Zapatero asegura a Ibarretxe que su nuevo plan "no será ni aceptado ni aprobado"

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dio ayer por zanjado el nuevo plan Ibarretxe. "Mi posición es muy clara, firme y muy determinada. No será ni aceptado ni aprobado ni puesto en práctica", dijo el presidente. Zapatero precisó a Juan José Ibarretxe que no autorizará la consulta que éste anunció en el Parlamento vasco y añadió que esta "segunda parte reconstruida" del plan Ibarretxe "correrá el mismo destino que la primera". El lehendakari no se dio por vencido y dijo que el encuentro de ayer es "el inicio de un proceso". Mantuvo su intención de convocar la consulta el 25 de octubre de 2008, para la que Zapatero le dijo que "carece de competencias". El presidente emplazó a Ibarretxe a que "reflexione". "Tiene la posibilidad de rectificar", dijo.

Zapatero recibió ayer a Ibarretxe en La Moncloa, 18 días después de que éste anunciara su plan en el Parlamento vasco. El presidente esperó al lehendakari a pie de escalinata en el edificio presidencial. Y quiso después comparecer personalmente, tras el lehendakari, para explicar las dos horas de reunión.

Zapatero estuvo contundente al cerrar la puerta a sus propósitos. Pese a ello y al rostro grave que mostró en La Moncloa, Ibarretxe transmitió después que el clima fue "constructivo". "Por mi parte, no doy por zanjada esta cuestión", dijo.

La consulta popular y el plan Ibarretxe, aprobado en el Parlamento vasco y rechazado en las Cortes en febrero de 2005, consumieron una buena parte de las dos horas del encuentro. Sobre la consulta, Ibarretxe sostuvo que es "legítima, legal y democrática". E insistió en que la realizará el 25 de octubre de 2008, con o sin acuerdo con el presidente del Gobierno. "El pueblo vasco es muy tenaz y el lehendakari también", advirtió.

Fuentes cercanas al lehendakari aclararon al fin la vía legal por la que Ibarretxe piensa caminar: el artículo 9 del Estatuto de Gernika. "Los poderes públicos vascos, en el ámbito de su competencia, facilitarán la participación de los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social del País Vasco", reza en su apartado 2.e. Ibarretxe opina que esa referencia, que se admite "difusa", equivale a la competencia expresa sobre las consultas que tienen los Estatutos catalán y andaluz.

"No se va a hacer"

La discrepancia de Zapatero fue radical. "Le he dejado claro que cualquier consulta popular en este país sólo la puede poner en marcha o autorizar el Estado a través del Gobierno o de las Cortes", dijo Zapatero. "Le he recordado cuales son las competencias que tiene un lehendakari y las competencias que tiene el Gobierno, los órganos del Estado y las Cortes. Lo que no se puede hacer, no se va a hacer y no se hará", añadió contundente.

Ibarretxe hizo valer ante Zapatero su plan soberanista, aprobado en el Parlamento vasco en diciembre de 2004, con los votos de Batasuna, y rechazado en las Cortes en febrero de 2005. Y defendió su nueva propuesta, la de un acuerdo entre Euskadi y España, como una alternativa a aquel plan. Ante este planteamiento, Zapatero le respondió: "Estamos ante una segunda parte de lo que fue el plan Ibarretxe. Es una segunda parte reconstruida y tengo que reiterar que el destino de esta segunda parte será el mismo que el que tuvo el primer plan Ibarretxe".

El presidente del Gobierno fue aún más explícito, al responder al anuncio de Ibarretxe de que ayer "se iniciaba un proceso": "[Ibarretxe] lleva desde el año 2001 hablando de lo mismo. No sé si tiene la voluntad de seguir más años con lo mismo". Y le recordó que "el fracaso del plan Ibarretxe en el Congreso le debería servir de experiencia" porque "sólo hay un camino, el de la legalidad y la Constitución".

Zapatero tachó de "dislate" la acusación de Ibarretxe de estarle negando al "representante democrático del pueblo vasco" el diálogo que ha mantenido con ETA y Batasuna y no quiso entrar en más consideraciones sobre ella.

El presidente del Gobierno ofreció al lehendakari un doble consejo. Por un lado, que el objetivo fundamental de la democracia y de las sociedades vasca y española es "sin duda alguna combatir y erradicar la violencia y el terror".

El segundo consejo de Zapatero a Ibarretxe fue que "procure el mejor entendimiento entre las fuerzas políticas en Euskadi, que exige, por la propia naturalidad de la sociedad vasca, que sea plural y transversal", entre nacionalistas y no nacionalistas.

Zapatero le aclaró que si sigue ese camino político y se rige por la vía de la legalidad, en alusión a las reglas que marca la reforma del Estatuto de Gernika, contará con la colaboración del Partido Socialista de Euskadi.