La nueva Batasuna presenta hoy unos estatutos como los de PSOE y PNV
La dirección 'abertzale' confirma que rechazará la violencia de ETA si la hubiera
La izquierda abertzale confirmó ayer que su debate interno se ha zanjado y que definitivamente los estatutos del nuevo partido que hoy presenta en Bilbao recogerán el rechazo de la violencia, incluida la de ETA en todas sus manifestaciones si las hubiere. Con ese paso, trata de salvar el escollo de la Ley de Partidos, ratificada por la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, que la identificaba con ETA, y lograr que su inscripción en el Registro de Interior, el miércoles, supere la prueba de los tribunales.
Los estatutos del nuevo partido, cuyo nombre se conocerá mañana, se acomodarán al "cambio de cultura" de la izquierda abertzale y serán muy similares, en su estructura organizativa interna, a los del PSOE o del PNV.
Por primera vez en su historia contará con afiliados y simpatizantes
Su compromiso con la vía democrática no depende de la legalización, afirma
"El nuevo partido no acudirá a la ventanilla con ambigüedades, sino con definiciones claras y que no eludan las alusiones concretas a ETA", señalaba ayer el diario Gara, próximo a la izquierda abertzale. Y añadía: "La posición [respecto a la violencia] irá lógicamente en la línea de todo lo que se ha ido concretando tras el proceso interno de debate de la izquierda abertzale. Serán enunciados claros e inequívocos en favor de las vías exclusivamente pacíficas y democráticas".
Como adelantó el sábado EL PAÍS, el líder de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria, en la parte política, y el abogado Iñigo Iruin, en la parte jurídica, aludirán al compromiso de la nueva formación de rechazar la violencia, incluida la de ETA, con una fórmula que se aproximará en su contenido a la que recoge en las conclusiones de su último debate interno: "La izquierda abertzale rechaza y se opone al uso de la violencia o la amenaza de su utilización para el logro de objetivos políticos y eso incluye la violencia de ETA si la hubiera en cualquiera de sus manifestaciones".
Esta fórmula u otra similar la encuadrarán en el proceso iniciado, en noviembre de 2009, con la propuesta Zutik Euskalherria (Euskalherria, en pie), y que se encuadra en los principios Mitchell de desarme, que inspiraron el proceso de paz irlandés, y el acuerdo de Gernika, de septiembre de 2010, suscrito por Aralar, Eusko Alkartasuna y la propia izquierda abertzale, en el que se exige a ETA, además de una tregua permanente y verificable, que avance hacia el final definitivo de la violencia.
La izquierda abertzale también aclarará que el nuevo partido "no puede ser utilizado para estrategias diferentes a la exclusivamente política y democrática aprobada por las bases", en alusión a ETA. E incluso reiterará su compromiso con las vías democráticas salve o no la prueba de la legalización. "No se trata solo de superar la Ley de Partidos sino, sobre todo, de materializar un cambio sustancial en la línea de acción de la izquierda abertzale".
Las estructuras organizativas del nuevo partido serán muy similares a las del PSOE o del PNV, lo que antes no sucedía al estar concebida Batasuna como una organización política de combate. Contará -algo inédito en su historia- con afiliados y simpatizantes. Podrá afiliarse cualquier persona mayor de edad y se financiará, entre otras fuentes, por las cotizaciones de sus afiliados. Estos tendrán derecho a votar en sus órganos internos, a ser informados, a expresar sus opiniones libremente y a ser elegidos.
El nuevo partido también dispondrá de un órgano máximo, el Congreso Nacional, que se reunirá cada cuatro años, y una Asamblea Nacional, que lo hará, al menos, una vez al mes. El Congreso elegirá a la Ejecutiva Nacional, con un mínimo de 25 miembros, y al secretario general.
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