólogo ilustre y zorro viejo, Giovanni Sartori (Florencia, 1924) tiene claro que Silvio Berlusconi logrará salir reforzado de su divorcio. "Se hará la víctima, él es buenísimo en eso", explica. "Dirá que tiene a toda la prensa en contra, que las televisiones le atacan, que todo es un montaje de los comunistas, pondrá en marcha una grandísima escena y la aprovechará para sacar réditos políticos y no sufrir el mínimo daño". Sartori no quiere entrar a comentar el asunto privado del divorcio, pero pronostica que la estrategia política y de comunicación de Berlusconi consistirá en utilizar la habitual combinación de lo público y lo privado. "Es un genio publicitario, y se mostrará como un tipo abandonado, apelará incluso a que su esposa le quiere quitar el dinero, y al mismo tiempo le aplicará las conocidas recetas de su abogado Niccolò Ghedini [que comparte estudio legal en Padua con su hermana Nicoletta], lo que producirá a la señora Lario grandes sufrimientos". Y concluye, entre ironías: "Lo que es seguro es que procurará presentarse como víctima, jamás como responsable. La culpa será de los comunistas. Quizá incluso EL PAÍS sea declarado culpable. Estén atentos".
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