Zapatero descarta tocar el IRPF y confirma más presión sobre el capital

No se tocará el tipo máximo del IRPF (que el PSOE bajó en 2006 del 45% al 43% actual), pero sí aumentará la tributación de las rentas del capital o plusvalías (gravadas todas con el 18%) y se eliminará la devolución extraordinaria y universal de 400 euros. "En esto es en lo que hasta ahora estamos trabajando", explicó ayer el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien pospuso mayores concreciones a la presentación de los Presupuestos de 2010.

Zapatero aprovechó su comparecencia conjunta con el primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, con quien se reunió en Estocolmo con el objetivo de coordinar las sucesivas presidencias sueca y española de la UE, para arrojar alguna luz sobre la anunciada subida de impuestos. "Siempre he entendido la política fiscal como un instrumento, que debe responder a la evolución de la situación económica", afirmó, tras destacar que desde su llegada a La Moncloa la presión impositiva se ha reducido en dos puntos del PIB, unos 20.000 millones de euros.

"Esto no es improvisar, sino ser consciente de la coyuntura"

Para justificar el cambio en la línea de rebajas fiscales de los últimos años, aludió a la necesidad de preservar la cohesión social ante la gravedad de la crisis económica y afrontar retos como la pandemia de la gripe A. Zapatero calificó de "razonable y solidario" pedir a la mayor parte de los ciudadanos que hagan un "pequeño esfuerzo" para ayudar a quienes lo están pasando peor, y se comprometió a volver a reducir impuestos "en cuanto las circunstancias económicas lo permitan".

¿A quién afectará la subida? "No a las rentas del trabajo", respondió, zanjando el debate abierto por el ministro de Fomento, José Blanco, quien sugirió un aumento de la presión sobre las rentas de más de 50.000 euros. Tampoco al impuesto de sociedades que, recordó, bajará cinco puntos para las pymes con menos de 25 empleados y cinco millones de facturación que mantengan su plantilla. Pasó por alto el IVA y sólo dijo que el Gobierno ha "abierto la puerta" a la modificación de la deducción de 400 euros y está considerando elevar la tributación de las rentas del capital y las plusvalías. Se tratará en todo caso, dijo, de una subida "prudente, moderada y limitada", que dejará la presión fiscal por debajo de la del inicio de su mandato.

Los cambios deben ser aprobados por ley, por lo que el Gobierno negociará con los grupos parlamentarios, en el debate presupuestario, para "lograr un consenso lo más amplio posible". En alusión implícita a Mariano Rajoy, quien ha descalificado sus planes tachándolos de improvisados, Zapatero afirmó que "eso no es improvisar, sino ser consciente de la coyuntura que se vive y responder a la situación". El Gobierno, destacó, mantiene su compromiso con el pacto de estabilidad, que obliga a reducir el déficit al 3% (ahora se acerca al 10%) en 2012.

Zapatero y Reinfeldt expresaron su "deseo ferviente" de que el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, sea ratificado cuanto antes por el Parlamento europeo y que la ratificación del Tratado de Lisboa por Polonia, Chequia y Alemania no provoque nuevos retrasos si, como se espera, los irlandeses dan el sí en el referéndum del 2 de octubre. Zapatero afirmó que el nuevo presidente del Consejo, que Suecia quiere que salga del consejo extraordinario de octubre, debe tener "capacidad de liderazgo político y convicción europeísta"; evitó respaldar al ex primer ministro británico Tony Blair, por quien sólo mostró su "respeto".

Aunque sólo pasó unas horas en Estocolmo, Zapatero tuvo tiempo de pasear por el barrio que sirve de escenario a la trilogía Millenium del sueco Stieg Larsson.