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Los escándalos que afectan al PP

Rajoy se aferra a las encuestas para tranquilizar a los suyos en vacaciones

El líder insiste en la idea de la conspiración contra el PP ante el Comité Ejecutivo

Carlos E. Cué

Hace tiempo, desde que salieron de allí los críticos, que el Comité Ejecutivo del PP en un órgano meramente de trámite, según varios dirigentes. Pero ayer quedó más claro que nunca. El asunto central del partido en las últimas semanas, la dimisión de su tesorero, no fue tratado allí, donde Luis Bárcenas no tuvo siquiera ocasión de despedirse a esas horas todos los que hablaron con él entendieron que seguía hasta que le pidieran el suplicatorio.

Pero es que además, y pese a la tensión interna que vive el partido con el caso Gürtel, nadie intervino, para bien ni para mal, después de que hablara el líder y la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Y eso que era la primera reunión después de un mes de pésimas noticias judiciales y decenas de especulaciones y debates internos, e incluso enfrentamientos públicos, como el de Esperanza Aguirre con Bárcenas.

"A pesar de la brutal campaña, estamos en posición de ganar las elecciones"
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Sin embargo, Rajoy sí se mojó, mucho más que otras veces. El líder, que como todos los demás dirigentes está a punto de iniciar sus vacaciones en Galicia, como es habitual quería tranquilizar a los suyos, mandarlos a descansar con un mensaje optimista y con un relato sobre el caso de corrupción más importante de la historia del PP que de alguna manera salve al partido.

Y lo encontró en dos asideros. Uno, la encuesta del CIS, la primera buena noticia desde la victoria en las elecciones europeas, y la nueva teoría de la conspiración, según la cual la policía, comandada por Alfredo Pérez Rubalcaba, ha preparado una campaña para hacer daño al PP dando a conocer poco a poco los datos del sumario.

"A pesar de la campaña brutal contra el PP, en la que colaboran algunos funcionarios, estamos en posición de ganar las elecciones y crece en expectativa popular", clamó Rajoy ante los suyos.

El líder insistió en su tesis fundamental, que siempre comentan los marianistas en privado: Gürtel es un problema interno, pero no tiene repercusiones electorales, dicen. La mayoría de la gente no está en esto, que Rajoy considera algo "de algunos periódicos" y, por tanto, minoritario. Y por eso, lo importante son las elecciones con victoria en gallegas y europeas y las expectativas. "El balance se mide en votos y éste es muy positivo", insistió para concluir que, con los datos del CIS, que por primera vez dan al PP ligeramente por encima, ellos creen que en realidad le sacan al PSOE hasta cuatro puntos, porque están convencido de que el CIS está sesgado a favor del Gobierno.

El líder se concentró en ese discurso victimista: "Aquí estamos, aunque algunos no quisieran que estuviéramos". "Los juicios paralelos tienen condenas mucho mayores que las que dictan las leyes". Y terminó con una muestra de cariño: "Agradezco a todos el apoyo que se me ha brindado y que me hacía falta".

Mientras Rajoy clamaba contra Rubalcaba, Esperanza Aguirre se reunía con él y aceptaba sus explicaciones sobre el asunto de las "filtraciones", que el PP ha denunciado en el juzgado colocando a Interior como responsable, informa F. Javier Barroso.

Aguirre aseguró que ella no había acusado nunca de las filtraciones a la policía. "Nunca he manifestado esas sospechas, porque nunca las he tenido", sentenció la presidenta de Madrid.

Mariano Rajoy, durante la reunión del Comité Ejecutivo del PP.
Mariano Rajoy, durante la reunión del Comité Ejecutivo del PP.S. SÁNCHEZ

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