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Entrevista:DANIEL SIRERA | Presidente del PP de Cataluña | La precampaña electoral

"El catalanismo es una ficción, sólo es nacionalismo"

Pablo Ximénez de Sandoval

La promesa de Rajoy de garantizar por ley la enseñanza del castellano en toda España tiene detrás un nombre: Daniel Sirera (Badalona, 1967). Es presidente del PP de Cataluña desde octubre, con la etiqueta de hombre del aparato cuando se le compara con su antecesor, Josep Piqué. Sirera ha hecho de la oposición a la política lingüística de la Generalitat el eje de su discurso.

"Mi lengua materna es el catalán", aclara. "Pero en Cataluña no puedes escolarizar a tus hijos en castellano. Para hacerlo tienes que llevarlos al colegio alemán, como hace el presidente Montilla". Los de Sirera, que le hablan en catalán, van a uno concertado, y estudian "de la única forma posible, en catalán", con dos horas de castellano. "Con dos horas nunca aprendes el castellano bien".

El eje del discurso de Sirera es la oposición a la política lingüística

Recientemente, el PP catalán ha colgado un vídeo en la web del partido en el que una ciudadana catalana llama a la Consejería de Educación y pregunta si puede escolarizar a sus hijos en castellano. Responden que no. La llamada es real. "Reto a cualquiera a que me enseñe un colegio catalán donde se estudie en castellano", dice Sirera, poniendo expresión de no bromear.

Reconoce que su política es casi marginal en Cataluña, donde es la cuarta fuerza parlamentaria (la segunda en las europeas). "No somos alternativa de Gobierno". Pero añade: "No es una maldición bíblica, hay que trabajárselo". La diferencia es que "nuestro espacio en Cataluña lo ocupan otras fuerzas. Pretendemos representar a gente a la que no le gusta el coto cerrado de la política catalana".

Lo que Sirera entiende por "coto cerrado" es que los partidos catalanes pueden ser nacionalistas o no, de izquierdas o derechas, pero todos, menos el PP, se declaran catalanistas. Sirera rechaza el término. "En Cataluña, los partidos han tratado de construir una ficción que llaman catalanismo, pero que en realidad es nacionalismo". Asegura que "la mayoría de la gente no es nacionalista, pero ellos transmiten la idea de que si no compartes este ideario nacionalista no eres catalán".

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Descartado el catalanismo, carga también contra el independentismo. "¿Vamos a hacer como Quebec? ¿Un referéndum cada dos años hasta que suene la flauta? No hay nada más anticatalán que querer que Cataluña sea independiente. Sería un desastre".

El corazón de su discurso es la política lingüística de la Generalitat. Habla de ello en términos de persecución. "Por ejemplo, yo puedo poner una tienda en Madrid con un cartel que diga es veneu bolets y no pasa nada. Pero si pongo una en Barcelona que diga se venden setas, me ponen una multa".

Su primera decisión en un muy hipotético Gobierno catalán del PP sería "eliminar las multas y sanciones lingüísticas".

El estreno del discurso antinacionalista de Sirera en Madrid fue el pasado 18 de diciembre, cuando las Cortes reprobaron a la ministra de Fomento y pidieron al presidente del Gobierno que la destituya por su actuación en el caos de Barcelona. La iniciativa prosperó en el Senado, después de fracasar en el Congreso. Sólo fue aprobada con los votos del PP. La moción la presentó Sirera, su único senador catalán. El Grupo Popular en el Senado se lo reconoció con una de las ovaciones más apasionadas de la legislatura.

Lo que puso de rodillas a los senadores populares, poco dados a aplaudir nada que no sea un rapapolvo a Zapatero, fue un discurso antinacionalista hecho, quizá por primera vez en Madrid, en clave catalana, no madrileña. Sirera respondió a tres senadores catalanes (de PSC, CiU y ERC) con argumentos que sólo se aprenden si se vive y se trabaja en el Parlamento catalán. Para el espectador mesetero y primerizo, en aquel debate Sirera parecía jugar con las cartas marcadas, como si se supiera de memoria lo que iba a decir cada uno de sus contrincantes. "Después de tantos años en política, me los conozco a todos", explica. Con 40 años, aspecto de 30 y voz de 20, Sirera es "el benjamín de los presidentes regionales del PP".

¿Y Piqué? "Me lo he encontrado en dos cenas del partido y en el aeropuerto de Barajas".

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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