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Ataque a las tropas en Afganistán

La primera muerte de una militar aviva el debate sobre la seguridad de las tropas en Afganistán

Miguel González

Idoia Rodríguez Buján, lucense de 23 años, se convirtió ayer en la primera militar española muerta en una misión en el exterior. Una "mina de gran potencia", en palabras del ministro de Defensa, José Antonio Alonso, mató a la soldado e hirió a dos de sus compañeros, el alférez César Muñoz Pantoja, madrileño de 27 años, y el cabo Jorge Laiño del Río, natural de Noia (A Coruña), de 23, cuyas vidas no corren peligro, según aseguró el ministro.

El cuarto ocupante del vehículo -un Blindado Medio sobre Ruedas (BMR), habilitado como ambulancia- era una teniente médico que resultó ilesa.

La negativa pública de Zapatero a enviar refuerzos aparcó las demandas que los mandos sobre el terreno hicieron a Alonso
El blindado-ambulancia que conducía la fallecida no llevaba inhibidor para evitar la activación de artefactos por telemando
La explosión de una mina de gran potencia mata a Idoia Rodríguez Buján y hiere a otros dos soldados
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El ataque se produjo pasadas las 15.45 (hora local) a unos 40 kilómetros al sur de Herat, base principal de las tropas españolas en Afganistán. El convoy, integrado por cinco BMR, con 35 a 40 militares, regresaba de la localidad de Shindand, tras escoltar a dos equipos italianos que se dedican a instruir al Ejército afgano.

El blindado ambulancia que conducía la soldado Idoia Rodríguez circulaba en cuarto lugar y no estaba equipado de inhibidores de frecuencia, para neutralizar la activación de artefactos con mando a distancia, al contrario que los BMR que iban inmediatamente delante y detrás.

Presión, cable o telemando

Una de las hipótesis que se barajan es que la explosión del artefacto (probablemente una mina anticarro) se produjera en un momento en que los blindados se distanciaron entre sí y el BMR ambulancia quedó fuera del radio de protección de los inhibidores de los otros dos vehículos. Las fuentes consultadas indicaron que los inhibidores son siempre limitados y las ambulancias se consideran menos expuestas a ataques que otros vehículos.

Hasta que concluya la investigación, puntualizaron las mismas fuentes, no será posible saber si el sistema de activación de la mina era por telemando, cable o presión. El soldado de origen peruano Jorge Arnaldo Hernández Seminario, primer militar español fallecido en acción de guerra en Afganistán, murió al explotar una mina de presión. Sin embargo, un artefacto activado por telemando estalló el 18 de septiembre a menos de 100 metros de una columna española.

La fallecida y los dos heridos fueron evacuados en helicóptero a la base de Herat, donde llegaron dos horas después. Anoche partió de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) un Boeing 707 que repatriará mañana a los tres.

Idoia Rodríguez, destinada en la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat), con base en Figueirido, estaba a punto de regresar tras haber cumplido su misión de cuatro meses en Afganistán. El pasado martes partieron desde Zaragoza los primeros 150 efectivos del nuevo contingente, basado en la Brigada de Cazadores de Montaña de Huesca, para relevar al enviado en noviembre. El relevo debía completarse con otros dos vuelos previstos para el 27 de febrero y el 3 de marzo.

El ministro José Antonio Alonso reconoció ayer que se ha producido un "aumento objetivo de la inseguridad" en Afganistán y consideró el ataque de ayer un anticipo del rebrote de la violencia que todos los expertos militares vaticinan para la primavera.

No obstante, evitó revelar si está dispuesto a enviar más soldados en caso de que los mandos militares lo consideren necesario para reforzar su seguridad y desgranó una serie de cifras para sostener que no hay relación entre número de efectivos y bajas.

España tiene actualmente 690 militares en Afganistán, distribuidos entre la base de apoyo avanzado de Herat y el equipo de reconstrucción provincial (PRT) de Qal-e-Naw. Durante su visita a Afganistán, a finales de enero, el coronel Rafael Roel, jefe del PRT, planteó a Alonso la conveniencia de crear una base avanzada en la zona de Bala Morghab, al norte de la provincia de Badghis, y de contar con maquinaria de zapadores, lo que supondría unos 150 soldados más.

Estas propuestas quedaron aparcadas cuando, en vísperas de la reunión ministerial de la OTAN en Sevilla, el 8 de febrero, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero descartó cualquier aumento de tropas en Afganistán.

En un seminario con parlamentarios celebrado a puerta cerrada el pasado día 14 en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden), tanto el embajador español en Kabul, José Turpin, como el representante especial de la UE, Francesc Vendrell, se pronunciaron abiertamente por un aumento de las tropas en Afganistán, mientras que los responsables militares se mostraron más cautos. "Yo no he dicho [que necesite] más medios, sino medios adaptados a la misión", respondió el jefe del Mando de Operaciones, Bernardo Álvarez del Manzano. Este teniente general realizó a principios de enero una visita de inspección a Afganistán con el objetivo de informar sobre las necesidades del contingente español.

En julio del año pasado, tras un informe similar, el Gobierno decidió enviar otros 150 efectivos y 17 BMR. El blindaje de estos últimos vehículos, mucho más robusto que el de los VAMTAC empleados hasta entonces, salvó la vida a los soldados españoles que sufrieron un ataque suicida en noviembre pasado y permitió que ayer no hubiera que lamentar más víctimas mortales.

Rodríguez Zapatero aprovechó ayer su primera intervención en el pleno de control del Congreso para expresar sus condolencias a la familia de la fallecida y su "consideración y apoyo" a las tropas en Afganistán. Lo mismo hicieron el presidente del PP, Mariano Rajoy, y el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, quien agregó que "no se debe ocultar que en Afganistán hay una guerra y se va allá para intentar lograr la paz".

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, y el portavoz en el Congreso del Bloque Nacionalista Galego, Francisco Rodríguez, pidieron al Gobierno que rectifique y retire las tropas de Afganistán.

Los Reyes, los príncipes de Asturias y el presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, enviaron telegramas de pésame a la familia de la fallecida.

Cruz del Mérito Militar

El portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de Afganistán (ISAF), el coronel Tom Collins, reiteró ayer que se esperan "duros enfrentamientos" en primavera y que "el enemigo está impulsando los preparativos para aumentar su actividad militar". Un soldado británico murió ayer por la explosión de una mina en Helmand, al sur del país, lo que eleva a 47 las bajas del Reino Unido en Afganistán.

El Ministerio de Defensa ha concedido la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo a la soldado Idoia Rodríguez. Este distintivo es el habitual para los participantes en misiones de paz, mientras que el rojo se reserva para operaciones de combate. Alonso ha pedido comparecer en el Congreso para informar sobre la muerte de la militar.

Con el fallecimiento de ayer, las bajas mortales de las Fuerzas Armadas españolas en el exterior suman 126, de las que 81 corresponden a Afganistán. Además de Rodríguez Buján y Hernández Seminario, muertos en ataques, 17 militares perdieron la vida en el accidente del helicóptero Cougar el 16 de agosto de 2005 y 62 en el siniestro del avión Yakovlev-42 el 26 de mayo de 2003.

Fotografía de la soldado Idoia Rodríguez Buján.
Fotografía de la soldado Idoia Rodríguez Buján.EFE
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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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