"No me pueden imponer que acepte un modelo injusto"

Guillermo Fernández-Vara, de 49 años, presidente de Extremadura desde el 29 de junio de 2007, sigue la máxima que le aconsejó su antecesor y mentor, Juan Carlos Rodríguez Ibarra: "Sé tu mismo". Y lo cierto es que alguna similitud tiene con el anterior presidente, al despuntar, como lo hizo Ibarra durante todo su mandato, como uno de los barones socialistas más apasionados en la defensa de su tierra y de la igualdad entre comunidades. La incipiente discusión sobre el futuro modelo de financiación autonómica le ha dado la oportunidad de hacerlo. Advierte que no aceptará que le impongan un modelo injusto o desfavorable para Extremadura.

Pregunta. Aún no sabe cómo será el futuro modelo pero usted lo ataca preventivamente.

"Tenemos derechos por ser españoles, no por extremeños o catalanes"

"Ninguna región da nada a otra; dan los ciudadanos, no los territorios"

Respuesta. Pero sí conozco el documento que ha elaborado Cataluña y no estoy de acuerdo. No estoy de acuerdo en que Cataluña dicte en qué servicios debe haber nivelación.

P. ¿Además de la educación, la sanidad y los servicios sociales, como propone Cataluña, qué otros servicios añadiría usted para ser sometidos a la nivelación de manera que no haya desigualdades?

R. Es que rechazo ese planteamiento. Ni siquiera querría entrar en la petición de más dinero para estos u otros servicios. Yo hablo de principios y mis principios me dicen que tenemos unos derechos que se derivan de ser españoles, no de ser extremeños, andaluces, catalanes o gallegos. Además, yo no soy neutro, soy socialista y está la Constitución que nos reconoce esos derechos.

P. Pero junto a la Constitución hay otro bloque legislativo que corresponde a los Estatutos de Autonomía y en cada uno de ellos se reconoce unos derechos. El catalán, también el aragonés, proclama la bilateralidad en las negociaciones y un planteamiento muy concreto sobre su financiación.

R. Los respeto todos, pero defiendo la necesaria armonización de la LOFCA (Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas) con el Estatuto de Cataluña. Esa comunidad no puede marcar los servicios y los derechos que tienen las demás.

P. El presidente del Gobierno de España se ha comprometido a publicar las balanzas fiscales con lo que se sabrá qué aporta y qué recibe cada cual. ¿Por qué se opone?

R. Porque es una falacia y ofrece una imagen borrosa de España. Primero, no partimos de la misma realidad, y no quiero ponerme pesado recordando lo que pasaba en este país hace treinta o cuarenta años cuando medio millón de extremeños salió de la región para ir a otros sitios de España, dónde se apostó por la industria y por el desarrollo. No quiero entrar en eso. Tampoco merece la pena discutir dónde se pagan los impuestos. ¿Dónde hay que computar la tributación de empresas que, por ejemplo, tienen su actividad en Extremadura pero su sede social está en otra región? Por eso es injusto que pueda establecerse un modelo de financiación en base a lo que señalen las balanzas fiscales.

P. Ya se sabe lo que mostrarán: que Madrid, Cataluña y Baleares aportan más que reciben.

R. Ninguna región da nada a otra; quienes reciben y aportan son los ciudadanos no los territorios. Un extremeño y un catalán con la misma renta aportan lo mismo, aunque otra cosa es la capacidad fiscal que tiene cada autonomía en función de muchas variables, incluidas las históricas. Por tanto, las balanzas fiscales pueden tener valor académico, pero nada más.

P. Pero si esos datos, al final, fueran determinantes para fijar la financiación, ¿podría usted aceptarla si va acompañada de unas cantidades en el Fondo de Suficiencia que garanticen la cobertura de sus necesidades?

R. No nos pueden imponer un modelo de financiación que consideremos injusto o que nos sea desfavorable. Nos quedaríamos fuera del nuevo, y permaneceríamos en el actual, como ya hizo Extremadura y Andalucía en 1997. Pero no creo que eso vaya a pasar porque José Luis Rodríguez Zapatero nunca ha fallado a Extremadura y le creo cuando dice que trabajará para que todos nos sintamos cómodos.

P. ¿Pero no cree que con sus posiciones fomenta la llamada catalanofobia?

R. En absoluto. Los problemas de Cataluña son los míos y creo que a Cataluña le interesa que a Extremadura le vaya bien para que podamos seguir adquiriendo todo lo que ellos producen.