De la Vega defiende la relación "leal" con Argentina pese al conflicto de las empresas
El Gobierno de Kirchner compensará a las compañías pesqueras que sufrieron ataques
España y Argentina son países "aliados y amigos" con intereses comunes "que a veces discuten, cómo no, pero que alcanzan acuerdos a través del diálogo y la lealtad". Es el resumen que ayer hizo la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega tras reunirse con el presidente argentino, Néstor Kirchner, y con empresarios españoles en Buenos Aires, durante el último día de su gira iberoamericana. De la Vega aseguró que las empresas "no tienen problemas" en Argentina, sino sólo "conflictos puntuales", "normales" en cualquier país.
Uno de esos conflictos, el de las fábricas de empresas pesqueras incendiadas por trabajadores en el sur del país hace tres semanas, está "investigándose", y Kirchner se ha comprometido a "llegar hasta el final" y "compensar" a los empresarios, según De la Vega. Las críticas del Gobierno argentino a las grandes empresas españolas, manifestadas años atrás por Kirchner, parecen haber quedado lejos, de acuerdo con la versión que ayer dio De la Vega del encuentro entre ambos.
La vicepresidenta habló de la "relación privilegiada" entre ambos países y dijo que la situación de las empresas argentinas de capital español es "buena". Como ejemplo puso la intervención "decisiva" de Kirchner para que Endesa y Gas Natural revisen al alza de sus tarifas. Pero subrayó que para atraer la inversión es "imprescindible" un "marco económico estable y previsible".
De la Vega ha tenido que lidiar en esta gira con las dificultades de las empresas españolas. Si en Nicaragua tuvo que sortear las amenazas del presidente Daniel Ortega a Unión Fenosa por "incumplimiento", y en Ecuador escuchó del presidente Rafael Correa un inquietante "que se preparen" dirigido a Telefónica (su contrato se renegociará en 2008) y, en menor medida a Repsol, ayer en Buenos Aires tuvo que preguntar a Kirchner por los ataques a las empresas pesqueras españolas en el sur del país.
Se trata de cinco compañías cuyas plantas fueron incendiadas el 20 de julio, supuestamente por trabajadores de una escisión del sindicato mayoritario. De la Vega eliminó del suceso toda connotación de rechazo al capital español y dijo que Kirchner se ha "comprometido explícitamente" a "llegar hasta el final en la investigación", pese a la supuesta inacción de la policía en los ataques.
"Esos actos vandálicos injustificables fueron condenados por el Gobierno argentino, la patronal y los sindicatos. El presidente Kirchner hoy me ha dicho que el fiscal se ha personado en la causa y que se ha abierto un sistema de ayudas para compensar las pérdidas a las empresas", afirmó. Tres horas antes de su cita con Kirchner, la vicepresidenta se había reunido con los empresarios de las cinco compañías pesqueras.
Sobre su labor de apagafuegos en Nicaragua, Ecuador y Argentina, insistió: "Las empresas españolas han hecho una apuesta por América Latina y están comprometidas con su desarrollo. Los problemas forman parte de la cotidianeidad de las relaciones económicas y laborales de todos los países, y se abordan con diálogo leal y constructivo. Nuestras relaciones con todos los gobiernos son muy positivas, y las de esos gobiernos con las empresas, también. No hay grandes problemas. Sólo los normales".
Antes de ver a Kirchner, la vicepresidenta se reunió con representantes de las más de 700 empresas de capital español que operan en Argentina. Ninguno le expresó, en público, la más mínima inquietud. Sólo José María Ortega, de Bodegas Fournier, pidió al Gobierno argentino "confianza" en los empresarios: "No somos corsarios, no somos piratas, sólo queremos ganar algo de plata. Yo tengo hipotecada mi casa". De la Vega se mostró "orgullosa del compromiso firme con Argentina de las empresas de capital español", a pesar de los "ajustes puntuales" lógicos en "todo proceso de cambio".
No hubo ningún comentario sobre la reciente visita a España de la senadora y aspirante a presidenta Cristina Fernández, esposa del presidente Kirchner, ni del tenso rifirrafe que aquélla mantuvo con el presidente del BBVA, Francisco González. Tras ese encuentro, Néstor Kirchner reaccionó airado tachando de "incorregibles" a algunos empresarios españoles. "La relación entre nuestros dos países no cabe entenderla como un ejercicio de suma cero, en el que uno gana lo que el otro pierde. Ganamos juntos", se limitó a destacar De la Vega.
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