¿Una nueva 'Dulce Neus'?
De confirmarse la autoría del asesinato de Natividad Cantero y la colaboración en el mismo de su hijo Andrés David, sería imposible retraerse a la comparación de este caso con el crimen de La Dulce Neus. La presunta participación de menores en el crimen es el paralelismo más evidente, junto con la muerte de un marido rico pero de origen humilde y, supuestamente, despótico.
El 28 de junio de 1981, el próspero constructor catalán Juan Vila Carbonell fue asesinado de un disparo en la cabeza mientras dormía en su casa de Esplús (Huesca). En un principio, la familia atribuyó el crimen a la organización terrorista GRAPO. Sin embargo, a los pocos meses, la empleada del hogar destapó una conspiración familiar para acabar con la vida del industrial, en la que había participado su esposa, Neus Soldevila, junto con los seis hijos del matrimonio (tres de ellos menores de edad por entonces). Una de las hijas de Neus, Marisol, que entonces tenía 14 años, tomó la pistola que guardaba su padre y acabó de un disparo con su vida.
Neus, a la que la prensa bautizó como La Dulce Neus, por su voz suave y pausada, fue condenada a 28 años de prisión por inducción al parricidio de su marido. Éste, constructor de profesión, maltrataba a toda la familia, según la versión de la condenada, que nunca dio muestras de arrepentimiento.
Los tres hijos mayores también ingresaron en la cárcel, mientras que Marisol, la autora material del crimen, fue internada en un reformatorio. En 1986, Neus Soldevila consiguió el paso a régimen penitenciario abierto y se fugó al extranjero. Volvió a la cárcel en 1989, tras ser extraditada por Ecuador.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.