La otra 'verdad incómoda' de Al Gore
Un centro de estudios neoliberal asegura que la factura de la luz del ex vicepresidente de EE UU es desorbitada
¿Vive Al Gore, el líder ecologista más famoso de EEUU, según sus principios? Sí, dicen sus portavoces. No, dice un centro de estudios de Tennessee cuyos responsables aseguran que, pese a "ir de verde" por la vida, el ex vicepresidente consume 20 veces más energía que una familia media.
La polémica sobre la coherencia de Gore llega sólo unos días después de que el aspirante a la Casa Blanca en las elecciones del 2000 recibiese un Oscar por su documental Una verdad incómoda, en el que alerta de las nefastas consecuencias del calentamiento global e invita a sus compatriotas a reducir el consumo de energía.
"No parece que se esté aplicando su propia receta", declara Trent Seibert, portavoz del Tennessee Center for Policy Research, un centro de estudios promotor del libre mercado que, nunca mejor dicho, ha sacado a la luz las facturas eléctricas del ex vicepresidente estadounidense.
El informe ha alcanzado prominencia nacional a última hora del lunes tras aparecer colgado en la conocida web de noticias Drudge Report, que destapó el escándalo de los devaneos de la becaria Mónica Lewinsky con Bill Clinton cuando éste ocupaba la presidencia.
Los datos, que no han sido desmentidos por Gore, muestran que el director de Una verdad incómoda gastó alrededor de 30.000 dólares (unos 24.600 euros) en electricidad el año pasado en su residencia de Nashville (Tennessee), una mansión con 20 habitaciones, ocho cuartos de baño y una vivienda aneja para invitados.
Una casa de 930 metros cuadrados
Kalee Kreider, una portavoz de los Gore, asegura en declaraciones a la cadena de televisión ABC que cada familia tiene distintas necesidades energéticas.
En esa línea, no falta quien señale que con una vivienda de 930 metros cuadrados, muy superior al tamaño de la residencia media, no es de extrañar que los Gore consuman más que la media.
Kreider insiste en que la cosa no queda ahí y señala que los Gore han tratado de reducir su "huella de carbono" (emisiones de dióxido de carbono, CO2, de las que es responsable cada individuo) al adquirir gran parte de su energía a través de fuentes renovables como el sol y el viento.
La asesora asegura, asimismo, que los Gore están instalando paneles solares en su mansión de Nashville, lo que les ayudará a reducir su consumo energético.
Esos esfuerzos no impresionan a Drew Johnson, presidente del Tennessee Center for Policy Research, quien dice "apreciar" la idea de los paneles solares en declaraciones a ABC, pero recuerda que los Gore también tienen faroles de gas en su jardín, una piscina climatizada y una puerta eléctrica.
"Aunque agradezco que haya cambiado algunas bombillas [lo cierto es que Gore] no tiene el estilo de vida por el que aboga", apunta Johnson, quien destaca, en una entrevista que publica hoy el periódico local Tennessean, que el ex senador demócrata gasta tanta energía en un mes como una familia media de EEUU en un año.
Desprestigiar a Gore
Pese a las críticas, el rotativo de Tennessee recuerda que Gore es uno de los fundadores de Generation Investment Management, una firma que invierte, entre otros, en proyectos solares y eólicos que reducen el consumo de energía alrededor del mundo.
El centro de Tennessee asegra no tener ninguna agenda oculta, una afirmación que cuestionan algunos observadores que ven el informe un esfuerzo concertado para desprestigiar a Gore.
Los que se apuntan a esa teoría mencionan, por ejemplo, la investigación realizada este mes por el canal conservador de televisión Fox en la que cuestionaba el uso, y abuso, de aviones privados por parte de Gore en el 2000.
Al ex vicepresidente le avala de todos modos, una larga trayectoria ecologista de más de dos décadas, en las que ha sido una de las primeras voces en alertar contra el calentamiento global y en las que se ha atrevido a defender causas perdidas en EEUU como la adhesión de este país al Protocolo de Kioto.
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