La policía carga en Madrid contra los participantes en una marcha antifascista prohibida
Cerca de un millar de jóvenes antisistema se concentran en repulsa por el asesinato de Carlos Palomino
Alrededor de un millar de jóvenes antisistema han ocupado esta tarde las calles de Legazpi y Ronda de Valencia en Madrid en una concentración en repulsa por el asesinato de Carlos Palomino, el menor apuñalado hasta la muerte por un presunto neonazi hace dos semanas, y que ha derivado en disturbios al impedir la policía que se manifestaran, dado que la marcha no estaba autorizada por la Delegación del Gobierno.
Sobre las cinco de la tarde los jóvenes, la mayoría menores de 30 años, iniciaron tímidamente en la Glorieta de Carlos V un conato de concentración, que quedó prácticamente disuelta cuando aparecieron aproximadamente una treintena de furgones policiales y más de un centenar de efectivos antidisturbios.
Media hora más tarde, los manifestantes decidieron agruparse en el tramo de calle entre Legazpi y la Ronda de Valencia, donde, tras abuchear a los periodistas y negarse a comentar la situación con ellos, empezaron a lanzar consignas como Carlos, hermano, nosotros no olvidamos, que después se convirtieron en No es un delito ser antifascista o Lo llaman democracia, pero no lo es, que se convirtió finalmente en el lema de la marcha.
Desde la Ronda de Valencia los manifestantes se dirigieron a la glorieta de Embajadores, mientras algunos de ellos lanzaban piedras y botellas a la policía, y quemaban contenedores. Como consecuencia de ello, el tráfico tuvo que ser interrumpido en varios tramos del recorrido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.