El último de la lista

Todo libro tiene una última frase; los discos se acaban con una canción; Suiza ocupó el último puesto en el pasado festival de Eurovisión; y en todas las elecciones un nombre cierra la lista de cada partido.

27 candidaturas concurren el próximo domingo a las elecciones municipales en Madrid. Cada lista cuenta con al menos 57 candidatos. Las caras de Alberto Ruiz-Gallardón, Jaime Lissavetzky o Ángel Pérez forran toda la ciudad estos días. ¿Pero quiénes son los últimos de estas listas? ¿Cómo acaba uno cerrando la lista de un partido?

"No importa ser el último, lo importante es estar donde tu partido quiera que estés, y que trabajes por las ideas que defiende tu formación", dice Cristina María Tentea (26 años), empresaria de nacionalidad rumana y última de la lista del Partido de los Mayores y Autónomos (PDME). Con distintas palabras, el sentido ha sido el mismo en los siete candidatos entrevistados por EL PAÍS.

"Lo importante es estar donde te diga tu partido", dice Cristina María Tentea

Cerrar una lista de un partido supone tener la certeza de que uno no va a ser edil en la siguiente candidatura. En muchos casos los partidos usan el cierre de lista para colocar a alguien con impacto o que quiera significar una especial adhesión y apoyo al cabeza de lista. El último de la lista de Unión Progreso y Democracia (UPyD) para la Comunidad de Madrid es el actor Toni Cantó; la lista socialista a la Asamblea madrileña la cierran dos históricos socialistas, el catédrático de Ciencias Políticas Julián Santamaría y el periodista Eduardo Sotillos, que querían manifestar de esta manera su apoyo a Tomás Gomez.

Alberto Ruiz-Gallardón lleva tres décadas encabezando listas a distintas elecciones. En 1989, se presentaba por segunda vez al Senado, tras no lograr el asiento por la circunscripción de Palencia en las elecciones anteriores. Para cerrar su lista por Madrid contó con su mano derecha dentro del servicio jurídico del Partido Popular, la abogada Rosa Vindel. "'¡Ni sueñes salir elegida! ¡Es imposible que obtengamos los tres senadores!'", recuerda Vindel que le dijo el ahora alcalde. "Pero sin que nadie lo esperara, ganamos los tres senadores por Madrid, lo que fue un vuelco porque nunca habíamos tenido tan buenos resultados en la capital", añade la senadora, que ha salido reelegida desde entonces. "Esa misma noche Gallardón me propuso que siempre que él encabezara una lista, yo la tenía que cerrar y por eso vuelvo a ser la última en esta ocasión", explica Vindel. ¿Un talismán para Gallardón? "Para nada, el talismán de Gallardón es su propio trabajo por Madrid", contesta. ¿Y si Gallardón llega a encabezar la lista por Madrid pero al Congreso de los Diputados? "La única cláusula del trato sellado aquella noche del 89 es que no era aplicable a unas elecciones generales", dice entre risas.

Rafael Álvarez Castillo es también político en activo desde "la actividad municipal más directa con los ciudadanos, la de un vocal vecino". Militante desde 1985 en la agrupación de Tetúan, se estrena en una lista electoral, cerrando la candidatura del PSOE al Ayuntamiento. "A mí me propone el comité regional del PSOE", cuenta. "Estar en una lista es el premio a la labor realizada. Para mí es un honor estar donde diga mi partido, y tenía muchas ganas de formar parte de la candidatura y arrimar el hombro para el cambio que necesita Madrid", reitera en varias ocasiones. Álvarez confiesa estar "metido a tope en la campaña". Su puesto de secretario de comunicación exterior de su agrupación hace que tenga que estar pendiente de que esté listo todo, desde la propaganda electoral y las banderolas hasta los atriles para las intervenciones.

"Yo soy una vaca sagrada, que no una reliquia, y en Izquierda Unida los últimos de la lista tenemos que tener algo de pedigrí", contesta con mucho humor Marisa Castro (64 años), que ya fue 11 años concejal en Madrid y diputada en la séptima legislatura. "Me llamó un compañero de la dirección para decirme que Ángel Pérez me quería en su lista. Puse una única condición: yo la cerraba", dice con una amplia sonrisa, con la que deja patente que está "encantada" de estar en ese puesto. "Y desde el último lugar se trabaja como cualquier otro compañero para el éxito electoral, para animar a todo el mundo a votar y para acabar con el bipartidismo", sentencia.

Manuel Lindo tampoco volverá a ser concejal, como lo fue en 1995 por Izquierda Unida. Lindo lleva metido en política desde los 17 años, "cuando iba con una trenca azul y un libro siempre en el bolsillo". Después de abandonar esta formación y "evolucionar políticamente", según sus propias palabras, ahora cierra la lista de Unión Progreso y Democracia (UPyD). "Ser el último es un mensaje moral y ético para la gente joven, en un momento donde la sociedad reclama la recompensa inmediata", dice Rico. "Me llamó David Gómez [cabeza de lista de UPyD] y me dijo: 'Manolo, te voy a pedir una cosa: que la lista que abro yo me encantaría que la cerraras tu'. Y acepté encantado", narra.

"¡Santo Dios! No tenía ni idea de que iba a figurar en la lista". Miguel Ángel García se enteró pocos días antes de la entrevista con este periódico de que iba a cerrar la candidatura de Regeneración, una partido político creado por Enrique de Diego, periodista y tertuliano de la cadena Intereconomía. La formación tiene en el ultraconservador Tea Party un claro referente en su guerra contra impuestos y subvenciones , según explica Carmen Klecker, cabeza de lista al Ayuntamiento. "Los puestos de la lista se decidieron en una cena. Cada uno iba a diciendo en qué puesto quería ir. Uno decía que quería ser el 23 porque ese era su número preferido y a Miguel Angel le tocó cerrarla", cuenta Klecker, que acompaña a su número 57 durante la entrevista. García, pescatero de profesión y "vecino de Chamberí de toda la vida", que militó a principios de los 80 en el partido de ultraderecha Fuerza Nueva, lleva apenas dos meses en Regeneración. "Yo entré en el partido el 9 de abril, cuando los conocí por una manifestación contra ETA. Ya conocía a Enrique de Diego, y me propusieron apuntarme. Entregué el número de DNI, unos datos y hasta ahora".

"Para que haya un cabeza de lista tiene que haber uno que la cierre", contesta Consuelo Fernández (65 años), maestra de infantil recientemente jubilada. Lleva 30 años en contacto con el movimiento Humanista que fundó el argentino Silo. Fernández ya ha formado parte de varias candidaturas del Partido Humanista, que cuenta con "apenas 1.500 euros" salidos del bolsillo de sus afiliados para sufragar los gastos de la campaña, "y que se consumen casi todos en fotocopias". La labor de Fernández como última de la lista no se distingue mucho de la de uno que esté más alto: "Repartir propaganda y ayudar en lo necesario para que se conozca el movimiento".

El domingo a las 20.00, cuando los colegios electorales cierren sus puertas y comience el recuento, los siete candidatos estarán pendientes de los resultados. Saben que no van a ser concejales; los nervios serán por lo que hagan sus partidos: unos se jugarán mejorar los resultados de las anteriores elecciones; otros, los más pequeños, verán con qué apoyo real cuentan; quizá el esfuerzo de ser el último de la lista habrá merecido la pena.