Zapatero: "La reforma constitucional no es prioritaria para el Gobierno"
El Rey rinde homenaje a los que "dieron su vida por la democracia y la libertad"
La reforma de la Constitución con el objetivo de corregir la supremacía del hombre sobre la mujer en la línea sucesoria de la Corona y transformar el Senado en una Cámara de representación territorial fue una iniciativa clave en los inicios de la primera legislatura del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente la situó como una de sus prioridades, junto a la reforma de los estatutos de autonomía y el final del terrorismo por la vía del diálogo. De hecho, la incluyó en el discurso de su primera investidura. Pero las crispadas relaciones entre el PP y el Gobierno impidieron siquiera que la reforma se llegara a poner sobre la mesa. De aquella etapa sólo queda un informe con unas recomendaciones que elaboró el Consejo de Estado, a petición del jefe del Ejecutivo.
Las cosas han cambiado por completo en cuatro años. Ahora, la relación con el PP se ha normalizado, y de hecho ha habido acuerdos en materia de justicia y lucha antiterrorista. Pero ese nuevo ambiente no parece ser suficiente para que el presidente vuelva a considerar una prioridad la reforma constitucional.
"No es imprescindible ni es una tarea prioritaria para el Gobierno", dijo Zapatero en el Congreso el día que se celebraban 30 años del referéndum que aprobó la Norma Fundamental. El presidente aclaró a continuación que no propondrá "ninguna iniciativa para la reforma [de la Constitución] en esta legislatura si no hay un clima de acuerdo" con el PP y los demás partidos.
Esta declaración de perfil bajo de Zapatero no implica su renuncia a proceder a la reforma constitucional en esta legislatura. De hecho, el próximo miércoles, pronunciará una conferencia sobre la Constitución española y, previsiblemente, dará algunas pautas para una reforma, donde incluirá, además de los supuestos ya conocidos -Corona, reforma del Senado, denominación de las comunidades autónomas y referencia a la Constitución europea- otras iniciativas, como la eliminación completa de la pena de muerte -también en caso de guerra- y la referencia a los discapacitados.
La posible reforma de la Constitución puede producirse en un momento oportuno y dentro de unos límites, una vez que las relaciones entre el Gobierno y el PP consoliden la etapa de deshielo que se ha iniciado en esta legislatura respecto a la anterior. A eso se refería ayer Zapatero cuando dijo que la reforma necesitaba un "clima de acuerdo". Mientras, "la Constitución, tal y como está ahora, es útil y se puede funcionar con ella para que el país progrese y para que la convivencia se fortalezca", resaltó ayer el presidente.
En el acto de conmemoración intervino el Rey, que después de recordar al empresario Ignacio Uria, asesinado en Azpeitia, y mostrar su convicción de que España podrá "con unidad derrotar la barbarie del terrorismo", aseguró que España tiene "una gran Constitución para una gran nación" y quiso hacer un "emocionado homenaje a quienes dieron su vida por la democracia y la libertad".
El presidente del PP, Mariano Rajoy, también habló, como Zapatero, de la reforma constitucional. Aplaudió que el texto sirviera en 1978 para "mirar hacia el futuro", "superar una etapa muy dura de la historia de España" y "fijar unas reglas de juego que constituyesen un marco de convivencia para el futuro", y deseó que dure para siempre, "sin perjuicio de que haya o no alguna reforma, que alguna habrá que hacer en su momento", apuntó.
Por su parte, Gaspar Llamazares, el coordinador general de Izquierda Unida, reclamó la modificación de la Constitución para terminar con las "adherencias posfranquistas que hay en España". Y citó la falta de laicidad del Estado y el sistema electoral, que perjudica a su formación.
Bono pide consenso
Era su primera intervención en el día grande de la Constitución como presidente del Congreso. Y José Bono aprovechó la audiencia y la notoriedad de su discurso para hablar de uno de sus asuntos preferidos: la reconciliación entre los españoles y la necesidad de recuperar el espíritu de consenso de la Transición.
En la Transición, explicó, "quienes tenían el dedo cansado de tanto señalar al enemigo lo bajaron". "Uno de los logros de la Constitución es que ahora la derecha y la izquierda lloran y actúan juntas frente al terror. Nunca antes de la Constitución habíamos llorado juntos", se felicitó Bono. "Los sentimientos de unión frente a los crímenes son más fuertes que los que nos separan", insistió.
Para el presidente del Congreso, el consenso debe ser la base de la relación entre los políticos. "O construimos el futuro juntos o no habrá futuro. Vivir juntos exige concesiones mutuas constantes", explicó. Y, por último, dejó una reivindicación suya clásica: "Si el Estado no ejerce su función redistribuidora de recursos y de bienestar, es una maquinaria burocrática sin sentido".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.