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La justicia investiga seis denuncias contra los Mossos por presuntos malos tratos

Todos los casos ocurrieron en la sala de cacheos o las celdas de la comisaría de Les Corts

En el ojo del huracán y en el de la justicia. Seis juzgados de Barcelona están investigando otras tantas denuncias o querellas contra los Mossos d'Esquadra por supuestos malos tratos, lesiones o detención ilegal. Todas las víctimas coinciden en relatar que los hechos se produjeron en la comisaría central de Barcelona, bien en la sala donde se cachea a los detenidos o en las celdas, a las que accedieron los agentes para apalear al arrestado, según las víctimas. Las denuncias están en diferentes fases y alguna de ellas se encuentra en el umbral de llegar a juicio.

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El Departamento de Interior de la Generalitat colocó cámaras ocultas en esa comisaría central ante el aumento de denuncias por malos tratos. En los últimos meses han ido aflorando diversos episodios de violencia. Seis de ellos ya están en los juzgados y de éstos, dos han sido denunciados por los propios responsables de Interior tras grabar las agresiones con cámara oculta. Sólo en esos dos casos, los policías implicados han sido suspendidos cautelarmente de empleo y sueldo. Asuntos Internos investiga otro vídeo en el que se aprecia a un mosso realizando bailes tribales frente a un detenido de origen africano, a modo de mofa.

Éstos son los casos que actualmente investigan los jueces:

- Un estibador en la discoteca. La investigación del caso denunciado por José Antonio Medina está prácticamente acabada. Todo hace prever que el juez abrirá juicio oral contra, al menos, dos mossos. Los hechos ocurrieron el 2 de junio de 2006 en una discoteca de Barcelona. Medina, un fornido estibador, estaba de fiesta con unos amigos y tuvo unas palabras con otro hombre. Resultó ser un policía fuera de servicio que llamó a un coche patrulla para que le detuvieran. Al llegar a la comisaría, Medina se encontró con ese mismo agente y el amigo que le acompañaba, también mosso, quienes, según él, le propinaron una brutal paliza en la sala de cacheos. Los policías reconocieron que Medina entró ileso en comisaría y salió con hematomas en un ojo y el costado.

- Un senegalés con triple fractura. Otro juez investiga la denuncia de Aliou, un senegalés que denunció una paliza por parte de al menos ocho mossos cuando fue trasladado a una celda de Les Corts. El detenido relata que, cuando solicitó un vaso de agua, varios policías entraron en la celda, le pusieron boca abajo esposado y le golpearon reiteradamente. A consecuencia de la supuesta paliza, el hombre denunció una triple fractura del brazo izquierdo. Ya se han realizado dos ruedas de reconocimiento y el denunciante ha identificado a un presunto agresor.

- Confusión con un rumano. El verano del año pasado, los Mossos confundieron a Lucian Paduraru, un ciudadano de nacionalidad rumana, con un peligroso delincuente que acababa de cometer un robo. Le detuvieron de forma "contundente", según reconoció el cuerpo policial. El denunciante asegura que le propinaron golpes por todas partes durante el traslado y en la comisaría de Les Corts. Hay cinco mossos imputados por presuntas lesiones y detención ilegal. Los policías negaron la agresión y afirmaron que usaron la "fuerza necesaria" porque se resistió a entrar en el vehículo policial.

- Por ir sin DNI. El último caso que ha salido a la luz es el de Marc V. C., un joven que denunció a los mossos por lo ocurrido la madrugada del 8 de abril de 2007. Se encontraba en el barrio de Gràcia con unos amigos y no llevaba encima el DNI. Según su versión, los agentes le trasladaron a la comisaría de Les Corts para identificarle. En la celda, "al menos siete agentes" le propinaron golpes y patadas. Salió de allí con varios hematomas, contusiones y traumatismo craneal. Anteayer declararon cuatro agentes como imputados, que dijeron no recordar el suceso y atribuyeron los hechos a la posibilidad de que la víctima se autolesionara.

- Casos grabados. Los casos más notorios son los de Rubén Pérez y Elena Podvigina, ya que las imágenes de las agresiones que sufrieron fueron registradas por las cámaras de la sala de cacheos. Rubén fue apaleado por cuatro agentes, mientras que Elena recibió una bofetada de manos de una agente, con el añadido de que estaba esposada y semidesnuda. El juez que investiga el caso ha citado a declarar como imputada a la compañera de la agente, que no hizo nada por evitar la agresión, así como a otros dos mossos que la detuvieron. Uno de ellos realizó una filmación con su teléfono móvil en el coche patrulla.

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