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Reportaje:Final de legislatura

Visiones de la legislatura

Una veintena de diputados hace balance de los últimos cuatro años en el Congreso

- La voz del PP. Eduardo Zaplana reconoce que en ocasiones ha tenido que protagonizar "debates que no dejan un buen sabor de boca, como el del Yak-42" pero la culpa, dice, es del PSOE, "empeñado en revisar la política del Gobierno anterior" [presidido por Aznar]. No quiere ponerse nota, pero presume de haber aportado una dinámica como portavoz parlamentario del PP "que ha generado un grupo humano que ha trabajado muy bien". Ésa es, según él, una de las claves para que su partido tenga posibilidades de ganar las elecciones después de superar "una situación compleja".

- La voz del PSOE. Diego López Garrido tiene claro cuál ha sido el principal éxito del Gobierno: la economía. "Ha generado empleo y ha saneado las finanzas del Estado. Y lo ha combinado con políticas sociales que son un salto en el Estado de bienestar". Personalmente, estos cuatro años han sido "una experiencia extraordinaria. No teníamos mayoría absoluta, con ella habría sido menos apasionante". Políticamente está decepcionado con la actitud del Partido Popular: "No ha utilizado el terrorismo para derrotar a ETA, sino para derrotar al Gobierno".

- La izquierda pura. El portavoz de IU en el Congreso, Gaspar Llamazares, tiene un sabor agridulce de la legislatura. Por un lado está satisfecho por todos los avances sociales y en derechos individuales para los que su partido, como aliado del Gobierno, "ha resultado clave". Pero reprocha al ejecutivo haber sido "continuista con la política económica del PP", partido al que también critica por su postura sobre el proceso de paz o el 11-M. Llamazares presume de haberse mantenido "realmente" en la izquierda con una "oposición seria que no ha buscado titulares fáciles".

- El más espontáneo. En su despedida no quiso cantar una jota como le había pedido el presidente del Congreso, Manuel Marín, y en una ocasión mandó "a la mierda" a los diputados del PP por interrumpir su intervención. José Antonio Labordeta (Cha), ha sido el diputado más espontáneo e impulsivo. Para él, lo mejor de estos cuatro años ha sido ver en la tribuna de invitados "a ciudadanos con gran dignidad" y "las sesiones de cotilleo que organizábamos los del Grupo Mixto en la parte alta del hemiciclo para pasar las tardes aburridas". Lo peor, de nuevo, la crispación. Personalmente, se pone un siete de nota sobre todo, por "haber puesto a Aragón en el mapa".

- El guardián de Navarra. Para el diputado Jaime Ignacio del Burgo, lo mejor de estos cuatro años es que "ya se han acabado". El diputado de UPN, la marca del PP en Navarra, asegura que la crispación ha sido tan intensa que "si no estuvieran los taquígrafos por medio algún día podríamos haber acabado como en el Parlamento de Taiwán" [a golpes]. A la hora de puntuarse no tiene pudor en ponerse una matrícula de honor. Su principal aportación, indica, ha sido "mantener el fuego sagrado de la identidad de Navarra y haber hecho todo lo posible para que se conozca la verdad del 11-M". En lo primero, asegura haber tenido éxito; lo segundo, asegura tajante, ha sido "un rotundo fracaso".

- El tránsfuga. Joaquín Calomarde, el diputado que cambió el Grupo Popular por el Mixto desencantado ante "la descabellada oposición" que hacía el partido de Rajoy, regresa a su cátedra de filosofía y asegura que se va - "con un nudo en la garganta"- para acallar los rumores que achacaron su huida a oscuras pretensiones políticas. Recuerda como lo mejor de la legislatura "ver a un presidente pedir perdón a los ciudadanos por haber cometido un error". Su peor recuerdo: "Rajoy preguntando por las actas de la negociación con ETA, el PP acabando con la excelencia y el prestigio del Tribunal Constitucional y su tristísima actitud ante el 11-M".

- La periodista. Uxue Barkos debutó en el hemiciclo en 2004. Para la líder de Na-Bai, lo mejor de esta legislatura ha sido el principio, "las expectativas de cambio y de rectificación de los errores de Aznar, que generó Zapatero al traerse las tropas de Irak" y lo peor, "que no se cumplieron". De lo que más orgullosa se siente es de una enmienda en el preámbulo de la Ley de Igualdad.

- El veterano. Luis Mardones (CC) se retira con un mal sabor de boca después de siete legislaturas. "Yo no había conocido una legislatura así de crispada. Y lo peor es que han conseguido traspasarla a la calle, y de la calle, de nuevo al hemiciclo. Lo único bueno ha sido que añadimos un año más a la cuenta de la democracia". Mardones se va "satisfecho" y "molido" y se pone un notable alto de nota media.

- El mejor orador. Se estrenaba como presidente del grupo de CiU y ha sido el "mejor orador del año," según la Asociación de Periodistas Parlamentarios. Para Josep Antoni Duran Lleida lo mejor de la legislatura ha sido la "predisposición del presidente a atender las preguntas de todos los grupos parlamentarios renunciando incluso a las del PSOE"; y lo peor: "El uso de temas de Estado como elementos de erosión". Su mayor satisfacción, que su grupo "ha guardado las formas".

- El provocador. Joan Tardà (ERC) se enfrentó a Marín en múltiples ocasiones en su empeño de usar el catalán en el Congreso y exigió a Zaplana que no le diera lecciones porque el presidente honorario de su formación, Manuel Fraga, tenía "las manos manchadas de sangre". Para él, lo mejor de la legislatura ha sido la derogación del Plan Hidrológico y lo peor, "el recorte del Estatut".

- La revelación. Galardonado por los periodistas parlamentarios como diputado revelación, Antonio Hernando (PSOE), dice emocionarse al ver las caras de la gente en las tribunas cuando han aprobado "leyes que afectan a colectivos", y recuerda la vuelta de ETA a las armas como el momento más amargo de la legislatura. Se muestra especialmente orgulloso de "haber participado en el Estatuto de la Ciudadanía Española en el Extranjero y en las leyes que regulan los derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil".

- La revoltosa. El nombre de Isabel López i Chamosa (PSC) ha estado en la boca de Manuel Marín durante toda la legislatura. El presidente del Parlamento ha tenido que llamar la atención de esta diputada decenas de veces. La "crispación y la actitud del PP" es lo que la ha puesto más nerviosa. Destaca la aprobación de "leyes de avance social y de derechos" y se da un notable alto a sí misma por sus aportaciones en la ley de dependencia, la reforma de Seguridad Social y la concesión de la pensión de viudedad a las parejas de hecho.

- El ecologista. Francisco Garrido, un militante de los verdes que ha formado parte del grupo socialista no está del todo satisfecho con su papel en esta legislatura: "Se podría haber avanzado mucho más en el freno del cambio climático. Sé que no es sólo mi responsabilidad, pero hay que ser exigente con uno mismo". Sí se siente orgulloso de haber recorrido "más de 200.000 kilómetros" en estos cuatro años y de haber presentado un recurso de amparo al Tribunal Constitucional por no permitirse el control parlamentario a las actividades de la Casa Real.

- El último en llegar. Francisco Andrés Veiga Soto (PSOE) asegura que los tres meses que ha pasado en el Parlamento le han cundido. Se incorporó en octubre para sustituir a María Xosé Porteiro, pero le ha dado tiempo de "participar de forma real en las comisiones de Exteriores y Agricultura y Pesca" y barrer para casa: el alcalde del municipio pontevedrés de Marín también logró meter una modificación presupuestaria para unas obras de su pueblo y ha estado "atento" a los problemas con la flota de altura. Lo que menos le ha gustado, la actitud del PP.

- Trabajador incansable. Joan Herrera (IU) no ha parado de presentar iniciativas durante toda la legislatura, que ha supuesto "una vuelta a la normalidad democrática", desde su punto de vista. Entre sus aportaciones, destaca el debate nuclear, la Ley de Memoria Histórica y haber subrayado "la necesidad de aplicar otro modelo energético y de infraestructuras". Es crítico con la política económica del Gobierno, "más pensada para el éxito económico que para reducir desigualdades". También le critica al Ejecutivo que haya renunciado a algunos derechos "como la despenalización del aborto".

- El rebelde. Se desmarcó públicamente de la teoría de la conspiración que mantuvo con insistencia su partido, el PP. Jesús López Medel ve la legislatura con cierta amargura -"Han primado los intereses partidistas sobre los intereses de Estado", señala-. Sólo recuerda "escasos momentos de acuerdo que han permitido aprobar leyes tan importantes como la de dependencia". Se niega a ponerse nota: "No puedo porque la dirección de mi grupo no me dio oportunidades para intervenir y examinarme".

- Laico a ultranza. Álvaro Cuesta (PSOE), que en ocasiones ha discrepado con su partido por seguir manteniendo los privilegios de la Iglesia, destaca el crecimiento económico en los últimos cuatro años, "que ha servido al Gobierno para impulsar leyes sociales". Considera la legislatura excepcional desde el punto de vista legislativo, "con 224 leyes aprobadas", y destaca su propia labor en la comisión del 11-M, para "corregir los grandes agujeros que había en la lucha contra el terrorismo yihadista".

- El que se va. El socialista José Acosta llegó al mismo tiempo que la democracia al Congreso. Ahora acaba de quedarse fuera de la lista del partido y lo asume con resignación: "Yo he hecho todo lo que mi partido me ha mandado, he estado con él y en él". Comenta que lo mejor de la legislatura es que el PSOE ganó las elecciones y "ha gobernado bien"; mientras que elige la confrontación y la agonía para hablar de lo peor. Entre sus momentos más amargos está la votación del Estatuto catalán: "Políticamente creo que no debía haberlo hecho".

Con información de: Elsa Granda, Natalia Junquera, Pablo Linde, Luis Barbero, Carlos E. Cué, Joan Foguet y Josep Garriga.

Vicente Martínez Pujalte (PP), tras su expulsión del hemiciclo en mayo de 2006.
Vicente Martínez Pujalte (PP), tras su expulsión del hemiciclo en mayo de 2006.CNN+

Primer y único expulsado

Si hay un diputado que ha contribuido con contundencia a acrecentar la aspereza del debate parlamentario ése ha sido Vicente Martínez Pujalte (PP). Hasta tal punto, que su actitud en el Congreso, el 11 de mayo de 2006, durante la intervención del ministro de Defensa, José Antonio Alonso, le valió la expulsión del hemiciclo. Un hecho que no tenía precedente en la historia democrática. Lejos de mostrar arrepentimiento, el diputado popular se despidió con dos burlonas reverencias, y ayer aprovechaba la pregunta para lanzar un ataque: "No me siento orgulloso ni no orgulloso, peor es lo de Marín [Manuel Marín, presidente del Congreso], que le han echado de su grupo".

El que ha sido uno de los parlamentarios más beligerantes afirma rotundo que lo mejor de la legislatura ha sido que ésta se ha acabado. ¿Y lo peor?: "Que el PSOE ha intentado reescribir la historia y cambiar las reglas de juego que nos habíamos dado en la Transición".

Pujalte subraya su contribución a que su "grupo funcione con unidad y coherencia", señala que deben ser otros quienes le puntúen y se siente especialmente satisfecho con su trabajo en la comisión de investigación del 11-M.

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