El PSOE recorta distancias con el PP
Los socialistas reducen en un mes 3,1 puntos de diferencia con los populares en intención de voto (41,3% frente a 33,6%) - La fidelidad del voto popular, en retroceso
Un premio a la acción. Es lo que parecen otorgar una parte de los votantes socialistas al Gobierno, después de meses de preocupante escepticismo. Este brote verde que parece haber germinado en la población simpatizante con el PSOE ha provocado el acercamiento de este partido al PP en 3,1 puntos en solo un mes en la estimación de voto. Si las elecciones generales fueran mañana, ganaría Rajoy, por 7,7 puntos de diferencia con Zapatero, según la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS, realizada el miércoles y jueves. Así, al PP le votarían el 41,3% y al PSOE, el 33,6%. A principios de julio, esta diferencia era de 10,8 puntos a favor de los populares. El nuevo resultado en el marcador político no ha ocurrido en un mes cualquiera.
Parte del electorado socialista ha despertado tras las medidas de recorte
Aumentan la pérdida de confianza en Rajoy y las críticas a su gestión
Desde que el pasado 9 de mayo, la vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, participara en Bruselas en la reunión de ministros de Economía (Ecofin) y volviera con el compromiso de rebajar el déficit del 7,5% al 6% para el próximo año, y Zapatero anunciara solo dos días después el ajuste económico más duro de la historia reciente, la imagen de letargo del Gobierno ante la ciudadanía parece haber empezado a cambiar por otra de movimiento, de ejecución. A esas medidas siguieron en sucesivas semanas relevantes hitos como el Consejo Europeo de Bruselas, en junio, así como el debate sobre el estado de la nación (el 14 y 15 de julio), las pruebas de estrés bancario (saldadas con éxito) y la aprobación del proyecto de ley de reforma laboral en el Congreso. El movimiento producido por estas iniciativas parece haber jugado, por el momento, a favor de los socialistas. Aunque es pronto para hablar de remontada. Habrá que esperar unos meses para confirmar esta tendencia de salida del letargo del voto socialista.
Por el momento, la fidelidad de voto en ambas formaciones ha experimentado unas variaciones reseñables. El socialista empieza a dar signos de reactivación, mientras que el popular está en retroceso, según la encuesta. Así, esta fidelidad en los simpatizantes socialistas ha subido del 45% a principios de julio al 54% en la actualidad. Esta alcanzó el techo más alto (del 60%) tras la celebración del debate sobre el estado de la nación, a mediados de mes. En este sentido, el presente aumento parece sugerir que esa movilización electoral que se atisbó a mediados de mes tras el duelo de las fuerzas políticas en el Congreso no era un espejismo.
En el otro lado del terreno de juego, la fidelidad de voto del PP se está debilitando, ha pasado del 84% a mediados de mes (el 16 de julio) al 77% actual. Aunque se trata de siete puntos de descenso, el dato es significativo, ya que la fidelidad de la derecha suele ser muy difícil de mover, a pesar de los escándalos que hayan podido salpicar en otras ocasiones a los populares. Con esta tendencia tiene también que ver otro dato no menos llamativo: han aumentado, en 14 puntos, los ciudadanos a los que les infunde poca o ninguna confianza Rajoy (del 69% al 83%). Incluso entre los votantes populares hay una mayoría (57%) que expresa recelo respecto a su líder.
También se confirma esta inclinación en la valoración de la gestión que realizan los líderes de los dos principales partidos. La distancia frente a ambos sigue estando muy presente, el 66% desapruebala gestión de Zapatero frente al 74% que desaprueba la de Rajoy. Pero el balance entre los que aprueban y desaprueban a los dos líderes favorece al presidente. El de Zapatero mejora. A pesar de que su saldo es negativo (en 36 puntos negativos), es mejor que el de hace un mes (de -43). En cuanto al de Rajoy, circula a la inversa que el del líder socialista: ha aumentado en un mes de 48 puntos negativos a -55. Y, por último, otro aspecto reafirma la leve mejora de los socialistas y empeoramiento de los populares. La proporción de españoles que cree que Zapatero no tiene un plan claro de actuación sigue siendo alto, pero ha bajado del 82% al 77%, mientras que los que piensan lo mismo de Rajoy han aumentado del 61% al 68%.
La crisis sigue, por tanto, haciendo mella en la opinión de los ciudadanos respecto a sus líderes, y el pesimismo sigue estando muy presente en la intención de voto. El desgaste de los líderes está servido. Pero estos últimos resultados revelan no solo que el partido ante las próximas elecciones (para las que faltan aún casi dos años) no está jugado en absoluto sino también que, a veces, con acciones, y no con inmovilismo ni con propuestas vagas, se puede hacer correr más rápido el marcador. De momento, la ventaja la sigue teniendo el equipo de Rajoy pero nada impide que, a pequeños pasos, pueda acabar volviendo al del presidente.
El barómetro de Metroscopia también ha pulsado la valoración que hacen los españoles de la gestión de los ministros. A la cabeza del balance está el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, seguido de dos mujeres, las ministras de Defensa, Carme Chacón, y de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez.
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