Friol despide a la soldado fallecida en Afganistán

Todo el municipio de Friol, enclavado en el extremo occidental de la provincia de Lugo, llora la muerte de la soldado Idoia Rodríguez Buján, que a sus 23 años dejó la vida en una misión en Afganistán. Su cuerpo ya se encuentra, por expreso deseo de la familia, en un tanatorio de la capital del municipio, distante unos ocho kilómetros de la casa paterna de San Mamede de Nodar, donde el dolor es aún más intenso. La pasada madrugada, el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, presidió en el aeropuerto de Lavacolla (Santiago de Compostela) la ceremonia oficial de recepción del féretro con los restos mortales de la militar.

A la familia se le ofreció la oportunidad de instalar la capilla ardiente en el pabellón polideportivo pero optó por decirle el último adiós en privado. Habrá una misa esta misma tarde, a las 21.30 horas, en el tanatorio, y mañana tendrá lugar el funeral de entierro, para que los restos mortales de Idoia reposen al lado de su abuelo, al que perdió hace poco más de un año. El féretro con los restos mortales de la soldado llegaron hacia las 3.18 a bordo de un Boeing 707 de la Fuerza Aérea Española a la zona militar del aeropuerto de Lavacolla (Santiago de Compostela). El Boeing 707 aterrizó en el aeródromo gallego procedente de de la Base Aérea de Manás (Kirguistán).

En este mismo avión viajaban el compañero sentimental de la soldado fallecida y el oficial que le acompañaba en el vehículo blindado sanitario, el alférez César Muñoz, que resultó herido con diversas contusiones. Un juez militar determinará si procede realizar una autopsia una vez que el cadáver haya sido reconocido. Zapatero impuso a la soldado la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo, junto con la medalla de la OTAN, sobre el féretro, que permanecía cubierto con una bandera de España.

La mina no fue activada por control remoto

Junto a Zapatero se encontraban el ministro de Defensa, José Antonio Alonso; el presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz, y otros altos mandos militares, que acompañan a familiares y amigos de la militar fallecida en Afganistán. El cuerpo de la soldado y el alférez herido iniciaron ayer el viaje de regreso a España desde la Base de Apoyo Avanzado de Herat a bordo de un avión Hércules de la Fuerza Aérea. Finalmente el cabo Laíño tuvo que quedarse ingresado en el Hospital de Campaña de la base española al haber sido intervenido quirúrgicamente para extirparle el bazo.

Sobre el atentado que costó la vida a la militar, Defensa difundió anoche su informe preliminar, que revela que una mina anticarro de entre 6,2 y 6,9 kilos de explosivo, usada habitualmente por la insurgencia, causó la explosión al paso del convoy militar en el que viajaba en Afganistán. El Ministerio indica en su comunicado que las primeras conclusiones de los investigadores apuntan a que "el sistema de accionamiento utilizado es el propio de la mina, es decir, por presión, pudiendo concluirse que la rueda delantera izquierda del vehículo la accionó al pisarla".

"Por los desperfectos ocasionados al vehículo, el radio y la profundidad del socavón tras la explosión y por la forma del mismo, redonda y no ovalada propia de un explosivo de circunstancias (IED), el artefacto empleado puede ser una mina anticarro utilizada por la insurgencia en más de una ocasión, de entre 6,2 y 6,9 kilos de explosivo", señala el documento del Estado Mayor de la Defensa. Este contradice las primeras hipótesis, que apuntaban a la posibilidad de que se hubiera tratado de una mina activada por control remoto.

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