"Es el prototipo del cooperante"

Soltera, sin hijos y entregada por completo a su profesión de médica, Mercedes García Valcarce siempre está a punto para hacer las maletas y marcharse a cualquier parte del mundo asolada por el hambre o las epidemias. "Es el prototipo del cooperante de Médicos sin Fronteras", asegura el valenciano Alfons Verdú, coordinador de esta ONG en la capital somalí, Mogadiscio. Verdú y García se conocieron hace dos años en Darfur, y se reencontraron hace un mes en Mogadiscio, "donde hay 25 muertos y 70 heridos a la semana". Bossaso, por el contrario, parecía un lugar "mucho más tranquilo" para ejercer la medicina que el resto del país.

En Cuadros, el pueblo leonés de 400 habitantes donde Mercedes vive cuando no está de misión, todos conocen su vocación humanitaria. "Es una bellísima persona", dijo Emma Rodríguez, que veía a la cooperante "todos los días", porque era asidua en el bar que regenta su padre. "Cuando regresaba, nos contaba la pobreza que hay en esos países". Mercedes se preocupaba de que Andrea, sobrina de seis años de Emma, entendiera cómo viven los niños de otros lugares del mundo. "Andrea le ofrecía juguetes y ropa, para que los llevara a África". Los vecinos estuvieron todo el día pendientes de si se producía la liberación. "La familia está muy preocupada", manifestó el alcalde, Martín Marcos Martínez.

Mercedes García trabaja con MSF desde 2002, aunque comenzó a cooperar con proyectos humanitarios años atrás. Antes de en Somalia, estuvo en Angola, Sudán y Argentina. También en Canarias, atendiendo la crisis de los cayucos. Un problema calcado al que se vive en el noreste de Somalia: desde el puerto de Bossaso parten barcazas repletas de inmigrantes que sueñan con llegar a Yemen. Igual que en el trayecto hacia España, los que mueren en el camino son arrojados al mar.