La publicación de las balanzas fiscales reabre la guerra territorial
Cataluña pide un frente común con Madrid y las comunidades que más aportan
Las esperadas balanzas fiscales reabrieron ayer el debate territorial con una gran visceralidad. El Gobierno vistió la publicación de las balanzas como la respuesta a un compromiso de transparencia, a un debate público que levanta pasiones en la España de las autonomías: quién paga más, quién recibe más dinero, más gasto público, más inversiones. Apenas hubo sorpresas con los datos. Las comunidades de mayor renta aportan más al Estado, y las de menor renta reciben más.
Y sin embargo las balanzas desataron reacciones enfrentadas en un mes clave en las negociaciones del modelo de financiación autónomica, con una batalla entre comunidades que va más allá del color político.
A un lado, Cataluña quiere hacer frente común con Madrid, la Comunidad Valenciana, Baleares y en general las autonomías con mayor déficit fiscal. Al otro, Extremadura, Asturias y las que reciben más de lo que aportan ni siquiera reconocen la validez de las balanzas alegando que parten de "una idea de España anticonstitucional".
El Ejecutivo se ha resistido más de dos años desde el compromiso adquirido por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero para publicar las balanzas. El vicepresidente Pedro Solbes alegaba que provocaría confrontación, mientras que varias comunidades recelaban de la "falta de transparencia" del Gobierno ante la demora en la publicación.
Con los datos en la mano, apenas hay lugar para la sorpresa: los ciudadanos de Madrid, Baleares, Cataluña y Comunidad Valenciana son los que más aportan al conjunto del Estado porque tienen más renta; y los extremeños y asturianos son los que más reciben de la Administración central, ya que su renta per cápita es más baja. Aun así, nadie quedó satisfecho. Las zonas con déficit fiscal ven reforzado su sentimiento de "maltrato" y entienden que son excesivamente solidarias. Y los más beneficiados por las balanzas ni siquiera reconocen su validez: dicen que están mal hechas, que su publicación es "estéril" y amenazan con romper la baraja si los resultados influyen en la reforma de la financiación.
"Tenemos un sector público que redistribuye, que contribuye a la redistribución de la renta personal y territorial, más justa y equitativa. Espero que se zanje el debate sobre si algunas comunidades contribuyen a la solidaridad". Esa fue la tibia valoración política que hizo el Gobierno a través de Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda. En una presentación multitudinaria ante la prensa, Ocaña insistió en que las balanzas no tienen nada que ver con la financiación autonómica. Pero no impidió que a partir de ahí se abriera la caja de los truenos.
El tono de las declaraciones de los líderes autonómicos no dejó de subir durante toda la jornada, en un enfrentamiento que es tan sólo la antesala de lo que le espera al Ejecutivo en la negociación del nuevo sistema de financiación. "Los datos ratifican que el sistema no es bueno", resumió el consejero catalán Josep Huguet antes de reclamar el apoyo de las comunidades que salen "más perjudicadas", como Madrid, Baleares o la Comunidad Valenciana.
Las reacciones de las autonomías con mayor superávit fueron inmediatas. "Las balanzas intentar difundir la idea de que Galicia es pobre y tiene que vivir de la caridad del Estado", aseguró el vicepresidente gallego, Anxo Quintana. El presidente asturiano, Vicente Álvarez Areces, declaró que los impuestos "los pagan los individuos, no las comunidades". "No les reconozco ningún valor", cerró el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara.
El debate territorial promete ser a cara de perro. Las balanzas y la reforma de la financiación difuminan la tradicional separación entre las comunidades del PSOE y las del PP, con la bisagra de los nacionalistas. Esta vez, y pese a los respectivos esfuerzos de Zapatero y Mariano Rajoy para fijar una posición común entres los suyos, la fractura se produce entre las autonomías más pobladas y más dinámicas económicamente y las que sufrieron los problemas de la reconversión industrial y disfrutan de menores niveles de renta per cápita.
Claves para entender una balanza fiscal
- ¿Qué es? Es la diferencia entre los ingresos tributarios que percibe el Estado de los ciudadanos de un territorio y el gasto y la inversión que realiza éste en ese territorio.
- ¿Cómo se calcula? Para ver el impacto de la Administración sobre un territorio se usa el método del flujo monetario, que imputa el gasto en el lugar donde de materializa (los soldados de Ceuta consumen en los bares de allí, no en otra comunidad). Para saber el impacto sobre el bienestar de los ciudadanos se usa el método del beneficio (todos nos beneficiamos de la Defensa).
- ¿Tiene que ver con la financiación? No siempre. Tiene que ver con la inversión estatal, y el debate de financiación afecta a lo que cada comunidad recibe para pagar sus competencias.
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