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La bomba de Castellón tenía capacidad suficiente para echar abajo un edificio

El laboratorio abandonado por ETA en Loire sirvió para ensayar mezclas explosivas

La bomba que un comando de ETA reventó en un olivar de Castellón por miedo a ser apresado tenía la suficiente capacidad destructiva como para echar abajo un edificio. Restos retorcidos de la furgoneta han sido trasladados al laboratorio de criminalística de la Guardia Civil para intentar determinar el explosivo exacto y la cantidad, aunque los expertos hablan de más de 150 kilos. Mientras, la familia guipuzcoana que fue secuestrada para robar la furgoneta ha asegurado, por lo que oyó decir a sus captores, que ETA iba a atentar el domingo a primera hora.

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Dónde iban a atentar es aún una incógnita, pero cada vez se sabe mejor cuándo. La pareja secuestrada, junto a su hijo de cuatro años, ya ha terminado de prestar declaración en Francia, cuyas autoridades judiciales han abierto diligencias por secuestro. En su declaración, el matrimonio ha asegurado que los etarras, para tranquilizarlos por su situación (atados y con los ojos tapados, ante la mirada de su pequeño), les dijeron que iban a ser liberados el domingo por la mañana.

Sin embargo, según la agencia Vasco Press, el domingo por la mañana les comunicaron que habían surgido problemas y se iba a retrasar su puesta en libertad. Este testimonio apuntala, para los investigadores, la tesis de que los terroristas iban a hacer estallar la furgoneta Mercedes Vito el domingo a primera hora. E indica que entre los captores había una mujer "por el trato dado al menor", al que trataron de mantener tranquilo y no embozaron.

La familia, en teoría, tenía previsto volver anoche a su pueblo, Orio (Guipúzcoa), pero no fue así. Al otro lado del interfono de su vivienda no hay respuesta. M. I. y C. C., al parecer, todavía tardarán unos días en regresar. La pareja vive desde hace "unos cuatro años" en Orio. "Vinieron cuando ella estaba embarazada", recordó ayer una vecina, impactada por lo ocurrido. "Es una pareja muy discreta y educada. Él hace surf, porque le suelo ver con la tabla", añadió la mujer.

"Les conozco de vista. Creo que no andan mucho por el pueblo", comentó la dependienta de una cafetería cercana al domicilio de la pareja. "Él solía estar bastante en el cámping", apuntó. Y, efectivamente, se sabe que M. I. solía frecuentar el cámping de Orio con su familia.

De hecho, cuando fueron secuestrados estaban en una zona de acampada de autocaravanas de Messanges (Las Landas, Francia). Los terroristas que los abordaron tuvieron que detenerse antes de entrar en España para introducir la carga mortífera. Las investigaciones de los artificieros apuntan a que la carga tenía "más de 150 kilos" de una sustancia explosiva aún sin determinar.

No se sabe el objetivo

La observación del cráter provocado por la explosión y el hecho de que el motor de la Vito estuviera a más de 50 metros de distancia ha llevado a los expertos a asegurar que dicha carga, convenientemente colocada junto a los pilares de un inmueble, "tenía capacidad destructiva suficiente como para volarlo, para echarlo abajo". Lo que no quiere decir, matizan fuentes de Interior, que los terroristas tuvieran como objetivo un edificio. "No se sabe", indican las fuentes consultadas, que estiman que el lugar donde ETA planeaba atentar está en la provincia de Castellón.

Los terroristas reventaron la furgoneta en el olivar después de que la Guardia Civil se acercase al vehículo entre las 22.00 y las 23.00 del sábado. No había nadie ni dentro ni en los alrededores. Pero los testigos aseguran que el sábado vieron en sus inmediaciones a dos jóvenes descansando bajo los olivos.

El vehículo fue desplazado de un árbol a otro, fue movido unos metros, antes de que los terroristas lo abandonaran dejando a sus espaldas un temporizador con la cuenta atrás lista para que la bomba estallara a las 19.20 del domingo.

Los hierros retorcidos de la furgoneta han sido remitidos al laboratorio de la Guardia Civil, cuya capacidad para analizar restos de explosivos ya estallados impregnados en materiales se demostró sobresaliente en el juicio del 11-M. El objetivo es determinar de qué material se trataba para, a continuación, poder avanzar la cantidad utilizada.

El piso del aparato logístico hallado en Commelle-Vernay, en el departamento francés de Loire, era utilizado como laboratorio para ensayar mezclas explosivas, por lo que la investigación del taller puede arrojar sorpresas. Durante el registro se han hallado matraces, probetas y crisoles, restos de ácido, nitritos y nitratos, así como material en polvo que podría ser aluminio, clave para hacer amonal y amosal.

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