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El PSOE trata de aplacar al embajador de Israel, que criticó la manifestación

El PP evita pronunciarse y su líder culpa en privado a Hamás de romper la tregua

Reclamar a Israel un alto el fuego inmediato y que deje de machacar a la población de Gaza es compatible con exigir a Hamás que lo respete y que no vuelva a lanzar cohetes contra los colonos israelíes. Este difícil equilibrio es el que trata de mantener el PSOE y el Gobierno desde hace días y, sobre todo, desde que decidió su participación en todas las manifestaciones contra el ataque a Gaza.

La labor de la responsable de Política Internacional del PSOE, Elena Valenciano, para convencer al embajador de Israel en España, Rafael Shultz, de que su partido se considera amigo de ese país y de que la gira del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, por Egipto y Siria tiene como objetivo que Hamás también respete el alto el fuego, ha dado ya algunos resultados. De entrada, tanto las autoridades gubernamentales israelíes como dirigentes de la oposición recibirán al ministro en las próximas horas.

El embajador sabe de primera mano que el PSOE, a través del responsable de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo, trabajó intensamente para suavizar el manifiesto previo a la manifestación del domingo. Ésta fue promovida por todas las asociaciones y grupos sociales que nacieron en 2003 contra la guerra de Irak, junto al PSOE y las Juventudes Socialistas, Izquierda Unida, UGT y CC OO. Del manifiesto se eliminó la palabra "genocidio", que los convocantes atribuyen a Israel con respecto a los palestinos de Gaza. No pudo evitar, sin embargo, que la acusación apareciera en la pancarta de cabecera.

A través de Valenciano, en conversación privada y por declaraciones públicas, el embajador sabe que Zerolo se opuso a incluir la retirada del embajador de España en Israel y también que fuera llamado a consultas, y que condenó inmediatamente los ataques a la embajada israelí en Madrid. Esta labor entre bambalinas explica la actitud comprensiva del embajador, Rafael Shultz, con los socialistas. En la cadena SER, el diplomático aseguró que sus críticas se dirigían a los manifestantes pero no al Gobierno español al estimar que el viaje de Moratinos constituye "un signo de un deseo verdadero de contribuir a la solución. No hay conflicto entre España e Israel", remachó.

Moratinos reconoció ayer desde El Cairo que Shultz le había transmitido su oposición a las manifestaciones pero también el reconocimiento a las gestiones por la paz, informa Miguel González. Pero el PSOE también quiere ser directo: "Israel debe detener la desproporcionada reacción contra la población de Gaza y, Hamás debe detener las acciones contra Israel". Así lo pidió el vicesecretario del PSOE, José Blanco, tras la reunión de la ejecutiva federal. "Defender la paz no debe molestar a nadie y el presidente del Gobierno lo hace alto, claro y de manera rotunda", insistió Blanco.

¿Y el PP? Zapatero exigió a Rajoy que dijera algo. El líder del PP, en un largo discurso ante la Junta Directiva Nacional, no dijo una palabra de un asunto que le ocupa poco. Ya a puerta cerrada, Rajoy se vio obligado a mojarse porque la diputada Soledad Becerril criticó la escasa implicación de la UE. El líder respondió que confía en las gestiones del cuarteto y repitió lo que dijo en una entrevista en Abc el domingo: "Es difícil, llevamos desde 1948 con altibajos. Creo que los últimos acontecimientos se han producido porque Hamás ha roto una tregua. Es verdad que hay que procurar que las respuestas al terrorismo sean proporcionadas". Por la noche, en una entrevista en la Cope, Rajoy consideró "una irresponsabilidad estratosférica" que el PSOE hable de genocidio y aconsejó al Gobierno adoptar la postura de la UE.

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