La fiscalía acusa a 14 islamistas que enviaron suicidas a Irak y Afganistán
La red de Santa Coloma ayudó a huir a varios autores materiales del 11-M
"Maldito Bush, beberemos tu sangre". Este es uno de los mensajes de ánimo que por correo electrónico se enviaban los 14 miembros de la red Tigris que desde un piso en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) captaban y enviaban suicidas a Irak y Afganistán y para los que la fiscalía de la Audiencia Nacional pide condenas que van desde los siete a 14 años de prisión. Los procesados, detenidos en 2005, ayudaron a huir a varios autores materiales del 11-M que luego se suicidaron en Irak, como Mohamed Afalah, Daoud Ouhnane u Othman el Mouhib.
En el número 20 de la calle de San Francisco de Santa Coloma de Gramenet estaba Al Kalaa (La Fortaleza de los Guerreros), la sede de este grupo que, según las conclusiones provisionales de la fiscalía, captaba y adoctrinaba a jóvenes musulmanes dispuestos a cometer acciones terroristas "en cualquier parte del mundo a los que se les facilitaba documentación y dinero para alcanzar sus objetivos yihadistas".
El fiscal pide penas de 7 a 14 años por pertenencia a banda armada
Como Yassin, el procesado rebelde Niyaz Valiohhmehoz, que en 2001 llegó a España procedente de Rusia y tras visitar La Fortaleza accedió a marchar a Irak. El 18 de agosto de 2004 viajó en autobús hasta París. Dos días después estaba en Turquía, desde donde envió una postal a los "hermanos" y pidió dinero para continuar su viaje. Gracias a la ayuda enviada desde un locutorio de Santa Coloma llegó a Teherán (Irán) y desde allí entró en Kerbala (Irak), el 21 de octubre. Se sospecha que ya está muerto, como los centenares de suicidas que mueren en ese país desde la invasión estadounidense.
La historia de Yassin es una más de las que se relatan en el escrito de acusación presentado por la fiscalía de la Audiencia Nacional a la Sala de lo Penal contra 14 miembros de esta red de Ansar Al Islam, más tarde rebautizada como Al Qaeda en Irak, que dirigía Abu Musab Al Zarqaui, el terrorista y aliado de Bin Laden en Irak y que murió en un bombardeo del ejército de Estados Unidos.
Los elegidos se comunicaban por correo electrónico con Mohsin Khaybar y Abd Al Hay Al Asas, ambos huidos, que desde Siria acogían y asistían en aquel país "a los jóvenes reclutados para la comisión de acciones terroristas y especialmente suicidas, que procedían de España, Bélgica, Holanda, en su mayoría de origen magrebí".
El primer jefe de la red fue Mohamed Tahraoui, condenado ya a 10 años en otro proceso; le sucedió Abdeladim Akouad, detenido y entregado a Marruecos por los atentados de Casablanca; tomó el relevo Filali Ouali, huido tras los ataques del 11-M, y finalmente el procesado Samir Tahtah, para el que ahora la fiscalía pide 14 años de prisión.
La fiscalía relata que algunos de los procesados fueron detenidos en Siria cuando intentaban pasar a Irak y regresaron a España, donde fueron detenidos.
Es el caso de Khaled Abidi, Abbas, para el que pide una condena de 14 años por pertenencia a banda armada. Khaled mandó un mensaje de correo electrónico, el 3 de abril de 2004, a uno de los futuros suicidas enviado a Siria que la fiscalía califica como de enorme interés y que en resumen decía así: "Quiero que sepas que el comercio que estamos tratando es un comercio único. Estoy seguro de que poca gente entra en este tipo de comercio por las dificultades que conlleva, los beneficios tardíos y los múltiples problemas, llenos de peligro y miedo... Te anuncio y te felicito amigo y estoy convencido que la victoria está muy cerca... Debemos de tener paciencia. Todos los comercios del mundo entero se destruirán. Debemos de estar orgullosos con la cabeza alta cuando el resto del mundo esté humillado... Espero que Dios nos vea a todos en el paraíso. Te pido perdón por hablar más de la cuenta".
La red tenía varios hombres en Ceuta que, según el escrito de la fiscalía, se financiaban mediante la delincuencia común, y "disponían de capacidad operativa para cometer acciones terroristas y tenían la intención de llevarlas a cabo".
Uno de ellos era Tarek Hamed Hamu. La policía encontró en su casa de la barriada de Príncipe Alfonso, en abril de 2005, una pistola Star calibre 6,35 y 215 cartuchos, además de un libro titulado Provocación, Agitación e inducción a los infieles de Dios a la conquista de la Yihad.
En sus conclusiones provisionales, la fiscalía solicita para él una condena de nueve años de cárcel por pertenencia a banda armada. Esta célula ceutí ligada a Ansar Al Islam la integraban también Bilal El Saiti, Mustafa Mohamed Abdesselam, Abdelmalik Abdeselam Amar y Aomar Hamed para los que se pide ocho años.
Además, la fiscalía reclama 10 años de prisión para Kamal Ahbar; 9 para Yaboub Guemereg, Mohamed El Idrissi y Driss Beljadi; y 7 para Said El Mazmouzzi, Ridouane El Ourma y Abdelbarie Dahane.
Jueces iraquíes en Madrid
España intensifica la cooperación judicial con Irak. Algo necesario porque las comisiones rogatorias que la Audiencia Nacional ha enviado a ese país no han recibido respuesta. Durante un reciente curso de formación a magistrados iraquíes celebrado en Madrid, el juez Baltasar Garzón y la fiscal Dolores Delgado, encargada de la investigación del terrorismo internacional, mantuvieron una conversación informal con el presidente del Tribunal Supremo iraquí, según señalan fuentes judiciales.
El juez iraquí explicó las dificultades que tienen para recabar información cuando los atentados suceden en zonas controladas por las tropas estadounidenses y sus aliados, los numerosos asesinatos de magistrados en el país y la falta de medios para atender las peticiones de auxilio internacional. Se ofreció para enviar sentencias emitidas por sus tribunales y explicó que allí las acciones suicidas son catalogadas como terrorismo.
Dieciséis magistrados y fiscales de la Corte Suprema iraquí han participado en un curso de formación organizado por Eujust Lex, un programa patrocinado por la Unión Europea. La delegación iraquí la encabezaba Madhast Al-Nahmood, presidente del Poder Judicial, acompañado por el presidente del Tribunal Supremo, el del Tribunal de Apelaciones y el vicefiscal general.
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